– Eso es lo mas ridiculo que he oido nunca. Si crees que voy a tocar un solo centavo de ese dinero, puedes esperar sentada.
– Lo que hagas con el es cosa tuya, pero yo pago mis deudas.
– ?No son deudas!
– Lo son para mi. Te lo dije desde el principio. No aceptare nada de ti.
El la miro conteniendo la respiracion. Cuando llegaron al coche, se quito el stetson y golpeo con el contra su pierna. Ella tuvo la impresion de que hubiera preferido golpearla a ella.
Su vuelo de regreso a Telarosa fue silencioso. No le gusto que la armonia del dia se hubiera roto, pero el necesitaba entender que ella no cederia en eso. Cuando llegaron a casa, parecia haberse calmado un poco. Ella le agradecio la maravillosa excursion y subiendo las escaleras se dirigio al apartamento, donde se despojo de la ropa y entro en la ducha.
Cuando salio, contuvo el aliento al encontrarlo sentado en la unica silla del dormitorio, desnudo, salvo por los vaqueros.
– Cerre la puerta -dijo ella.
– Soy el dueno, ?recuerdas? Tengo llave.
Apreto con los dedos la toalla blanca en la que se habia envuelto. El no sonreia, y ella no sabia como encararlo.
– Tiendete en la cama, Gracie.
– Tal vez… tal vez deberiamos hablar de esto.
– ?Hazlo!
Ella se tendio sobre la cama.
El se levanto de la silla y bajo la cremallera. Ella clavo los dedos en el colchon, sintiendo una inquieta combinacion de nerviosismo y excitacion. El se acerco a ella.
Su corazon latio tan pesadamente en su pecho que lo sentia resonar en la garganta. El se inclino y se deshizo de la toalla.
– ?Vas a pagarme por esto tambien?
Antes de que pudiera contestarle, habia agarrado una de las almohadas y la metia bajo sus caderas.
– Que…
– Estate quieta. -Apoyando la rodilla en el borde de la cama, cogio sus muslos con las manos y los separo. Por un momento, la estudio, luego se sento a los pies de la cama y la abrio con los pulgares.
Se quedo sin respiracion cuando el bajo la cabeza. Sintio la abrasion de la barba en el interior de sus muslos cuando mordisqueo la suave piel que encontro a su paso.
– Ahora voy hacer que supliques -dijo el.
Entonces, como no habia podido dominarla con la fuerza de su voluntad, la conquisto de otra manera.
Al final, Suzy no habia tenido ninguna otra opcion. Habia pasado casi un mes desde que Way Sawyer habia hecho su horrible proposicion, y no habia podido dejar de pensar en ello. El, finalmente, habia regresado al pueblo hacia una semana, pero no la habia llamado hasta el dia anterior. Solo el sonido de su voz ya la habia aterrorizado y cuando habia senalado que tenia que invitar a algunos socios de negocios en San Antonio y queria que hiciera de anfitriona para el, apenas habia podido responder.
Tan pronto colgo el telefono, habia tratado de localizar a Bobby Tom, no para decirle lo que habia ocurrido -eso no podia hacerlo- sino solamente para oir el familiar sonido de su voz. Sin embargo, supo, cuando hablo con Gracie, que habian pasado el dia en Austin.
Mientras el Lincoln se alejaba de su casa para dirigirse a San Antonio, la histeria amenazo con dominarla. Se sentia como una menopausica Juana de Arco a punto de sacrificarse por el bien de los suyos. Pero no era tan tonta como para pensar que se lo fueran a agradecer. Cuando su relacion con Way fuera del dominio publico, seria absolutamente condenada por haberse unido al enemigo.
