– Muy bien. Tus fiestas siempre son entretenidas.
Desvio la mirada mas alla del hombro de Kimberly y se puso en tension. Carolyn seguia sonriendo al pirata, quien le tendia una copa de champan. ?Maldicion, quiza pincharlo con la punta de la espada era demasiado suave! Seria mejor colgarlo del palo mayor.
– Me alegro.
Kimberly se acerco un poco mas a el y Daniel recibio una oleada de su exotico aroma. La mano de ella le rozo discretamente el muslo y Daniel volvio a centrar su atencion en Kimberly. Sus ojos de color esmeralda despidieron, a traves de la mascara, un brillo seductor.
– Se me ocurre algo mas que podria resultarte entretenido.
Daniel esbozo una sonrisa forzada y contuvo su impaciencia. Quizas, en otro momento y en otro lugar, habria aceptado la oferta, pero en aquel instante, simplemente, no estaba interesado. Sin embargo, no queria ofenderla, pues se enorgullecia de ser amigo de sus antiguas amantes.
Daniel realizo una reverencia y esbozo una rapida sonrisa.
– Estoy seguro de que podrian ocurrirsete un monton de cosas entretenidas, pero de ningun modo querria privar a tus invitados de tu presencia. Dale recuerdos a su excelencia -anadio, refiriendose al duque de Heaton, el hombre que, segun se rumoreaba, era su ultimo amante y que, ademas, tenia la reputacion de ser extremadamente generoso con sus queridas.
Sin duda, Kimberly cosecharia un buen numero de caros adornos en aquella relacion.
Alguien mas reclamo la atencion de Kimberly y Daniel aprovecho la oportunidad para perderse en la multitud. Se dirigio directamente hacia Carolyn y el pirata, quien estaba a punto de sufrir una derrota aplastante. Mientras se abria paso entre la multitud, los compases de la musica se elevaron por encima de la cacofonia de las voces y las risas. Durante unos segundos, Daniel perdio de vista a la pareja y se detuvo. La multitud que lo rodeaba se movio y Daniel apreto los punos. El maldito pirata se habia inclinado hacia Carolyn y le susurraba unas palabras al oido. ?Y ella rio su gracia abiertamente!
Daniel tuvo que hacer acopio de todo su autodominio para no abrirse paso a empellones, dirigirse hacia ellos con furia y, como sugeria su disfraz de bandolero, raptar a Carolyn.
– Parece como si acabaras de morder un limon -declaro una voz familiar y divertida detras de el.
Daniel se dio la vuelta y vio que alguien disfrazado de Romeo lo estaba escudrinando.
– Se supone que esto es una jodida fiesta de disfraces -murmuro Daniel con una voz que reflejaba toda la rabia que lo invadia-. ?Como es que todo el mundo me reconoce con facilidad?
– Yo no te habria reconocido a no ser por dos detalles -declaro Matthew en su papel de Romeo.
– ?Y cuales son esos detalles?
– El primero es que me contaste que pensabas ir disfrazado de salteador de caminos, lo que constituye todo un indicio.
– Si, supongo que si-balbuceo Daniel sin apartar su atencion de la pareja que reia al borde de la pista de baile.
– Y en segundo lugar, la dura mirada que estas lanzando a Logan Jennsen me ha acabado de aclarar cualquier duda. Y, aunque te agradezco tu animadversion hacia el por mi causa, debo decir que ya no es necesaria. Ahora que Sarah y yo estamos casados, no se atrevera a mirar a mi mujer con ojos lascivos. De hecho, estoy considerando la posibilidad de embarcarme en un negocio con el.
Daniel volvio la cabeza poco a poco para mirar a su amigo.
– ?Ese pirata es Logan Jennsen? -pregunto con lentitud y en voz tan grave que incluso a el mismo le sono como un grunido.
No le importaba que Jennsen le hubiera ahorrado un monton de dinero desaconsejandole que participara en una inversion que, al final, resulto ser un desastre. A pesar de la buena vision financiera de Jennsen, a el nunca le habia caido bien aquel norteamericano engreido y adinerado que parecia estar en todos los eventos sociales. Ademas, en aquel momento en concreto, aquel hombre le desagradaba especialmente.
