Rowe le agradecio las palabras con una sonrisa. Se levanto.
– Es hora de irme. Te traere la caja. Si necesitas cualquier cosa, avisame.
Despues de traerle la caja, Rowe le dijo adios y se dio la vuelta para marcharse. Sidney le toco el brazo.
– Nathan Gamble no estara siempre espiandote por encima del hombro. Todo el mundo sabe quien esta realmente detras del exito de Triton Global.
– ?De veras crees eso? -replico el hombre, sorprendido.
– Es dificil ocultar el genio.
– No lo se. Gamble no deja de sorprenderme a ese respecto.
Dio media vuelta y camino lentamente hacia su coche.
Capitulo 25
Era medianoche cuando el agente Lee Sawyer apoyo la cabeza en la almohada despues de cenar en cuatro bocados. Sin embargo, no consiguio dormirse a pesar del cansancio que sentia. Echo una ojeada al minusculo dormitorio y de pronto decidio levantarse. Descalzo, en calzoncillos y camiseta, fue hasta la sala de estar y se dejo caer en el sillon desvencijado. La tipica carrera de un agente del FBI no se llevaba bien con una tranquilidad domestica prolongada. Se pasaban por alto demasiados aniversarios, cumpleanos y vacaciones. A veces estaba meses fuera del hogar, sin saber cuando regresaria. Le habian herido de gravedad mientras cumplia con su deber, una situacion traumatica para cualquier esposa. Su familia habia sido amenazada por la escoria humana que el intentaba erradicar. Y todo por la causa de la Justicia, por hacer que el mundo fuese, si no mejor, por lo menos mas seguro. Una meta noble que no parecia nada especial cuando se intentaba explicar a un nino de ocho anos que papa no podria ir a otro partido de beisbol, a otro recital, a otra obra de teatro. Lo habia sabido desde el principio; Peg, tambien. Pero estaban tan enamorados que creyeron de verdad que resistirian, y lo habian conseguido durante mucho tiempo. Resultaba ironico, pero ahora sus relaciones con Peg eran mucho mejor que en los ultimos anos.
En cambio, los hijos eran otro asunto. Habia cargado con toda la culpa de la ruptura y quiza se lo merecia. Ahora solo los tres hijos mayores comenzaban a hablarle con cierta regularidad. Pero habia perdido a Meggie. No sabia nada de lo que pasaba en la vida de su hija. Era lo que mas le dolia. No saber.
Todo el mundo tiene que elegir y el habia elegido. Habia disfrutado de una magnifica carrera en el FBI, pero el exito habia tenido un precio. Camino hasta la cocina, cogio una cerveza fria y volvio al sillon. Su pocion magica para dormir. Al menos, no bebia licor. Todavia. Se acabo la cerveza en cuatro tragos, se arrellano en el sillon y cerro los ojos.
Una hora mas tarde, el timbre del telefono le arranco de un sueno profundo. Todavia estaba sentado en el sillon. Levanto el auricular.
– ?Si?
– ?Lee?
Parpadeo varias veces hasta conseguir mantener los ojos abiertos.
– ?Frank? -Sawyer consulto su reloj-. Ya no estas en el FBI, Frank. Creia que en la empresa privada tenias un horario mas normal.
Al otro extremo de la linea, Frank Hardy estaba completamente vestido y comodamente instalado en una oficina muy bien amueblada. En la pared que tenia detras habia numerosas fotos y diplomas que daban testimonio de una larga y distinguida carrera en el FBI. Hardy sonrio.
– Hay demasiada competencia por aqui, Lee. Disponer de solo veinticuatro horas al dia parece una injusticia.
– No me da verguenza reconocer que ese es mas o menos mi limite, ?Pasa algo?
– El atentado contra el avion -respondio Hardy.
Sawyer se irguio en el sillon, bien despierto, con la mirada alerta.
– ?Que?
– Aqui tengo algo que necesitarias ver, Lee. Todavia no se bien lo que significa. Estoy a punto de preparar cafe. ?Cuanto tardaras en venir?
– Dame media hora.
