letras blancas intercambiables, esos que indican en que sala se celebra el bar mitzvah de Ratzenberg o la boda de Smith-Jones. Este decia: «Rueda de prensa de Burton-Crimstein». Publicidad del bufete. Siguio la flecha hasta una puerta, respiro hondo y la abrio.
Aquello fue como una escena de una pelicula de abogados: ese momento algido en que la testigo irrumpe inesperadamente en la sala. Cuando Grace entro, se produjo ese tipo de grito ahogado colectivo. La sala se sumio en el silencio. Grace se sintio desorientada. Miro alrededor y la cabeza empezo a darle vueltas. Retrocedio un paso. Las caras de dolor, mas viejas pero no por ello mas en paz, se arremolinaron alrededor. Alli estaban otra vez: los Garrison, los Reed, los Weider. Recordo los primeros dias en el hospital. Lo habia visto todo a traves de la nebulosa de los somniferos, como a traves de una cortina de agua. Ahora, de pronto, se sentia igual. Se acercaron a ella en silencio. La abrazaron. Ninguno pronuncio una sola palabra. No hacia falta. Grace acepto los abrazos. Todavia sentia la tristeza que emanaba de ellos.
Vio a la viuda del teniente Gordon MacKenzie. Algunos decian que fue el quien rescato a Grace. Como la mayoria de los verdaderos heroes, Gordon MacKenzie rara vez hablaba de ello. Sostenia que no se acordaba de que habia hecho con exactitud, que si, que habia abierto las puertas y sacado a la gente, pero fue una reaccion mas que algo que se asemejara a la valentia.
Grace dio a la senora MacKenzie un abrazo mas largo.
– Siento su perdida -dijo Grace.
– Encontro a Dios. -La senora MacKenzie no la solto-. Ahora esta con El.
Como en realidad no sabia que contestar, Grace simplemente asintio. La solto y miro por encima del hombro de la mujer. Sandra Koval habia entrado en la sala por el lado opuesto. Vio a Grace casi al mismo tiempo y ocurrio algo extrano. Su cunada sonrio, casi como si esperara verla. Grace se alejo de la senora MacKenzie. Sandra ladeo la cabeza, indicandole que se acercara. Habia un cordon de terciopelo. Un guardia de seguridad le intercepto el paso.
– No hay problema, Frank -dijo Sandra. El guardia dejo pasar a Grace.
Sandra salio primero. Recorrio un pasillo a toda prisa. Grace la siguio cojeando, sin poder alcanzarla. Daba igual. Sandra se detuvo y abrio una puerta. Entraron en una enorme sala de baile. Varios camareros estaban ocupados con la cuberteria. Sandra la llevo a un rincon. Cogio dos sillas y las puso de frente.
– No pareces sorprendida de verme -observo Grace.
Sandra se encogio de hombros.
– Supuse que seguirias el caso por las noticias.
– Pues no lo seguia.
– Da igual, supongo. Hasta hace dos dias no sabias quien era yo.
– ?Que esta pasando, Sandra?
No contesto de inmediato. El sonido de los cubiertos al entrechocarse proporcionaba la musica de fondo. Sandra explayo la mirada hacia los camareros en el centro de la sala.
– ?Por que representas a Wade Larue?
– Se lo acuso de un delito. Soy abogada penalista. Me dedico a eso.
– No seas condescendiente conmigo.
– Quieres saber como me tope con este cliente en concreto, ?es eso?
Grace no contesto.
– ?Acaso no es obvio? -pregunto Sandra.
– Para mi no lo es.
– Tu, Grace. -Sonrio-. Tu eres la razon por la que represento al senor Larue.
Grace abrio la boca, la cerro y volvio a abrirla.
– ?De que estas hablando?
– Tu en realidad nunca has sabido nada de mi. Solo te constaba que Jack tenia una hermana. Pero yo si lo sabia todo sobre ti.
– Sigo sin entenderte.
– Es muy sencillo, Grace. Tu te casaste con mi hermano.
– ?Y que?
– Cuando me entere de que ibas a ser mi cunada, senti curiosidad. Quise saber quien eras. Es logico, ?no? Asi que le pedi a uno de mis investigadores que se informara sobre ti. Tus cuadros son una maravilla, por cierto. Compre dos. Anonimamente. Los tengo en mi casa de Los Angeles. En realidad, son espectaculares. A mi hija mayor, Karen, de diecisiete anos, le encantan. Quiere ser pintora.
– No veo que tiene que ver eso con Wade Larue.
– ?Ah, no? -Hablaba con un tono extranamente alegre-. Me he dedicado al derecho penal desde que acabe la carrera. Empece a trabajar con Burton y Crimstein en Boston. Yo vivia alli, Grace. Estaba al corriente de la Matanza de Boston. Y de pronto mi hermano se enamoro de una de las principales protagonistas de la matanza. Eso avivo mas aun mi curiosidad. Empece a informarme sobre el caso, ?y sabes de que me di cuenta?
– ?De que?
– De que Wade Larue habia recibido una condena injusta por culpa de un abogado incompetente.
– Wade Larue fue el responsable de la muerte de dieciocho personas.
– Disparo una pistola, Grace. Ni siquiera hirio a nadie. Se fue la luz. La gente empezo a chillar. El estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas. Se dejo llevar por el panico. Creyo, o al menos imagino, que estaba en peligro inminente. Le era imposible, absolutamente imposible, saber que aquello acabaria asi. Su primer abogado tenia que haber pactado un acuerdo. Le habrian concedido la libertad condicional, y como mucho le habrian caido dieciocho meses. Pero en realidad nadie quiso llevar el caso. A Larue lo mandaron a la carcel a pudrirse. Asi que, si, Grace, me informe sobre el por ti. A Wade Larue le habian gastado una mala pasada. Su anterior abogado lo jodio y luego se esfumo.
– ?Asi que te hiciste cargo del caso?
Sandra Koval asintio.
– Sin cobrar. Fui a verlo hace dos anos. Empezamos a preparar la vista para solicitar la libertad condicional.
En ese momento Grace cayo en la cuenta.
– Jack lo sabia, ?no?
– Eso no lo se. No nos hablamos, Grace.
– ?Insistes en que no hablasteis esa noche? Nueve minutos, Sandra. Segun la compania telefonica, la llamada duro nueve minutos.
– La llamada de Jack no tuvo nada que ver con Wade Larue.
– ?Y por que fue?
– Por esa foto.
– ?Que pasa con ella?
Sandra se inclino hacia delante.
– Antes contestame tu a una pregunta. Y ahora necesito la verdad. ?De donde sacaste esa foto?
– Ya te lo he dicho. Estaba en el paquete entre mis fotos.
Sandra movio la cabeza en un gesto de incredulidad.
– ?Y crees que el dependiente de Photomat la metio alli?
– Ya no lo se. Pero no me has contestado. ?Por que esa foto indujo a Jack a llamarte?
Sandra vacilo.
– Se lo de Geri Duncan -dijo Grace.
– ?Que sabes de Geri Duncan?
– Que es la chica de la foto. Y que la asesinaron.
Sandra se enderezo.
– Murio en un incendio. Fue un accidente.
Grace nego con la cabeza.
– Fue un incendio provocado.
– ?Eso quien te lo ha dicho?
– Su hermano.
– Un momento, ?como es que conoces a su hermano?