de una guerra sucia. Absolutamente nada, de eso estaban seguros.
Tony Zachary entro en el edificio cinco minutos antes de las dos de la tarde y se dirigio derecho al mostrador.
– Tengo una cita con el senor Fisk -anuncio, educado, y la secretaria desaparecio.
Observo el lugar mientras esperaba. Estanterias medio combadas por el peso de unos volumenes polvorientos, alfombra gastada, el olor a viejo de un edificio antiguo necesitado de restauracion. Se abrio una puerta y un joven apuesto le tendio la mano.
– Senor Zachary, Ron Fisk -se presento afablemente, como probablemente hacia con todos los clientes nuevos.
– Un placer.
– Pasemos a mi despacho -dijo Fisk, indicandolo con la mano.
Entraron, la cerraron detras de ellos y se acomodaron alrededor de un enorme escritorio lleno de papeles. Zachary declino el ofrecimiento de un cafe, agua o un refresco.
– Estoy bien, gracias.
Fisk iba arremangado y se habia aflojado la corbata, como si hubiera estado haciendo algun trabajo manual. A Zachary le gusto de inmediato esa imagen. Dentadura perfecta, apenas algunas canas sobre las orejas, barbilla pronunciada. Ese tipo tenia salida, sin duda.
Durante unos minutos estuvieron tanteando el terreno para ubicarse mutuamente. Zachary dijo que residia en Jackson desde hacia tiempo, donde habia pasado la mayor parte de su carrera dedicado a las relaciones gubernamentales, fuera lo que fuese lo que significaba eso. Teniendo en cuenta que sabia que en la ficha de Fisk no constaba que estuviera interesado en la politica, no temia ser desenmascarado. En realidad, habia vivido en Jackson menos de tres anos y habia trabajado hasta hacia muy poco como miembro de un grupo de presion para una asociacion de contratistas de asfaltado. Ambos conocian a un senador de Brookhaven y hablaron de el unos minutos, para pasar el rato.
– Disculpeme, pero en realidad no soy un cliente -dijo
Fisk fruncio el ceno y asintio. -Continue.
– ?Ha oido hablar alguna vez de un grupo llamado Vision Judicial?
– No.
Muy pocos lo conocian. En el turbio mundo de los grupos de presion y la consultoria, Vision Judicial era un recien llegado.
– Soy el director ejecutivo para el estado de Mississippi -continuo Zachary-. Es un grupo de ambito nacional. Nuestro unico objetivo es elegir personas cualificadas para los tribunales de apelacion. Por cualificadas me refiero a jovenes, ambiciosos, conservadores, partidarios del desarrollo economico, moderados, honrados e inteligentes jueces que, senor Fisk, y esta es la filosofia de nuestro trabajo, pueden cambiar, literalmente, el panorama judicial de este pais. Si lo conseguimos, podremos proteger los derechos de los nonatos, restringir la basura cultural que consumen nuestros crios, honrar el vinculo sagrado del matrimonio, alejar a los homosexuales de las aulas, combatir a los defensores del control de armas, cerrar las fronteras y proteger el verdadero estilo de vida americano.
Ambos respiraron hondo.
Fisk no estaba seguro de como encajaba el en todo aquello, pero no podia negar que el pulso se le habia acelerado.
– Si, bien, parece un grupo interesante -dijo.
– Estamos comprometidos en ello -aseguro Zachary con firmeza- y tambien estamos decididos a devolver la cordura a nuestro sistema de procedimiento civil. Las indemnizaciones desorbitadas y los abogados avidos de litigios obstaculizan el desarrollo economico. Estamos espantando a las empresas para que se vayan de Mississippi en vez de atraerlas.
– En eso estamos completamente de acuerdo -dijo Fisk, y Zachary estuvo a punto de gritar de jubilo.
– Ya ve todas las demandas ridiculas que llegan a interponerse. Trabajamos de la mano de los grupos nacionales a favor de la reforma de las leyes de responsabilidad civil.
– Eso esta bien. ? Y por que estan en Brookhaven?
– ?Tiene usted ambiciones politicas, senor Fisk? ?Alguna vez se ha planteado la posibilidad de liarse la manta a la cabeza y presentarse a las elecciones para un cargo en la Administracion?
– La verdad es que no.
– Pues
Fisk se echo a reir ante semejante disparate, aunque su risa nerviosa invitaba a pensar que lo supuestamente gracioso no lo era en realidad. Era muy serio. Podia continuar.
– ?Averiguaciones?
– Desde luego. Dedicamos mucho tiempo a buscar candidatos que a) nos gusten y b) puedan ganar. Estudiamos a los rivales, las elecciones, la demografia, la politica, en realidad, todo. Nuestro banco de datos es incomparable, asi como nuestra capacidad para encontrar importantes recursos financieros. ? Le gustaria oir mas?
Fisk se echo hacia atras en su sillon reclinable, puso los pies en el escritorio y coloco las manos detras de la nuca. -Por supuesto, cuenteme por que esta aqui.
– Estoy aqui para reclutarle para que se enfrente en las elecciones de noviembre a la jueza Sheila McCarthy del distrito sur de Mississippi -anuncio con firmeza-. Puede batirla. No nos gusta ni ella ni su historial. Hemos analizado las decisiones que ha tomado en estos ultimos nueve anos en la magistratura y creemos que es una liberal acerrima que hasta ahora ha conseguido casi siempre ocultar su verdadera afiliacion. ? La conoce?
Fisk casi temia contestar que si.
– Nos hemos visto una vez, de pasada. En realidad no la conozco.
De hecho, segun la investigacion que Zachary habia llevado a cabo, la jueza McCarthy habia participado en tres resoluciones en casos relacionados con el bufete de Ron Fisk y siempre habia fallado en contra. Fisk habia defendido una de las causas, un proceso muy discutido sobre el incendio premeditado de un almacen. Su cliente habia perdido por cinco votos a cuatro. Era bastante probable que no le tuviera gran aprecio a la unica magistrada de Mississippi.
– Es muy vulnerable -dijo Zachary.
– ?Por que cree que puedo ganarla?
– Porque usted no tiene problemas para definirse como conservador, alguien que cree en los valores familiares. Ademas, nuestra experiencia nos permite dirigir campanas relampago y disponemos de los fondos.
– ?De verdad?
– Por descontado. Ilimitados. Somos socios de gente poderosa, senor Fisk.
– Por favor, llamame Ron.
«Te estare llamando pequeno Ronny antes de que te des cuenta.»
– Si, Ron, coordinamos la recaudacion de fondos con grupos que representan a bancos, aseguradoras, companias energeticas, grandes empresas, estoy hablando de dinero de verdad, Ron. A continuacion, ampliamos el horizonte para incluir a grupos que nos son mas afines: las asociaciones de cristianos conservadores, las cuales, por cierto, son capaces de reunir cantidades ingentes de dinero durante los momentos algidos de una campana. Ademas de representar el grueso de los votantes.
– Haces que parezca facil.
– Nunca es facil, Ron, pero no perdemos casi nunca. Hemos perfeccionado nuestras tecnicas en mas o menos una docena de elecciones por todo el pais y nos estamos acostumbrando a cosechar victorias que sorprenden a mucha gente.
– Nunca he ejercido de magistrado.
– Lo sabemos y por eso nos gustas. Los jueces que han ejercido antes en los tribunales toman decisiones drasticas y las decisiones drasticas a menudo son controvertidas porque dejan rastro, facilitan un historial que los oponentes pueden utilizar contra ellos. Con el tiempo, hemos aprendido que los mejores candidatos son jovenes