– Como en los viejos tiempos.
Sawyer tardo cinco minutos en vestirse. Metio la pistola en la cartuchera y bajo a buscar el coche. Mientras conducia, llamo a la oficina para avisarles de esta nueva contingencia. Frank Hardy habia sido uno de los mejores agentes en la historia del FBI. Cuando se marcho para fundar su propia empresa de seguridad, todos los agentes sintieron la perdida, pero nadie le reprocho que aprovechara la oportunidad despues de tantos anos de servicio. El y Sawyer habian sido companeros diez anos antes de que Hardy pidiera el retiro. Habian formado un buen equipo que habia resuelto muchos casos importantes y arrestado a criminales muy peligrosos. Muchos de aquellos delincuentes cumplian ahora cadena perpetua en diversas prisiones federales de maxima seguridad. Un poco mas de un punado, entre ellos varios asesinos en serie, habian sido ejecutados.
Si Hardy creia que tenia algo sobre el atentado, entonces lo tenia. Sawyer piso el acelerador y diez minutos despues entraba con el coche en un inmenso aparcamiento. El edificio de catorce pisos en Tysons Corner albergaba un gran numero de empresas, ninguna de las cuales se dedicaba a algo tan excitante como la de Hardy.
Sawyer exhibio las credenciales del FBI al personal de seguridad y subio en el ascensor hasta el piso catorce. Al salir del ascensor, se encontro en una zona de recepcion muy moderna. La iluminacion indirecta creaba unas islas de luz en la sala a oscuras. Detras de la mesa de la recepcionista un cartel escrito con letras de molde blancas anunciaba el nombre del establecimiento: SECURTECH.
Capitulo 26
Sidney Archer contemplo el ritmico ascenso y descenso del pecho de Amy. Sus padres dormian profundamente en la habitacion de invitados mientras Sidney estaba sentada en el cuarto de Amy. Por fin, se levanto y fue hasta la ventana para mirar al exterior. Nunca habia sido una persona de habitos nocturnos. Cuando llegaba la hora de dormir, dormia. Ahora la oscuridad parecia tener un poderoso efecto sedante, como una suave cascada de agua tibia. Hacia que los hechos recientes parecieran menos reales, menos terrorificos de lo que eran en realidad. Al siguiente dia serian los funerales por Jason. La gente vendria a la casa a presentar sus respetos, a comentar lo buena persona que habia sido su marido. No estaba muy segura de poder estar a la altura, pero esa era una preocupacion que dejaria para mas tarde.
Beso la mejilla de Amy, salio de la habitacion sin hacer ruido y camino por el pasillo hasta el pequeno estudio de Jason. Alzo la mano para coger una horquilla que habia sobre el marco de la puerta y la metio en la cerradura. Amy Archer, con sus dos anos, era capaz de entrar en cualquier parte y coger cualquier cosa: maquillaje, pantis, joyas, las corbatas de Jason, zapatos, carteras y monederos. Una vez habian encontrado la documentacion del Cougar de Jason metida en la masa de los crepes junto con las llaves de la casa que habian estado buscando como locos. En otra ocasion, Sidney y Jason se habian encontrado toda una caja de hilo dental liada en una de las patas de la cama. Abrir puertas era una cosa sencilla para el miembro mas joven de la familia Archer, de ahi la necesidad de tener una horquilla o un clip de papel en los marcos.
Sidney entro y se sento delante de la mesa escritorio. La pantalla del ordenador, oscura y silenciosa, le devolvio la mirada. Una parte de Sidney esperaba que apareciera en la pantalla otra carta electronica, pero no paso nada. Echo una ojeada a la pequena habitacion. Ejercia sobre ella una atraccion irresistible porque todo lo que habia le hablaba de el. Toco algunos de los objetos favoritos de Jason como si, por osmosis, pudieran revelarle los secretos que su marido habia dejado atras. El timbre del telefono la saco de sus pensamientos. Volvio a sonar y Sidney se apresuro a atenderlo sin saber muy bien que esperar. Por un momento, no reconocio la voz.
– ?Paul?