simplemente los de un medico por su paciente, sin duda necesitas algun reconstituyente mas fuerte. No me cabe duda de que te das cuenta de que siente una fuerte atraccion por ti. Y hasta un ciego podria ver que tu sientes lo mismo por el.
Victoria se estremecio ante su mas que evidente transparencia.
– Dado lo apuesto que es, estoy segura de que muchas mujeres le encontrarian atractivo.
– Si. Pero eres tu la unica que me preocupa. -Tia Delia se levanto del sillon y se acomodo en el borde de la cama de Victoria-. Te veo preocupada. ?Por que no me cuentas lo que te tiene asi?
Victoria se agarro del edredon. La necesidad de compartir con alguien la pletora de sentimientos encontrados entre los que se debatia la abrumaba. Pero no podia confiar a su tia la sensual naturaleza de esos sentimientos, de su encuentro con Nathan. No podia compartir los escandalosos deseos, la torridez, las necesidades que el inspiraba en ella. Su pobre tia se desmayaria ante semejante escandalo. Peor aun, una admision de esa naturaleza sin duda significaria que su tia no le permitiria disfrutar de un solo instante mas a solas con Nathan. Mientras que su voz interior le decia que eso era lo mas conveniente, su corazon se mostraba en desacuerdo. Ademas, ?como podia esperar compartir algo que ni siquiera ella comprendia?
Forzo pues una sonrisa y dijo:
– Agradezco tu ofrecimiento, tia Delia, pero estoy bien.
– Entiendo. Crees que desfallecere del susto, aunque te aseguro que estas muy equivocada. -Puso una mano complice sobre la de Victoria-. Entiendo completamente, querida. Siempre te ha gustado planearlo todo. Pero si hasta cuando eras nina planeabas tus fiestas, y de jovencita hacias lo mismo con tu ropa hasta el ultimo detalle. Planeabas los diez proximos libros que pensabas leer. Durante la temporada, has planeado con absoluta precision a que fiestas deseabas asistir y que caballero preferias para cada baile. Has planeado exactamente el tipo de hombre con el que deberias casarte y sabes exactamente la clase de anillo de boda que quieres… planes que tienes intencion de poner en marcha en cuanto llegues a Londres. Viniste a Cornwall con un plan definido en mente: soportar durante el menor tiempo posible esta visita en la que tu padre tanto habia insistido, para luego regresar a Londres y decidir que marido tomar. Y ahora estas completamente perdida porque el devastador atractivo del doctor Oliver y las inesperadas emociones que inspira en ti han desbaratado del todo tus detallados planes.
La descripcion que habia hecho su tia de la situacion era tan certera que Victoria tan solo pudo clavar en ella la mirada.
– ?Como sabias todo eso?
– Por dos motivos. En primer lugar, porque mi intuicion es (y lo digo con la mayor de las modestias) formidable. Y, en segundo lugar, porque tu y yo somos muy parecidas, y porque asi es precisamente como yo reaccionaria en tu situacion. Creo que estas empezando a entender que el problema de hacer planes es que carecen de espontaneidad.
– No me gusta la espontaneidad.
– Al contrario. Creo que, muy a tu pesar, estas descubriendo que te encanta. Simplemente crees que no te gusta porque hasta ahora la desconocias. Es casi como decir que no te gusta la tarta de arandanos cuando jamas la has probado. -Su mirada estudio la de Victoria durante varios segundos-. Ni Branripple ni Dravensby te afectan de este modo.
No tenia sentido negarlo. En realidad, era un alivio poder reconocerlo.
– No. Y no entiendo por que. Los dos son apuestos. Y sin duda son mucho mas adecuados para mi que el doctor Oliver.
Las cejas de tia Delia se arquearon bruscamente.
– ?Ah, si?
– Por supuesto. Lord Branripple y lord Dravensby no solo son candidatos socialmente superiores, sino que tengo con ellos muchas cosas en comun.
– ?En serio? ?Y no te parecen… aburridos?
Mortalmente aburridos, como bien se daba cuenta Victoria. Sin embargo, en vez de ayudar, la conversacion estaba empezando a confundirla aun mas.
– No entiendo. Creia que te oiria abogar en contra de un hombre como el doctor Oliver.
