– ?Y como lo mataron?

– Todavia no lo se. Estan practicando la autopsia. Pero se me ocurre una posibilidad, ?quieres oirla?

Aunque no queria, Indira asintio.

– Murio por asfixia.

– ?Te refieres a que lo agarrotaron?

– Lo dudo. No habia senales de ligadura en el cuello.

Ella fruncio el entrecejo.

– Rocky era corpulento. Y fuerte como un toro. Tuvo que ser veneno, o algo asi.

– No lo creo. Segun el forense, presentaba considerables lesiones en la laringe.

Indira quedo desconcertada.

– En otras palabras, tenia la garganta aplastada como una cascara de huevo.

– ?Lo estrangularon con las manos, pues?

– No lo sabemos.

– Era demasiado fuerte para eso -insistio ella.

– ?A quien seguia? -pregunto Perlmutter.

– Dejame hacer una llamada. Puedes esperar en el pasillo.

Perlmutter obedecio. No tuvo que esperar mucho.

Cuando Indira salio, tenia la voz entrecortada.

– No puedo hablar contigo -dijo-. Lo siento.

– ?Ordenes del abogado?

– No puedo hablar contigo.

– Volvere. Pedire una orden judicial.

– Suerte -dijo ella, volviendose, y Perlmutter penso que tal vez se lo habia deseado sinceramente.

27

Grace y Scott Duncan se encaminaron hacia Photomat. A Grace se le cayo el alma a los pies cuando llegaron y no vio la menor senal de El Pelusilla. Estaba el subdirector Bruce. Saco pecho. Cuando Scott Duncan mostro su placa, se deshincho de inmediato.

– Josh ha salido a comer -dijo.

– ?Sabe adonde ha ido?

– Suele ir al Taco Bell. Esta en la esquina.

Grace lo conocia. Salio primero, temiendo volver a perderle el rastro. Scott Duncan la siguio. En cuanto Grace entro en el Taco Bell, asaltandola el olor a grasa de cerdo, diviso a Josh.

Y no menos importante, Josh tambien la vio a ella. Abrio los ojos de par en par.

Scott Duncan se detuvo a su lado.

– ?Es el?

Grace asintio.

El Pelusilla estaba solo. Tenia la cabeza gacha, y el pelo le colgaba ante la cara como una cortina. Su expresion -y Grace supuso que era la unica que tenia- era hosca. Dio un mordisco al taco como si este hubiera insultado a su grupo favorito de grunge. Llevaba los auriculares perfectamente encajados. El cable se habia caido en la nata agria. Grace detestaba parecer una vieja, pero tener esa clase de musica enchufada directamente al cerebro todo el dia no podia ser bueno para una persona. A ella le gustaba la musica. Cuando estaba sola, subia el volumen, cantaba, bailaba, lo que fuera.

Asi que no era por la musica ni siquiera por el volumen. Pero ?que efecto podia ejercer en la salud de una mente joven el continuo martilleo en los oidos de una musica probablemente dura y agresiva? Un aislamiento auditivo, paredes solitarias de sonido, por parafrasear a Elton John, ineludible. Sin permitir que lleguen los sonidos de la vida. Sin hablar. Una pista de sonido artificial en la vida.

Eso no podia ser sano.

Josh agacho la cabeza, fingiendo no haberlos visto. Ella lo observo mientras se acercaban. Era muy joven. Daba lastima, sentado alli solo. Grace penso en sus esperanzas y suenos y como se lo veia ya encauzado hacia las decepciones de la vida. Penso en la madre de Josh, en lo mucho que lo habria intentado y en lo mucho que debia de preocuparse. Penso en su propio hijo, su pequeno Max, y en que haria si Max emprendiera ese camino.

Scott Duncan y ella se detuvieron ante la mesa de Josh. Este dio otro mordisco y alzo la vista lentamente. La musica que emitian sus auriculares estaba tan alta que Grace incluso oia la letra. Algo sobre perras y putas. Scott Duncan tomo la iniciativa. Ella lo dejo.

– ?Reconoces a esta mujer? -pregunto Scott.

Josh se encogio de hombros. Bajo el volumen.

– Quitatelos -ordeno Scott-. Ahora mismo.

Josh obedecio, pero se lo tomo con calma.

– Te he preguntado si reconocias a esta mujer.

Josh le echo un vistazo.

– Si, supongo.

– ?De que la conoces?

– Del curro.

– Trabajas en Photomat, ?no?

– Si.

– Y esta mujer, la senora Lawson, es una clienta.

– Eso he dicho.

– ?Te acuerdas de la ultima vez que fue a la tienda?

– No.

– Piensa.

Se encogio de hombros.

– ?Crees que pudo haber sido hace dos dias?

Volvio a encogerse de hombros.

– Podria ser.

Scott Duncan tenia el sobre de Photomat.

– Esta pelicula la revelaste tu, ?verdad?

– Eso dice usted.

– No, estoy preguntandotelo. Mira el sobre.

Lo miro. Grace permanecio inmovil. Josh no le habia preguntado a Scott Duncan quien era. No les habia preguntado que querian.

Le extrano.

– Si, yo revele ese carrete.

Duncan saco la foto en que aparecia su hermana. La dejo en la mesa.

– ?Pusiste esta foto en el paquete de la senora Lawson?

– No -contesto Josh.

– ?Seguro?

– Absolutamente.

Grace espero un momento. Sabia que el chico mentia. Hablo por primera vez.

– ?Como lo sabes? -pregunto.

Los dos la miraron.

– ?Que? -pregunto Josh.

– ?Como se revelan los carretes?

– ?Que? -repitio Josh.

– Pones el carrete en la maquina -dijo Grace-. Y las fotos salen en una pila. Y luego metes la pila en un sobre. ?No es asi?

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