Matthew Romeo arqueo las cejas.
– ?Me estas diciendo que no sabias que se trataba de Jennsen? -Miro hacia el pirata y se quedo paralizado. Poco a poco se volvio de nuevo hacia Daniel-. No.
– ?No que?
Matthew apreto los labios y senalo un rincon de la sala con un gesto de la cabeza. Daniel murmuro un juramento y siguio a su amigo hasta aquella zona, que estaba menos concurrida.
– ?No que? -repitio Daniel bajando la voz para que nadie los oyera.
– Si no sabias que era Jennsen, eso solo puede significar que estabas mirando con rabia a quienquiera que estuviera hablando con Carolyn.
Daniel no se molesto en hacer ver que no conocia la identidad de la mujer disfrazada de Galatea y miro a Matthew directamente a los ojos.
– ?Y que?
– ?Maldita sea! Ya sospeche que ocurria algo de este tipo en la fiesta de mi casa, pero estaba tan ocupado en mis asuntos que no preste mucha atencion. -Matthew solto un largo suspiro-. No es la mujer adecuada para ti, Daniel.
Una vez mas, Daniel no simulo que no lo entendia.
– Quiza yo este buscando a la mujer inadecuada.
– Ella no es del tipo de mujer con el que tu normalmente… tratas.
– ?Y que tipo es ese?
– El tipo hastiado. El tipo que va de una relacion a otra. -Bajo la voz todavia mas-. Ella es una mujer decente.
Una mezcla de indignacion y dolor recorrio el cuerpo de Daniel.
– ?Insinuas que no soy un hombre decente?
– Claro que no. De hecho, eres mucho mejor persona de lo que tu crees, pero en lo relacionado con las mujeres, te gustan…
– ?Las relaciones superficiales y breves que se fundan solo en el placer fisico? -sugirio Daniel con amabilidad cuando vio que Matthew no encontraba las palabras adecuadas.
– Exacto. Y siempre que este tipo de relacion te haga feliz a ti y a tu companera, es del todo aceptable. Pero este no es el tipo de compromiso que haria feliz a Carolyn.
– Quiza deberiamos dejar que ella misma lo decidiera.
Matthew lo estudio durante unos segundos y anadio en voz baja:
– Carolyn es la hermana de Sarah y no quiero que sufra.
– ?Que te hace creer que la hare sufrir? La unica forma de que alguien sufra es si su corazon esta implicado, y ella ha dejado muy claro que el suyo pertenece a su difunto marido.
– Entonces, ?por que te interesa?
Daniel sacudio la cabeza.
– Es evidente que tu matrimonio ha hecho que lo veas todo de color de rosa. La situacion de Carolyn me ofrece la mejor de las oportunidades: una aventura en la que no tengo que preocuparme de que ella se enganche a mi como una lapa molesta y, al mismo tiempo, ningun hombre vivo querra retarme a un duelo al amanecer. -Vio que Carolyn y Jennsen entrechocaban el borde de sus copas de champan y una desagradable sensacion que se parecia en todo a los celos ardio en su interior-. Seremos discretos y nadie sufrira.
Salvo, quizas, el pirata bastardo de Jennsen. Si, quiza se viera lanzado, de repente, en medio de un zarzal. Con la cabeza por delante. O caminando por la plancha. Hacia unas aguas infestadas de tiburones.
– ?Ella esta de acuerdo con este tipo de relacion? -pregunto Matthew con evidente sorpresa.
– No, todavia no.
– Ya me parecia a mi. Siento ser yo quien te de la noticia, pero creo que vas a sufrir un desengano. De hecho, estoy seguro. Por lo que Sarah me ha contado, unido a lo que yo he observado, Carolyn no es del tipo de mujer que se involucra en una aventura torrida y ocasional. Pero hay docenas de otras mujeres que estarian encantadas de ser el blanco de tus atenciones.
– A riesgo de parecer un pedante, debo reconocer que asi es. Como bien sabes o, al menos, lo sabias antes de meter el cuello en la soga del matrimonio, ser perseguido por las mujeres va con el hecho de poseer un titulo, ser rico y no tener un aspecto desagradable. Aunque, en realidad, poseer un titulo es el unico requisito real. Los