habia intuido la presencia de Pierce detras de ella. Al girarse, se habian quedado mirandose en silencio. Ryan habia deseado abrazarlo, decirle que lo amaba; pero tambien se habia sentido impotente y habia terminado marchandose. Pierce no le habia pedido que se quedara ni con gestos ni con palabras.

Desde entonces, Ryan se habia mantenido alejada de las cajas fuertes, concentrandose en repasar y supervisar los ultimos detalles de produccion.

Habia que revisar el vestuario. Un foco se habia roto en el ultimo momento. Habia que sustituir a un tecnico que se habia puesto enfermo. Y el tiempo, el elemento mas crucial de todos, habia que ajustarlo al segundo.

Parecia que los imprevistos no tenian fin y Ryan no podia sino dar gracias de que surgieran. De ese modo no tenia tiempo para pensar. El publico ya habia ocupado sus asientos en el estudio.

Con el corazon en un puno, pero sin dejar que su rostro reflejara sus nervios, Ryan espero en la cabina de control mientras el director de escenario daba la cuenta atras final.

El espectaculo empezo.

Pierce estaba sobre el escenario, tranquilo, con todo controlado. El decorado era perfecto: todo estaba limpio y una tenue iluminacion le daba un toque misterioso. Vestido con su traje negro, Pierce era un hechicero del siglo XXI, sin necesidad de varitas magicas ni sombreros de copa.

El agua fluia entre las palmas de Pierce, sus dedos disparaban llamaradas de fuego. Ryan miro como clavaba a Bess en la punta de un sable; luego le hacia dar vueltas como una centrifugadora, hasta que le quitaba la espada y Bess seguia girando sin ningun punto de apoyo.

Elaine levito sobre las llamas de las antorchas mientras el publico contenia la respiracion. Pierce la encerro en una burbuja de cristal transparente, la cubrio con una tela roja y la elevo tres metros por encima del escenario. Luego la hizo balancearse al compas de la musica de Link. Cuando la bajo y retiro la tela, Elaine se habia transformado en un cisne blanco.

Alternaba numeros espectaculares con otros mas sencillos pero bellos. Controlaba los elementos, desafiaba a la naturaleza y apabullaba a todos con su maestria.

– Va sobre ruedas -oyo Ryan que decian-. Esperate que no nos den un par de Emmys por este programa. Treinta segundos, camara dos. ?Dios, que bueno es este tio!

Ryan salio de la cabina de control y bajo a un lateral del escenario, junto a los tramoyistas. Se dijo que se habia quedado fria porque el aire acondicionado estaba muy fuerte en la cabina. Seguro que haria algo mas de calor cerca de Pierce. Los focos daban tanta luz como calor, pero su piel siguio helada. Ryan miro mientras Pierce realizaba una variante de la tele transportacion que habia hecho en Las Vegas.

Aunque en ningun momento miro hacia ella, Ryan intuia que Pierce notaba su presencia. Tenia que saberlo, pues nunca habia pensado en alguien con tanta intensidad.

– Todo va bien.

Ryan levanto la cabeza y vio a Link a su lado.

– Si, de momento, perfecto.

– Me ha gustado el cisne. Ha sido bonito.

– Si.

– Quiza debieras ir al vestuario de Bess y sentarte -sugirio Link, que estaba sufriendo al verla tan palida y preocupada-. Puedes verlo por la tele.

– No, no. Me quedo.

Pierce habia sacado un tigre al escenario; un tigre atletico que no paraba de dar vueltas en una jaula. La cubrio con la misma tela que habia utilizado para la burbuja. Cuando la quito, el tigre habia desaparecido y fue Elaine la que aparecio enjaulada. Ryan sabia que aquel era el ultimo numero antes de la fuga. Respiro hondo.

– Link -Ryan le agarro una mano. Necesitaba un sosten en el que apoyarse.

– No le pasara nada -1e aseguro Link al tiempo que le apretaba la mano para darle animos-. Pierce es el mejor. Sacaron la mas pequena de las cajas fuertes. Abrieron la puerta y la giraron hacia un lado y otro para ensenarle al publico su solidez. Ryan saboreo el amargor del miedo. No oyo las explicaciones que Pierce iba dando a los espectadores mientras un capitan del departamento de policia de Los Angeles lo esposaba de pies y manos.

