miembros del tribunal supremo, a los de la asamblea legislativa, a los cargos electos del estado, a los grupos de presion inscritos en el censo, a miles de funcionarios, a los medicos con titulacion para ejercer la medicina y a los letrados aceptados en el Colegio de Abogados. El censo electoral del distrito sur contaba con trescientos noventa mil votantes. Los consultores en internet de Rinehart habian encontrado direcciones de correo electronico de una cuarta parte de ellos y los afortunados recibieron la noticia por ordenador mientras Ron seguia en el juzgado dando su discurso: Se enviaron un total de ciento veinte mil correos de una sola vez.

Tambien se enviaron cuarenta y dos mil solicitudes de dinero por los mismos medios, junto con un mensaje que alababa las virtudes de Ron Fisk al tiempo que atacaba los males sociales causados por «jueces liberales e izquierdistas que anteponen sus agendas a las del pueblo».

Trescientos noventa mil sobres se trasladaron a la oficina central de correos desde un almacen alquilado al sur de Jackson, un edificio del que Ron Fisk no sabia nada y que nunca veria. En cada sobre iba un folleto electoral con fotos enternecedoras, una carta cordial del propio Ron, un sobre mas pequeno por si alguien queria enviar un cheque y una pegatina de regalo para el parachoques. Los colores utilizados eran el rojo, el blanco y el azul, y era evidente que el diseno era profesional. Todos los detalles de la publicidad por correo eran de la mejor calidad.

A las once de la manana, Tony traslado el espectaculo al sur, a McComb, la undecima ciudad mas grande del distrito. (Brookhaven ocupaba la decimocuarta posicion, con una poblacion de diez mil ochocientos habitantes.) Ron Fisk sonrio con aire de suficiencia mientras contemplaba el paisaje por la ventanilla del recien alquilado Chevrolet Suburban, acompanado de un voluntario llamado Guy que iba al volante, de su nuevo, aunque ya indispensable, ayudante Monte, que ocupaba el asiento del acompanante con el telefono pegado a la oreja, y de Doreen, sentada a su lado en el espacioso asiento del medio del monovolumen. Era uno de esos momentos que habia que saborear: su primera incursion en politica y por la puerta grande. Cientos de partidarios entusiasmados, la prensa, las camaras, el excitante reto del trabajo que tenian por delante, la emocion de ganar… y todo en las dos primeras horas de la campana. La fuerte subida de adrenalina solo era un atisbo de lo que estaba por venir. Se imaginaba una gran victoria en noviembre. Se veia saltando del absoluto anonimato de ejercer su profesion en una pequena ciudad al prestigio del tribunal supremo. Lo tenia todo a sus pies.

Tony los seguia de cerca, mientras hacia un rapido resumen a Barry Rinehart.

Ron volvio a anunciar su candidatura en el ayuntamiento de McComb. Habia poca gente, pero era muy ruidosa. Aparte de unos cuantos amigos, los demas eran todos desconocidos. Despues de un par de entrevistas rapidas, con fotos, lo llevaron a la pista de aterrizaje de McComb, donde embarco en un Lear 55, un bonito avion privado de pequenas dimensiones y lineas aerodinamicas aunque, cosa que a Ron no se le paso por alto, mucho mas pequeno que el G5 que lo habia llevado a Washington. Doreen consiguio ocultar a duras penas su emocion al encontrarse por primera vez en un jet privado. Tony se les unio a bordo. Guy se alejo en el monovolumen.

Quince minutos despues aterrizaron en Hattiesburg, con una poblacion de cuarenta y ocho mil habitantes, la tercera mayor ciudad del distrito. Ron y Doreen estaban invitados a la una del mediodia a un almuerzo de oracion organizado por una flexible confederacion de pastores fundamentalistas. Se celebraria en un viejo Holiday Inn. Tony les espero en el bar.

Ron escucho mas que hablo mientras daban cuenta de un pollo pesimamente cocinado con judias blancas. Varios predicadores, todavia inspirados por sus labores dominicales, sintieron la necesidad de honrarlo con sus puntos de vista sobre varias cuestiones y males: Hollywood, la musica rap, la cultura del famoseo, la pornografia desenfrenada, internet, el consumo de alcohol por menores y el sexo antes de la mayoria de edad, entre muchos otros. Ron asintio a todo con conviccion, pero dispuesto a escapar cuanto antes. Cuando le brindaron la oportunidad de decir algo, escogio las palabras adecuadas. Doreen y el habian rezado por aquellas elecciones y sentian que Dios habia oido sus oraciones. Las leyes dictadas por el hombre deberian intentar emular las leyes divinas. Solo los hombres con una vision moral clara deberian juzgar los problemas de los demas. Etcetera. Obtuvo una rotunda aprobacion de los presentes.

