—Muy bien, sigamos. Este comite toma nota de que Hollend y Calpurna, padres del nino perdido, exigen reparacion y embargo sobre la extranjera Indigo en justa compensacion por la ofensa causada. Tia Nikku tambien exige embargo, y ademas solicita la destruccion de la perra de la extranjera Indigo por ser una amenaza a la seguridad publica...
Consciente de que su anterior interrupcion no habia servido precisamente para ayudarla, Indigo se habia esforzado por controlarse y guardar silencio. Esto, sin embargo, era demasiado, y se puso en pie de un salto, derribando el taburete.
—
La anciana hizo un gesto, y antes de que pudiera decir nada mas Indigo se encontro con que dos hombres le inmovilizaban los brazos a los costados. Ni siquiera se habia dado cuenta de su presencia en la sala; debian de haber estado a su espalda, y no dudaba que los habian enviado para impedir tales arrebatos por su parte.
Tia Osiku le lanzo una mirada furiosa y le espeto:
—?La extranjera Indigo permanecera
Uno de los capturadores de la muchacha volvio a colocar en pie el taburete mientras que el otro zarandeaba violentamente el brazo de Indigo. Esta lo aparto con un furioso gesto y, blanca de rabia, volvio a sentarse. El corazon le latia desbocado pero se obligo a permanecer callada.
Tia Osiku devolvio su atencion a Thia, que habia contemplado el enfrentamiento con expresion de compasivo desden.
—Adolescente Thia, ?deseas anadir tu nombre a los de Hollend, Calpurna y tia Nikku en esta peticion de embargo sobre la persona de la extranjera Indigo?
—Si se me permite hacerlo, respetada tia, ese es mi deseo —respondio Thia con una exagerada reverencia.
—Muy bien. —Dirigio otro gesto en direccion a los secretarios, y otro de ellos tomo nota—. Regresa a tu asiento, por favor, adolescente Thia.
Mientras Thia se sentaba, los seis ancianos juntaron las cabezas y empezaron a conferenciar en voz baja. Hubo numerosos asentimientos e innumerables gestos obsequiosos por parte de tio Choai, pero, por mucho que Indigo agudizo el oido para intentar escuchar lo que decian, no consiguio captar ni una palabra. Por fin, tia Osiku se enderezo y dio unas palmadas.
—Muy bien. Este comite ha estudiado el tema, y esta ahora listo para dar su sentencia.
Por un momento Indigo no pudo creer lo que escuchaba.
—
Se hizo el silencio, y los ancianos la contemplaron con asombro. Luego tia Osiku dijo con frialdad:
—Desde luego.
—Pero..., ?pero esto es absurdo! ?No habeis escuchado mas que una version de la historia! La anciana parecio atravesarla con la mirada.
—Todos los testimonios necesarios para las deliberaciones del comite han sido dados y considerados. No hay nada mas que decir. La extranjera Indigo permanecera en silencio, por favor, o sera necesario sacarla de la sala y pronunciar sentencia sin que este presente.
—?Malditos seais,
Los dos hombres corrieron hacia ella pero esta vez los esperaba; con la mano derecha aparto a uno con fuerza mientras un golpe bien calculado con el codo izquierdo hacia retroceder tambaleante al otro.
Tia Osiku se puso en pie, roja de indignacion.
—?Esto no puede tolerarse!
—Tienes mucha razon, respetada tia: ?desde luego que no puede tolerarse! —le espeto Indigo—. ?Como podeis pronunciar sentencia sin escuchar lo que yo tengo que decir? ?Si se me esta juzgando, lo que evidentemente es asi, entonces tengo derecho a hablar!
—Es bien sabido que un acusado solo puede hablar si asi lo decide el comite ante el que ha sido llevado — replico la tia con aspereza—. Si asi se desea, se debe elevar la peticion correspondiente y solicitar permiso.
—?Entonces hago esa peticion ahora! —dijo Indigo apretando los dientes.
La tia volvio a hacer un gesto con la cabeza en direccion a su secretario.
—Que quede constancia de que la extranjera Indigo solicita permiso para presentar su caso ante este comite. Que tambien quede constancia de que no se le concede tal permiso. —Su fria mirada volvio a posarse sobre Indigo—. La acusada se sentara ahora.
