– Tampoco estaria mal. Irias a trabajar al 'Contemporaneo'. ?Editarian alla el 'Contemporaneo' con la misma tendencia politica? Seguramente. Y alli, encontrarias a Chernishvski sentado tras su mesa. ?No piensas que es interesante? ?No se te hace agua la boca?
– Si.
Ambos nos reimos tan fuerte que Olga exclamo:
– ?Yo quiero llorar, y ellos rien!
– Nuestras glandulas lagrimales se secaron por la carencia de cloruro sodico en el organismo, -dijo Klionov-. Olga, no es bello ver aparecer lagrimas en los ojos de la esposa del heroe. Bebamos conac. Quien sabe si Serguei despertara en un mundo donde impera la ley seca.
Tuvimos que omitir el conac, pues Zargarian llamaba ya a la puerta. En sus movimientos, insinuabase cierta solemnidad.
Salimos hacia el instituto. En todo el camino no dejo escapar una sola palabra. Yo tambien calle.
Estaciono su 'Volga' junto a la fila de automoviles y nos lanzamos hacia arriba por la escalera de granito. Y, al fin, Zargarian, llamandome por primera vez familiarmente y sin su peculiar sonrisa y sin el acento con el cual solia bromear, me dijo:
– Seriozha, no creas que tenga miedo o me sienta intranquilo. Solo Nikodimov considera que existe algun riesgo debido a que el problema no ha sido estudiado profundamente y la experiencia es escasa. Sin embargo, yo considero que el cien por ciento de posibilidades esta de nuestro lado. Estoy convencido de que sera un exito. ?Convencido! -rugio desaforadamente, estremeciendo el bosque cercano-. Y callo, porque ante el combate no se deben hablar cosas superfluas. ?Todo esta claro, Seriozha?
– Si, Ruben, todo esta claro.
Nos dimos la mano y callamos de nuevo, hasta el laboratorio. Aqui no habia cambiado nada desde el primer dia de mi aparicion: el mismo tono claro del material plastico; el centelleo aureo del cobre; la blancura del niquel; la ahumada opacidad de la vidriosa pantalla que hacia recordar a la de los televisores, aunque mas grande. Mi sillon estaba en el sitio de siempre, en el enredo de alambres multicolores gruesos y delgados como hilos de arana: la sigilosa arana en espera de su victima. Sin embargo, el sillon en si, suave y comodo e iluminado por la luz rosada de la habitacion, no me provocaba inquietud o alarma, mas bien me hacia recordar un corazon rodeado de arterias, preocupado por mi ausencia.
Nikodimov me recibio con su sonrisa estereotipada; su blanca bata cubria todo su cuerpo, dura y almidonada, asemejandolo a un fosil.
– Me alegra sobremanera que haya aceptado tomar parte en este riesgoso experimento, -dijo, tras cambiar las palabras de saludo-. Este puede ser el ultimo paso decisivo hacia el objetivo. Le ruego, a pesar de todo, pensar de nuevo en su resolucion y pesar el pro y el contra antes de empezar el experimento.
– Todo ha sido pesado -afirme.
– Espere. Lo pesaremos de nuevo. ?Que fue lo que le instigo a dar su aprobacion en el experimento? ?La curiosidad? A decir verdad, ese estimulo no es muy valedero.
– ?Y el interes cientifico?
– Usted no lo tiene.
– ?Entonces, que es lo que incita a los periodistas a volar, por ejemplo, a la Antartida o a la jungla? - objete.
– Ah, usted tiene ansias de saber, de conocer. De acuerdo. Y tambien el deseo de causar sensacion, el cual, en una medida u otra, es comun a todos los periodistas. Una vez, el periodista Stanley, por causar sensacion, viajo al Africa en busca del desaparecido Livingstone, y en la hazana de encontrarlo, adquirio una fama similar al buscado. Quizas la fama le haga dar vueltas la cabeza. No se. Me imagino como converso con usted Ruben, -dijo riendose, y empezo a hablar con Zargarian-: ?Si, esta es una gran hazana, aun no vista en la historia de las ciencias! La fama del viajero por los mundos simultaneos es equivalente a la gloria de los primeros conquistadores del cosmos! Tengo la firme conviccion de que el le llamo asi.