El apartamento de Way ocupaba las dos ultimas plantas de un bello edificio de caliza blanca, bastante antiguo, que estaba situado en la parte alta del famoso
El duplex tenia un aire tropical. Paredes color vainilla con detalles en blanco contrastaban con los comodos sofas tapizados en rojo, amarillo brillante y verde. La mitad inferior de las altas y estrechas ventanas estaba ocupada por una reja negra de hierro y exuberantes plantas adornaban las esquinas, transmitiendo una atmosfera tranquila que se oponia a la ansiedad que la embargaba. La criada la condujo a un pequeno dormitorio del mismo piso, donde podia empezar a arreglarse. La habitacion, obviamente, era para invitados, pero Suzy no tenia ni idea de por que la criada la habia instalado alli, si era una decision suya o una orden de Way. Se aferro a la esperanza de que dormiria alli, sola, esa noche.
Se vistio para la cena con un vestido de seda verde azulado con una hilera de botones brillantes en forma de elipse que empezaba en el hombro. Cuando se estaba poniendo un par de zapatos negros oyo voces en la sala y adivino que Way estaba de vuelta. Se tomo tiempo para maquillarse, como si esos rituales femeninos de ponerse el rimel y pintarse los labios fueran a tranquilizarla. Luego miro sin ver la revista que reposaba en la mesilla de noche. Cuando ya no lo pudo posponer mas, se obligo a acudir a la sala.
Way permanecia delante de las ventanas, que se asomaban desde lo alto al
– Estas preciosa, Suzy. Pero siempre has sido la mujer mas hermosa de Telarosa.
Ella no iba a fingir que era una cita normal agradeciendole el cumplido, asi que guardo silencio.
El dio un paso hacia ella.
– Cenaremos con tres parejas mas esta noche. ?Eres buena con los nombres?
– No especialmente.
Ignorando el tono moderadamente frio de su respuesta, el sonrio.
– Te ayudare, entonces. -Procedio a referirle la lista de invitados y darle detalles sobre cada uno. Cuando estaba terminando, la primera pareja hizo su aparicion por la puerta.
Cuando la reunion se traslado al comedor, Suzy se percato que realmente estaba pasando un buen rato. Habia temido que Way la humillase publicamente haciendo alarde ante esa gente de que ella era su amante, pero la presento como una amiga de hacia muchos anos y no insinuo nada mas.
Era un anfitrion considerado, y ella observo lo habilmente que habia incluido a las mujeres en la conversacion. Recordo a cuantas reuniones habia asistido donde las mujeres no eran mas que un apendice silencioso de unos maridos que no hacian mas que hablar de negocios. Era el primer acto social en muchos anos al que acudia sin ser solo la madre de Bobby Tom Denton. Way unicamente menciono su trabajo en la Junta de Educacion, y se encontro explicando los desafios del sistema educativo de una escuela publica de un pueblo pequeno en vez de contestando preguntas sobre su famoso hijo.
Sin embargo, cuando los invitados comenzaron a marcharse, su ansiedad regreso. Hasta ahora, se habia negado a torturarse a si misma con imagenes mentales de los dos solos en un dormitorio, pero ahora con el tiempo transcurriendo inexorablemente, encontro muy dificil continuar negando esos pensamientos. Recordo la risa de Hoyt, sus deseos sexuales y su manifiesto despliegue de emociones. En contraste, Way era frio y distante. No podia imaginar nada que lo hiciera alterarse, nada que lo hiciera reir o llorar espontaneamente, cediendo a las mas normales emociones humanas.
Way cerro la puerta tras el ultimo de los invitados y giro justo a tiempo para verla estremecerse.
– ?Tienes frio?
– No. No, estoy bien. -Solia temer el final de ese tipo de cenas, cuando tenia que enfrentarse a una cocina llena de platos sucios. Ahora hubiera dado cualquier cosa por tener que realizar esa tarea, pero ya la estaban ejecutando un par de eficientes sirvientes.
El la rodeo ligeramente con el brazo y la llevo de vuelta a la sala.
– ?Que tal juegas al golf?
El golf era lo ultimo en lo que estaba pensando y la pregunta la sorprendio.
– La ultima vez que jugue con Bobby Tom gane.
– Enhorabuena. ?Cual es tu marca? -Soltandola, se sento en el borde de un sofa y se aflojo la corbata.