Ni siquiera «extranjera» ahora, sino «acusada»...
—?Esto es una parodia! —protesto Indigo—. Una parodia, una burla... que la Senora me ayude, ?que clase de locos fanaticos y ciegos sois?
Tia Osiku no se mostro nada afectada por su diatriba, e Indigo comprendio de improviso que nada de lo que dijera o pudiera hacer cambiaria las cosas un solo apice. El comite la habia juzgado y encontrado culpable. Por muy violentamente que protestara, su decision estaba tomada, y ni el razonamiento ni ninguna otra forma de suplica alteraria. Estupefacta ante aquella idea, la muchacha sintio de repente que las fuerzas la abandonaban, e involuntariamente se desplomo sobre el taburete, con el rostro muy palido.
Se produjo un silencio expectante, hasta que tia Osiku carraspeo y anuncio:
—Este comite encuentra merito en las quejas presentadas contra la extranjera Indigo, y considera culpable a dicha extranjera en todos los aspectos. Que quede pues constancia de que el castigo se aplicara como sigue: la persona ! de la culpable ya no es deseable en la vecindad de Alegre Labor, y por lo tanto se la transportara a un lugar situado a ocho kilometros al este de la ciudad y una vez alli se la dejara marchar; esta accion se llevara a cabo manana una hora despues del amanecer. No se le concede permiso para regresar a Alegre Labor en el futuro, y el castigo a su desobediencia sera inmediato y severo.
Indigo la miro perpleja. ?Un simple exilio? Habia esperado algo mucho peor... Pero la mujer no habia terminado aun.
—En cuanto a las peticiones de embargo recibidas de Hollend y Calpurna, de tia Nikku y de la adolescente Thia, el comite decreta lo siguiente: que los bienes y posesiones de la culpable Indigo sean decomisados y entregados a los solicitantes por riguroso turno, en una proporcion de tres, dos y uno; el valor total de este embargo se fijara en ciento cincuenta piezas.
Vaya, de modo que ahi estaba el quid de la cuestion, Indigo se sintio embargada por la amargura al comprender hasta donde llegaba el cinismo de estas personas. ?De que podia servir la prision o incluso la ejecucion, cuando se podia sacar un provecho de todo aquello? Un prisionero ocupaba espacio productivo y comia comida valiosa, y un cadaver no le servia a nadie. Una severa pena monetaria resultaba una opcion mucho mas practica.
Dirigio la mirada al otro extremo deja estancia donde se encontraban Hollend y Calpurna. Esta estaba sosegada, apesadumbrada aun pero asintiendo son severidad a la sentencia de la anciana. Hollend parecia fatigado pero aliviado. Y Ellani... Ellani sonreia. ?Era eso todo lo que Koru significaba para ellos?, se pregunto Indigo con un escalofrio interno. ?Estaban tan contaminados por la forma de ser de este pais monstruoso que valoraban la vida de su propio hijo y hermano tan solo en terminos monetarios? No podia creer tal cosa de ellos. ?Tal cosa no era posible!
Sus tristes reflexiones se vieron interrumpidas cuando tia Osiku volvio a tomar la palabra.
—Por ultimo, llegamos a la cuestion de la perra de la culpable. Queda claro por la evidencia presentada ante este comite que el animal en cuestion no es una presencia deseable dentro de los limites de Alegre Labor. Por el momento ya ha lanzado dos ataques, en ambos casos sin mediar provocacion, sobre honrados e inocentes ciudadanos. La culpa de tales ataques queda atribuida a la rea Indigo, ya que es bien sabido que un simple animal carece del poder de razonar y por lo tanto no se lo puede considerar culpable de sus acciones. No obstante, es la obligacion de este comite tener en cuenta no solo la seguridad de los buenos ciudadanos de Alegre Labor sino tambien el bienestar de los habitantes de otros distritos a los que pueda ir a parar la rea en el futuro. El animal ha demostrado ser una amenaza para el mantenimiento de la paz y el orden, y permitirle vagar en libertad significaria una negligencia en nuestro deber para con nuestros vecinos. Asi pues, el comite decreta que el animal sea confiscado y destruido.
Indigo se quedo helada. No podia mover ni un musculo; ni siquiera era capaz de respirar...