De soslayo, mire a Zargarian. Este escuchaba con atencion, sin ofenderse y con una sonrisa en los labios. Nikodimov, al atrapar mi mirada, agrego:
– Lo dijo, naturalmente. Me lo imagine. El presento todo como un barril de miel. Pero yo le agregare a este barril mi cuchara de hiel. Querido amigo, no le prometo ni la gloria del viajero por los mundos simultaneos, ni un homenaje en la Plaza Roja. Ni apenas un gran reportaje en los periodicos. En el mejor de los casos, regresara a su casa con un bagaje de sensaciones fuertes y con la conciencia de que su participacion en el experimento no resulto inutil para la ciencia.
– ?Acaso esto es poco? -inquiri.
– Depende del individuo. Solo dos personas saben del gran aporte que usted hace a la ciencia, estas dos personas somos nosotros: Zargarian y yo. Su testimonio oral sobre lo visto, no es en si una prueba para la ciencia; siempre surgen escepticos negando la veracidad de los experimentos, y mas aun en nuestro caso. Y, por desgracia, carecemos de instrumentos capaces de registrar y reproducir en imagenes visibles todo lo que surge en su conciencia.
– Podria haber una prueba convincente de todo lo experimentado -afirmo Zargarian.
Nikodimov quedo pensativo. Yo, impaciente, esperaba la explicacion. ?Que prueba podria ser esa, si todas las pruebas materiales de mi presencia en los mundos contiguos alli quedaron; tanto la sonda caida durante la operacion, como la nota en la libreta medica y el labio roto de Sichuk? Yo no traje nada, a excepcion del recuerdo.
– Le explicare ahora todo lo que acaba de insinuar Ruben -pronuncio Nikodimov lentamente, como si pesara cada una de sus palabras-. El tiene en cuenta la posibilidad de penetrar en un mundo que nos supere en el tiempo y desarrollo. Si surgiera tal posibilidad y usted pudiera aprovecharla, su conciencia podria grabar no solo imagenes visuales, sino abstractas, digamos, matematicas. Por ejemplo, la formula de una ley desconocida de la fisica, o una igualdad representada en signos matematicos universalmente admitidos capaz de ayudarnos en el conocimiento del mundo circundante. Mas todo esto es una suposicion, una hipotesis, no mas real que las conjeturas surgidas al 'leer' una taza de cafe. Nos esforzaremos en trasladar su conciencia mucho mas lejos de los mundos que colindan con nuestro mundo tridimensional. En cuanto a la expresion 'mas lejos' le quiero senalar que es convencional, ya que la distancia en esta dimension no se calcula ni en micrones, ni en kilometros ni en parsecs. Aqui actua otro sistema de calculo hasta ahora desconocido. Lo principal de todo es que no sabemos cuanto arriesga en este experimento. Nosotros, hasta ahora, no hemos perdido su campo energetico; pero, ?acaso podemos asegurarle que no lo perderemos hoy? Le doy mi palabra que no me ofendo si usted nos dice que posterguemos el experimento.
Me sonrei. Nikodimov esperaba mi respuesta: estaba tranquilo como una momia. Que diferentes eran ellos. He aqui, pues, en verdad: '
– Bueno, pues, posterguemos… -empece diciendo lentamente, mirando de reojo a Nikodimov-…posterguemos las conversaciones sobre los riesgos hasta despues del experimento.
Todo lo que ocurrio luego transcurrio en algunos minutos, quizas segundos. No recuerdo: sillon, casco, captadores, palabras sueltas de una conversacion… y, por fin, el silencio, las sombras y la niebla colorida en un remolino.
UN DIA EN EL PASADO
El remolino se detuvo. La niebla se hizo transparente, adquiriendo el tono gris opaco de una manana de primavera. Y surgio ante mis ojos un patio lleno de basura, con charcos cubiertos de una escarcha gris, junto a la empalizada se insinuaba la nieve sucia del desierto y casi a mi lado, un furgon verde oscuro con las puertas posteriores abiertas de par en par.
Un fuerte golpe en la espalda me lanzo al suelo. Cai en un charco, haciendo crujir la escarcha.
Alguien grito a mi espalda, me levante a duras penas y otro golpe en la espalda me arrojo contra el furgon, de alli se extendieron unas manos que me atraparon y me subieron. Se cerro la puerta tras de mi y escuche el motor y el chirrido de los neumaticos al arrancar.