– Tengo poca memoria para el trabajo bien hecho. Tienen que demostrarme continuamente que son buenos. -La sonrisa de Gamble se convirtio en una expresion furiosa-. Por otro lado, jamas olvido las pifias.
Una vez mas se centraron en el juego hasta que hablo Sawyer.
– ?Alguna vez le ha estropeado algo Quentin Rowe?
Gamble parecio sorprendido por la pregunta.
– ?A que viene eso?
– Porque el tipo es su gallina de los huevos de oro y por lo que comentan usted lo trata como basura.
– ?Quien dice que es mi gallina de los huevos de oro?
– ?Insinua que no lo es? -Sawyer cruzo los brazos.
Gamble demoro la respuesta. Observo por unos instantes el contenido de la copa.
– He tenido muchas gallinas de esas en mi carrera. No se llega donde estoy con un solo caballo.
– Pero Rowe es valioso para usted.
– Si no lo fuera, no me serviria su compania.
– Asi que lo tolera.
– Mientras entre dinero.
– Que suerte la suya.
En el rostro de Gamble aparecio una expresion feroz.
– Cogi a un gilipollas sonador que era incapaz de ganar un centavo por su cuenta y lo converti en el treintanero mas rico del pais. Ahora, digame, ?quien es el afortunado?
– No pretendo quitarle meritos, Gamble. Usted persiguio un sueno y lo hizo realidad. Supongo que esa es la idea de este pais.
– Lo tomare como un cumplido viniendo de su parte. -Gamble volvio a mirar el partido de baloncesto.
Sawyer se puso de pie y aplasto la lata de cerveza entre los dedos.
– ?Que hace? -le pregunto Gamble.
– Me voy a casa. Ha sido un largo dia. -Sostuvo en alto la lata aplastada-. Gracias por la cerveza.
– Le dire al chofer que lo lleve. Yo me quedare aqui un rato.
Sawyer echo una ojeada al lujoso palco.
– Creo que por hoy ya he tenido una racion mas que suficiente de vida aristocratica. Cogere el autobus. Pero gracias por la invitacion.
– Si, yo tambien he disfrutado con la compania -replico Gamble con un tono cargado de sarcasmo.
El agente ya subia las escaleras cuando el «?Eh, Sawyer!» del millonario le hizo volverse. Gamble le miro por unos instantes y despues exhalo un fuerte suspiro.
– Se le ve el plumero, ?vale?
– Vale -contesto el agente.
– No siempre he sido millonario. Recuerdo muy bien cuando no tenia ni un centavo y era un don nadie. Quiza por eso soy tan cabron cuando se trata de negocios. Me da panico solo de pensar en volver a la misma situacion.
– Disfrute de lo que queda de partido -le contesto, y se marcho mientras Gamble contemplaba la copa, ensimismado.
El agente casi se llevo por delante a Lucas cuando llego al rellano. Al parecer, el jefe de seguridad se habia situado alli para proteger mejor a su jefe y Sawyer se pregunto si habria escuchado algo de la conversacion. Lo saludo con una inclinacion de cabeza y entro en el bar. Con un movimiento fluido arrojo la lata de cerveza vacia y la encesto en el cubo de la basura. La encargada del bar lo miro con admiracion.
– Eh, quiza los Bullets quieran contratarlo.
– Si, podria ser el chico blanco del equipo -comento Sawyer. En el momento de salir volvio la cabeza para decirle a Lucas-: Sonrie, Rich.
Capitulo 44
Jeff Fisher miro apenado la pantalla. A su lado, Sidney Archer no sabia que mas podia hacer. Le habia dado toda la informacion personal que recordaba sobre Jason con el fin de descubrir la contrasena adecuada. Pero no habia servido de nada. Fisher meneo la cabeza.
– Hemos probado todas las posibilidades sencillas y sus variaciones. He intentado en un ataque a lo bruto y tampoco he conseguido nada. Tambien intente una combinacion aleatoria de letras y numeros, pero las combinaciones son tantas que no viviriamos lo suficiente para probarlas todas. -Se volvio hacia Sidney-. Creo que tu marido sabia muy bien lo que estaba haciendo. Es probable que haya empleado una combinacion aleatoria de letras y numeros de unos veinte o treinta caracteres. Sera imposible descifrarla.
A Sidney se le cayo el alma a los pies. Era enloquecedor tener en la mano un disquete lleno de informacion - probablemente una informacion capaz de explicar gran parte de lo ocurrido a su esposo- y ser incapaz de leerlo.
Se levanto y comenzo a pasear por el cuarto mientras Fisher continuaba apretando teclas al azar. Sidney se detuvo delante de la ventana, junto a una mesa donde habia una pila de correspondencia. Encima de la pila habia un ejemplar de
Fisher miro a su amiga mientras se acababa la gaseosa. Al ver la revista en las manos de Sidney, fruncio el entrecejo.
– Me tienen harto con la correspondencia de ese tipo. Se ve que en los ficheros de varias companias aparece con mi direccion. La mia es 6215 Thorndike y la suya 6251 Thorndrive, que esta al otro lado del condado de Fairfax. Toda esa pila es suya, y solo es la de esta semana. Se lo he dicho al cartero, he llamado mil veces a la central de Correos, a todas las companias que tienen mal la direccion. Pero ya lo ves.
Sidney se volvio lentamente hacia Fisher. Se le acababa de ocurrir una idea bastante curiosa.
– Jeff, una direccion de correo electronico es como cualquier otra direccion o numero de telefono, ?verdad? Escribes la direccion equivocada y puede ir a parar a cualquier parte como ocurre con esta revista. -Levanto el ejemplar de
– Claro -contesto Fisher-. Ocurre continuamente. Yo tengo metidas en el disco duro las direcciones mas habituales y solo tengo que marcarlas con el raton. Eso reduce el margen de error.
– ?Y si tienes que escribir la direccion completa?
– En ese caso el margen de error aumenta y mucho. Hay direcciones que cada vez son mas largas.
– ?Asi que si te equivocas en una tecla, el mensaje puede recibirlo vete a saber quien?
Fisher asintio mientras masticaba una patata frita.
– No hay dia en que no reciba algun mensaje equivocado.
– Y entonces ?que haces? -le pregunto Sidney, intrigada.
– El procedimiento es muy sencillo. Marco con el raton la orden de respuesta al remitente y envio el mensaje estandar de que la direccion esta equivocada, y le devuelvo la carta original para que sepa cual es. Por lo tanto no necesito saber la direccion. La devolucion al remitente es automatica.
– Jeff, ?quieres decir que si mi marido envio un mensaje a la direccion equivocada, la persona que lo recibio por error no tuvo mas que responder a la direccion de Jason para avisarle de la equivocacion?
– Exacto. Si estas en el mismo servicio, digamos America Online, resulta bastante sencillo.
– Y si la persona respondio, el mensaje estaria ahora en el buzon electronico de Jason, ?no?
Sidney se levanto bruscamente y recogio su bolso mientras Fisher la miro preocupado por el tono de su voz.
– Yo diria que si. ?Adonde vas?
– A mirar en el ordenador de casa si esta el mensaje. Si contiene la contrasena, podre leer el disquete. - Sidney saco el disquete del ordenador y se lo guardo en el bolso.
– Si me das el nombre de usuario de tu marido y la contrasena, puedo acceder a su correspondencia