en un beso profundo y apasionado de sabor dulce y delicioso, y con cierto regusto a helado de arandano. Daniel termino el beso tan despacio como lo habia iniciado y, despues, levanto el borde de la cortina para lanzar una rapida mirada al exterior.

– Pronto habremos llegado.

Carolyn exhalo un suspiro y se contorsiono contra el.

– Lo que significa que tengo que moverme.

El realizo una mueca.

– No necesariamente. Mis empleados saben que no tienen que abrir la puerta hasta que descorra las cortinas.

Al oir estas palabras, Carolyn se quedo inmovil. Sabia que el se lo habia dicho para que no se preocupara creyendo que podian descubrirlos con las manos en la masa, pero sus palabras tambien dejaban patente que, si bien para ella hacer el amor en un carruaje era una experiencia nueva, para el no lo era.

Una rafaga de algo que se parecia mucho a los celos la sacudio y Carolyn se rino interiormente por sentir aquella ridicula sensacion. Ella sabia que Daniel habia tenido otras amantes. Muchas, a juzgar por lo que habia oido. Tambien sabia que, cuando su aventura terminara, el tendria mas amantes, y este convencimiento le produjo una desagradable sensacion interior que se parecia a un retortijon.

Intento apartar a un lado aquellos pensamientos mientras se separaba de Daniel. Acepto el panuelo que el le ofrecio para borrar las pruebas de su pasion y se aliso las faldas mientras el se arreglaba la ropa.

Sin embargo, sus incomodos pensamientos continuaron atormentandola y, al final, arrugo el entrecejo. No importaba cuantas mujeres hubiera habido antes que ella o cuantas hubiera despues. O si el les hacia o no el amor en el carruaje. Todo esto no tenia ninguna importancia. Ninguna en absoluto. Lo que habia entre ellos no era mas que una aventura temporal. Edward era el amor de su vida. Daniel, y las Memorias, solo habian vuelto a despertar sus pasiones y, como era logico, despues de haber sido reprimidas durante mucho tiempo, en aquel momento eran muy intensas. Su mente sabia todo eso; sin embargo, de alguna forma, el area que rodeaba su corazon se sentia… dolida.

– Carolyn, ?algo va mal?

Ella parpadeo alejando de su mente aquellas cavilaciones y miro a Daniel. Se dio cuenta de que la preocupacion nublaba sus ojos azules y, antes de que pudiera evitarlo, declaro:

– Esto ya lo has hecho antes.

En el mismo instante en que sus palabras salieron de sus labios, Carolyn deseo poder retirarlas. No era de su incumbencia y la verdad era que no queria saberlo. Sobre todo si ella y aquel encuentro salian perdiendo en la comparacion.

La mirada de Daniel busco la de Carolyn y, a continuacion, el hablo con lentitud, como si escogiera sus palabras con cuidado.

– Como no quiero mentirte, no negare que he… tenido relaciones en el carruaje antes de ahora. -Se inclino hacia ella, le cogio las manos y se las apreto con fuerza mientras la inmovilizaba con la mirada-. Pero nunca he querido a ninguna mujer como te quiero a ti, Carolyn. Te dije que haria que te derritieras, pero la verdad es que eres tu quien haces que yo me derrita. Cada vez que me tocas. -Levanto la mano de Carolyn y le dio un beso ardiente en la palma-. Por favor, no te compares nunca con ninguna otra mujer, porque eres absolutamente incomparable. En todos los sentidos.

Para horror de Carolyn, una humedad caliente le encharco los ojos. Parpadeo para eliminarla y rio con alivio.

– ?Aunque desbarate tus magnificos planes?

Daniel sonrio.

– En realidad, porque desbaratas mis magnificos planes. De las formas mas deliciosas.

«Seguro que se lo dice a todas las mujeres», la hostigo su voz interior. Carolyn acallo su irritante voz con otro energico recordatorio de que su relacion no era mas que un acuerdo temporal con un hombre encantador que pronto se centraria en la proxima mujer que le llamara la atencion. Asi que ella se concentraria en el aqui y el ahora y disfrutaria del tiempo que estuviera con el mientras durara.

– En ese caso -contesto Carolyn-, ?tienes algun plan para la hora que viene, mas o menos?

– Todos mis planes para lo que resta de dia incluyen, solo, proporcionarte placer. -Enarco las cejas-. ?En que estas pensando?

Carolyn no pudo evitar echarse a reir al ver la lasciva expresion de Daniel.

– ?Alguna vez piensas en algo mas aparte de… eso?

– Claro. Hace solo un momento, me preguntaba que te pones para dormir.

Carolyn intento contener una carcajada y fallo.

– Me temo que esto debe calificarse como tema sensual.

– No, es un tema de ropa. -Daniel recorrio el cuerpo de Carolyn con la mirada-. Entonces, ?que te pones para dormir?

– No puedo decirtelo. Despues de todo, una mujer tiene que tener sus secretos.

– ?Te das cuenta de que me estas incitando a averiguarlo?

Carolyn enarco una ceja con complicidad.

– Por lo que veo, resulta muy facil incitarte. Y, en relacion con tus planes para la proxima hora, tengo una peticion.

Daniel alargo el brazo y acaricio, con el dorso de los dedos, la curva exterior del pecho de Carolyn.

– Sea lo que sea, hare lo posible por complacerte.

– ?Sin siquiera saber de que se trata?

– Si.

– ?Y si te pido algo totalmente desorbitado?

– Haria lo posible por complacerte. ?Tu peticion desorbitada incluye que nos quitemos la ropa?

Carolyn le dio un manotazo de broma en el brazo.

– ?Lo ves? ?Ya estas con otro tema sensual!

– No, es otro tema de ropa. Pero, sea cual sea tu peticion, te aseguro que solo tienes que manifestarla.

Incluso a pesar de las bromas, Carolyn tuvo la impresion de que Daniel hablaba realmente en serio.

– Con estas ofertas tan generosas, deben de aprovecharse de ti con frecuencia.

– Al contrario, nunca se han aprovechado de mi porque no es algo que ofrezca con frecuencia.

Sus palabras, pronunciadas con aquella voz suya tan seria y dulce… Su voz… tan profunda y sensual… ?Cielos! ?De que estaban hablando? ?Ah, si, de su peticion!

Carolyn carraspeo.

– Me gustaria hablar contigo acerca de Katie y conocer a tu familia.

Una expresion de recelo cruzo las facciones de Daniel y, despues, su cara se volvio inexpresiva.

– ?Mi familia? Me temo que es imposible, pues estan viajando por el continente.

– Me refiero a tu familia de animales. A tus mascotas.

– ?Ah, esa familia! -exclamo Daniel, sonando aliviado. Levanto la mano de Carolyn y le dio un calido beso en la sensible piel del interior de su muneca-. Me encantara hablar contigo de Katie o de cualquier otro tema que desees. En cuanto a mis mascotas, sera un placer y un honor presentartelas, aunque debo advertirte que forman un grupo bastante inusual.

El carruaje se detuvo y Daniel descorrio las cortinas.

– ?Preparada? -le pregunto a Carolyn con una sonrisa.

– Preparada -respondio ella.

Pero ?lo estaba? Para entrar en la casa de Daniel si, pero su voz interior le advertia a gritos que no estaba en absoluto preparada para lo que, en ultima instancia, podia significar meterse en aquella aventura con Daniel. Y lo que podia significar seguir con aquella aventura para la existencia que habia construido con tanto cuidado para si misma. Y, a pesar de todos los esfuerzos que hizo para acallar aquella voz, esta siguio susurrando en su mente.

Capitulo 15

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