regresar a palacio hasta la manana siguiente y la acompano hasta el vestibulo. Las puertas de la calle estaban abiertas, y una litera aguardaba fuera; en el umbral permanecieron solos por un instante, y Leando le tomo la mano.

—Pensaras en lo que has oido esta noche, ?verdad?

—Lo hare —prometio con seriedad—. Pero...

—?Que te inquieta?

Meneo la cabeza, no muy segura de si podia explicarlo o de si tan siquiera deseaba hacerlo.

—Hay tantas cosas que todavia no comprendo... —repuso—. Estais dispuestos a confiar en mi; dispuestos a aceptar tan solo la palabra de Karim como garantia. No tiene sentido.

—La palabra de Karim es suficiente. Si lo conocieras, no lo dudarias.

—Pero, ?quien es? Tu tio se dirigio a el como «mago-doctor», sin embargo...

Leando la interrumpio, con suavidad, bajando el tono de voz.

—Indigo, ninguno de nosotros conoce toda la historia de Karim. Hasta hara poco mas de un ano era lo que mi tio lo ha nombrado: mago y doctor en la corte del antiguo Takhan. Por que escogio abandonar la corte y adoptar una nueva identidad como un pobre vendedor ambulante, no lo sabemos; aunque perdio la vision mas o menos por la misma epoca, y creemos que el cambio puede tener algun significado filosofico para el. Lo que si es cierto, es que desde que se quedo ciego sus poderes de clarividente han aumentado. Pero jamas ha querido explicarlo, y nosotros respetamos ese deseo; de la misma forma que respetamos su deseo de conservar el anonimo con respecto a los demas habitantes de Simhara. Confiamos en el, Indigo. Y confiamos en sus decisiones. Eso es suficiente para nosotros.

No habia nada mas que ella pudiera decir, aunque sus dudas seguian sin haberse disipado. Acallo las nuevas preguntas que acudieron a su mente; sabia muy bien que no la conducirian a ninguna parte, y se preparo para marcharse; pero entonces Leando la tomo de nuevo de la mano.

—Indigo. —Su rostro era tenso—. En tu preocupacion por la Infanta, piensa en Luk, tambien.

Comprendio al instante lo que queria decir.

—?Tienes miedo por el?

—Tengo miedo por todos, nosotros. Pero especialmente por Luk. Buenas noches, Indigo.

Y le beso los dedos en una forma que daba a entender algo mas que mera formalidad antes de que ella desapareciera en la noche.

Los porteadores de la litera recorrieron veloces y en silencio las tranquilas calles de Simhara y los desiertos bazares, e Indigo, que se habia quedado adormecida, salio de su sopor para encontrarse con que ya habian llegado a las puertas del palacio. Los guardas, que la conocian, sonrieron con aire conspirador cuando salio de la litera; y la joven se dirigio a sus habitaciones a traves de los jardines en sombras.

Tan solo unas pocas lamparas de luz muy mortecina ardian en los pasillos. Los carillones de las ventanas se agitaron debilmente y lanzaron un dulce y armonico acorde al pasar junto a ellos; su cerebro cansado registro los aromas del jazmin y la madreselva en el aire en movimiento. Su puerta estaba a pocos pasos de distancia...

Y una sombra que era mas que una sombra surgio de la oscuridad para cortarle el paso.

—Indigo.

Unos ojos claros en la penumbra, la sonrisa de un cazador que no tiene prisa... Augon Hunnamek poso ligeramente una mano sobre su hombro.

La sorpresa hizo que el corazon de Indigo diera un brinco; se recupero no obstante lo suficiente como para hacer una ligera inclinacion de cabeza, al tiempo que retrocedia de modo que los dedos de el resbalaron de su hombro.

—Mi senor Takhan.

Augon cloqueo en voz baja.

—De modo que, tambien tu, eres una criatura nocturna. —La mano se extendio de nuevo y esta vez apretaron su antebrazo con delicada precision—. Prometo guardarte el secreto, si tu prometes guardarme el mio.

Se obligo a sonreirle.