– ?Contra un hombre afectuoso y apuesto que esta claramente prendado de ti y que hace brillar chispas en tus ojos?
– Un hombre que no posee ningun titulo. Que vive en una humilde casa de campo, que se gana modestamente la vida y que evita la alta sociedad.
– Nada de lo cual lo convierte en inadecuado, querida. Puede que no sea el heredero, pero aun asi es hijo de baron.
– ?Y que pasa con la seguridad de mi futuro? Una boda con Branripple o con Dravensby me convertiria en condesa. Garantizaria mi posicion social. Las decisiones que tome ahora afectaran al resto de mi vida.
– Muy cierto. -Tia Delia le apreto carinosamente la mano-. Aunque debes sin duda saber que tu padre jamas te dejaria en la miseria.
– Papa espera que haga un buen matrimonio.
– Por supuesto. Pero cuando dice «buen matrimonio» se refiere a que quiere verte feliz. -Su tia respiro hondo y prosiguio-. ?Y que me dices de lord Sutton y de lord Alwyck? Tienes a un vizconde y a un baron al alcance de la mano y esta claro, despues de las dos noches que hemos pasado en su compania, que ambos te encuentran sumamente atractiva. Me costaria Dios y ayuda tener que decidir cual de los dos es mas apuesto, pues ambos son extraordinariamente guapos.
– Si, es cierto. -Pero ante ninguno de los dos el corazon le daba un vuelco ni se le detenia el pulso. Ninguno despertaba en ella el deseo de estar cerca de el para no perderse una sola de sus sonrisas ni una sola palabra de sus labios. Con ninguno sentia ese hormigueo en los dedos de puras ganas de tocarle. Nathan provocaba en ella todas esas cosas simplemente… siendo el mismo-. Pero tanto sus propiedades como sus vidas estan aqui, en Cornwall. Y, a pesar de que esto no ha resultado ser el espantoso lugar que yo habia imaginado, jamas podria vivir tan lejos de la ciudad. De la civilizacion. Ademas, apenas les conozco, mientras que hace anos que disfruto de la compania de Branripple y de Dravensby.
– Tampoco hace mucho que conoces al doctor Oliver -dijo tia Delia con voz queda-, lo cual no hace mas que probar que la duracion de una relacion no es una medida precisa con la que mesurar nuestros sentimientos. - Desvio la mirada hacia el fuego de la chimenea y a sus ojos asomo la remembranza-. A veces, una persona que acabamos de conocer puede prender una chispa, un deseo y un anhelo que alguien al que conocemos desde hace anos jamas ha prendido.
Parpadeo dos veces, parecio entonces volver en si y se volvio a mirar a Victoria.
– Estoy convencida de que tanto Branripple como Dravensby serian unos maridos corteses y aceptables que te darian pocas preocupaciones. Pero escucha tu corazon, Victoria. La vida puede resultar recatada y aburrida o puede por el contrario ser una magnifica aventura. La vida con un hombre recatado y aburrido no sera mas que eso. Por otro lado, la vida con alguien que da alas a tu corazon… -Solto un suspiro sonador como Victoria jamas habia oido salir de sus labios-. Esa vida podria ser una gloriosa aventura.
– Quiza. Pero tenemos que comer mientras disfrutamos de esa magnifica aventura.
– Cierto. Aunque no es necesario disfrutar de la mejor de las cocinas a diario para satisfacer el apetito.
– No basta con sentirnos fisicamente atraidas por alguien. No tengo nada en comun con el doctor Oliver.
– ?Ah, no? Su padre me ha hablado mucho de el, y, a juzgar por lo que me ha dicho, teneis un buen numero de intereses similares.
– ?Como por ejemplo?
– El amor por la lectura. La pasion por el conocimiento. La aficion por los cuentos de hadas. A ambos os gustan los animales.
Victoria puso los ojos en blanco.
– Nathan no tiene animales normales como el resto de la gente.
Su tia se encogio de hombros.
– No es un hombre como el resto de la gente. Los dos sois inteligentes, y esta claro que el reconoce ese rasgo en ti y que lo admira. Una mujer lista sin duda impresionaria a un hombre como el doctor Oliver.
– Quiza no desee impresionarle.
– Bah. Cualquier mujer con un minimo de aliento en sus pulmones desearia impresionar a un hombre tan