Ryan tenia los ojos pegados a la cara de Pierce. Sabia que su cerebro ya estaba encerrado en la caja fuerte. Pierce ya estaba liberandose. No le quedaba mas remedio que aferrarse a eso y a la mano que Link le tendia.

Apenas cabia dentro de la primera caja. Los hombros le rozaban los laterales.

“No puede moverse”, penso de pronto, presa del panico. Cuando cerraron la puerta, dio un paso hacia el escenario. Link la sujeto por los hombros.

– No puedes, Ryan.

– Pero no puede moverse. ?No puede respirar! -exclamo mientras observaba horrorizada como lo metian en la segunda caja fuerte.

– A estas alturas ya se ha quitado las esposas -la tranquilizo Link, aunque tampoco a el le habia gustado ver como encerraban a Pierce dentro de la segunda caja-. Seguro que ya esta abriendo la puerta de la primera. Trabaja rapido. Tu lo sabes, lo has visto trabajar -anadio para consolar a Ryan tanto como a si mismo.

– ?Dios! -exclamo acongojada ella cuando vio que ensenaban la tercera caja. Ryan noto un ligero desvanecimiento y se habria caido al suelo si Link no la hubiese estado sujetando.

La tercera de las cajas engullo las dos mas pequenas y al hombre que habia dentro. La cerraron, le pusieron el cerrojo. Ya no habia forma de escapar.

– ?Cuanto llevamos? -susurro Ryan. Tenia los ojos pegados a la caja-. ?Cuanto tiempo lleva dentro?

– Dos minutos y medio -Link sintio que una gota de sudor le resbalaba por la espalda- Tiene margen de sobra.

Link sabia que las cajas estaban tan pegadas que solo permitian empujar las puertas lo suficiente para que un nino saliese a gatas. Seguia sin entender como podia Pierce doblarse y retorcerse como lo hacia. Pero lo habia visto hacerlo. A diferencia de Ryan, Link habia visto ensayar a Pierce aquella fuga infinidad de veces. El sudor seguia corriendole por la espalda.

El ambiente estaba cargado. Ryan apenas podia meter aire en los pulmones. Asi debia de sentirse Pierce dentro de la caja: sin oxigeno… sin luz.

– ?Cuanto, Link? -exclamo, temblando como una hoja. El giganton dejo de rezar para responder.

– Dos minutos cincuenta. Ya casi ha terminado. Esta abriendo la tercera caja.

Ryan entrelazo las manos y empezo a contar segundos mentalmente. Los oidos le zumbaban. Se mordio el labio inferior. Aunque nunca se habia desmayado, sabia que estaba muy cerca de hacerlo. Cuando se le nublo la vision, apreto los ojos con fuerza para despejarse y se obligo a abrirlos de nuevo. Pero no podia respirar. Pierce se habia quedado ya sin aire, igual que ella. En un arrebato silencioso de histeria, penso que se moriria asfixiada alli de pie mientras Pierce se asfixiaba dentro de las tres cajas. Entonces, vio que se abria la puerta, oyo el suspiro de alivio de todo el publico y la salva de aplausos inmediatamente posterior. Pierce estaba de pie, dominando el escenario, sudoroso y respirando profundo.

Ryan perdio el equilibrio. No veia. Durante unos segundos, perdio el conocimiento. Pero lo recupero al oir que Link la estaba llamando, tratando de reanimarla.

– Ryan, Ryan, ya paso. Ha salido bien. Esta fuera. Esta bien.

Ryan se agarro al giganton y sacudio la cabeza en un intento de despejarse.

– Si, esta fuera -murmuro. Luego miro hacia Pierce un instante, se dio la vuelta y se marcho.

En cuanto dejaron de grabar las camaras, Pierce salio del escenario.

– ?Donde esta Ryan? -le pregunto a Link.

– Se ha ido -Link vio una gota de sudor resbalando por la cara de Pierce-. No se encontraba bien. Creo que se ha desmayado unos segundos -anadio al tiempo que le ofrecia la toalla que tenia preparada para el.

Pierce no se seco el sudor ni sonrio como hacia siempre despues de finalizar una fuga.

– ?Adonde ha ido?

– No se. Simplemente, se ha ido.

Sin decir palabra, Pierce fue a buscarla.

Ryan estaba tumbada, bronceandose bajo un intenso sol. Sentia un ligero picor en el centro de la espalda,

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