Una vez finalizado el encuentro, Ron se dirigio a un par de docenas de simpatizantes, en el exterior del juzgado de distrito del condado de Forrest. La cadena de television de Hattiesburg cubrio la noticia. Tras unas cuantas preguntas, se paseo por Main Street, estrecho la mano a todo el mundo, entrego sus elegantes folletos y entro en los despachos de abogados para saludarlos un momento. A las tres y media, el Lear 55 despego y se dirigio hacia la costa. A ocho mil pies y subiendo, sobrevolo el extremo sudoeste del condado del Cancer.

Guy les esperaba con el monovolumen en el aeropuerto comarcal de Gulfport-Biloxi. Ron se despidio de Doreen con un beso y el avion la llevo de vuelta a McComb. Alli, otro coche la llevaria hasta Brookhaven. Ron volvio a anunciar su candidatura en el palacio de justicia del condado, respondio a las mismas preguntas y luego concedio una larga entrevista para el Sun H erald.

Biloxi era el hogar de Sheila McCarthy. Estaba junto a Gulfport, la mayor ciudad del distrito sur, con una poblacion de sesenta y cinco mil habitantes. Biloxi y Gulfport eran las principales ciudades de la costa, una zona a lo largo del golfo compuesta por tres condados, que recogia el 60 por ciento de los votos. Al este estaban Ocean Springs, Gautier, Moss Point, Pascagoula y luego Mobile. Al oeste estaban Pass Christian, Long Beach, Waveland, Bay St. Louis y luego Nueva Orleans.

Tony habia planeado que Ron invirtiera alli la mitad del tiempo que durara la campana. A las seis de la tarde, el candidato conocio su oficina de la costa, un establecimiento de comida rapida remodelado, en la carretera 90, la via de cuatro carriles mas transitada que bordeaba la playa. Carteles de vivos colores inundaban la zona que rodeaba las oficinas, y una gran multitud se reunio alli para oir y ver al candidato. Ron no conocia a nadie. Tony tampoco. Practicamente todos eran empleados de alguna de las companias que financiaban indirectamente la campana. La mitad trabajaban en la oficina regional de una compania nacional de seguros de automoviles. Cuando Ron llego y vio las oficinas, la decoracion y la gente, se maravillo de la capacidad organizativa de Tony Zachary. Aquello iba a ser mas sencillo de lo que habia pensado.

Los casinos eran el motor principal de la economia de la zona del golfo, asi que Ron se ahorro sus comentarios moralistas e hizo hincapie en su enfoque conservador en cuanto a la administracion de la justicia. Hablo de el, de su familia, del equipo de beisbol infantil invicto de su hijo Josh y, por primera vez, expreso su preocupacion por los indices de delincuencia del estado y por la aparente desidia a la hora de ejecutar a asesinos convictos.

Clete Coley habria estado orgulloso de el.

Esa noche se celebro una elegante cena a mil dolares el plato en el Biloxi Yacht Club, para recaudar fondos. Los comensales eran una amalgama de empresarios, banqueros, medicos y abogados de aseguradoras. Tony conto ochenta y cuatro asistentes.

Esa noche, mucho mas tarde, Tony llamo a Barry Rinehart para hacerle el resumen del gran dia mientras Ron dormia en la habitacion de aliado. No habia sido tan vistoso como la espectacular entrada en escena de Clete, pero si mucho mas productivo. Su candidato se habia desenvuelto muy bien.

El segundo dia empezo a las siete y media de la manana con un almuerzo de oracion en un hotel a la sombra de los casinos. Estaba patrocinado por un grupo de reciente creacion, llamado Coalicion de Hermanos. La mayoria de los asistentes eran pastores fundamentalistas que pertenecian a diversas ramas del cristianismo. Ron aprendia a marchas forzadas la estrategia de adaptarse a la audiencia y se sintio como en casa hablando sobre su fe y de como esta daria forma a sus decisiones en el tribunal supremo. Hizo hincapie en su largo servicio como diacono y profesor de catequesis, y casi se le quebro la voz al recordar el bautizo de su hijo. Una vez mas, obtuvo la aprobacion de los presentes de inmediato.

Al menos medio estado desayuno con los periodicos matutinos en los que aparecian anuncios electorales a toda pagina del candidato Ron Fisk. El de The Clarion-Ledger de Jackson incorporaba una bonita foto con un titular en negrita que rezaba «Reforma judicial». En letra mas pequena podian leerse los pertinentes datos biograficos de Ron, que ponian enfasis en su pertenencia a organizaciones civicas, su iglesia y a la Asociacion Americana del Rifle. En letra aun mas pequena podian leerse sus impresionantes referencias: grupos de familia, activistas cristianos conservadores, pastores y asociaciones que parecian incluir al resto de la humanidad; medicos, enfermeras, hospitales, dentistas, hogares de ancianos, farmaceuticos, pequenos comerciantes, inmobiliarias, bancos, aseguradoras (de salud, de vida, medicos, contra incendios, de enfermedad, de negligencia profesional), contratistas, arquitectos, empresas energeticas, companias de gas natural y tres grupos de «relaciones legislativas» que representaban a los fabricantes de practicamente todos los productos que pudieran encontrarse en el mercado.

En otras palabras: todo aquel susceptible de ser demandado y que, por tanto, pagaba primas en su seguro

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