—Desde luego, senor.

Senor. —Saboreo la palabra—. No sale con facilidad de tus labios, ?no es verdad, querida Indigo? Lo encuentro muy refrescante, rodeado como estoy de aduladores y egoistas. Me gustaria pensar que en nuestros raros momentos de intimidad no soy el «senor» para ti, ni tampoco el «gran Takhan», sino simplemente Augon, como lo he sido durante todos los anos de mi juventud, antes de que la ambicion me dominara.

Con el corazon palpitando con fuerza, Indigo aparto los ojos de la intensidad de su mirada.

—Me parece que os burlais de mi, senor.

—?Ah! Entonces llamemos a esto un encuentro fortuito, y retiremonos a nuestros diferentes suenos. ?Te atendio bien Leando Copperguild?

Sintio vertigo al darse cuenta de que el sabia donde habia estado; pero se dijo que no significaba nada, que los chismosos abundaban en palacio. Su rostro adopto una mascara de inocencia.

—El y su familia han sido unos anfitriones perfectos, senor. Conversamos sobre barcos y el mar, y he tenido el placer de poder evocar muchos recuerdos agradables.

—Me satisface oirlo. Quiza me aprovechare tambien yo muy pronto de la hospitalidad de los Copperguild, si es como dices. —Augon sonrio de nuevo, pero esta vez se trataba de una sonrisa reservada y enigmatica—. Buenas noches, querida Indigo. Estoy seguro de que la Madre del Mar te enviara suenos agradables.

Intento permanecer rigida mientras el se inclinaba hacia adelante para besarla en la frente, pero si el noto como se encogia en su interior no dio la menor indicacion de ello, pues se limito a darse la vuelta y alejarse con paso tranquilo y solemne. Ella no espero hasta que se perdiera de vista, sino que se precipito hacia sus aposentos, cerro la puerta tras de si y se recosto contra ella por un instante mientras intentaba controlar su desbordado corazon.

Indirectas, insinuaciones, sospechas... no le era posible asimilarlas, se negaba a considerar las implicaciones. Obligandose a avanzar con calma, Indigo atraveso la habitacion en direccion a su lecho, con tan solo la debil luz de la luna para alumbrar su camino. Grimya era una forma oscura, dormida; no queria molestarla, no queria enfrentarse a las preguntas que clamaban en su cabeza. Todo lo que queria era sumirse en la inconsciencia de un sueno profundo.

Temblaba cuando se tumbo en la cama. Por un momento considero la posibilidad de dirigirse hacia el pequeno y adornado armario donde su pipa, el regalo de Phereniq, esperaba dispuesta a traerle la paz. Pero estaba demasiado agotada, exhausta; en aquellos momentos su cuerpo y su mente conspiraban ya para hundirla lentamente en una oscura y silenciosa sensacion de descanso.

Estremeciendose, tiritando a causa de algo que emanaba de lo mas profundo de su psiquis, los ojos de Indigo se cerraron y la joven se sumio en la inconsciencia.

CAPITULO 12

«Me parece que no tenemos eleccion.» La inquieta mirada de Grimya se detuvo en el patio al otro lado de la ventana, donde Jessamin chapoteaba feliz en su estanque bajo la paciente supervision de Hild. «Debemos creer que nos dicen la verdad.»

Indigo suspiro. La loba tenia razon; ya se habia perdido mucho tiempo en infructuosa especulacion, y seguia tan lejos de tomar una decision como lo habia estado despues de la reunion en casa de los Copperguild. Habian transcurrido seis dias desde aquel encuentro, y no habia sabido nada de Leando. Durante los tres primeros dias, Leando habia estado por el palacio como siempre, pero cuando recogia cada tarde a Luk evitaba —deliberadamente, sospecho ella— entablar con ella todo lo que no fuera la mas trivial de las conversaciones. Luego, al cuarto dia, Augon Hunnamek habia llamado a sesion a su Consejo, y desde entonces Leando, junto con los otros consejeros, habia permanecido encerrado con el Takhan durante casi todas las horas del dia.

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