circunstancias, me pregunto si no se sentiria mas comoda trabajando para una mujer. Ademas, esta claro que Gertrude le ha caido muy bien. Y a Gertrude le ocurre lo mismo.

Carolyn se interrumpio, contemplo su humeante taza de te y volvio a mirar a Daniel.

– Ademas, lo que dijiste acerca de sentirse inutil e insatisfecho y sobre como ayudar a los necesitados ha disminuido esos sentimientos en ti… Yo se muy bien lo que es sentirse inutil e insatisfecha y esperaba encontrar algo que me ayudara a acabar con esos sentimientos. Creo que tu dedicacion a los animales y la ayuda que le has ofrecido a Katie son admirables. Honorables. Y me gustaria formar parte de estas acciones. He pensado que ofrecerle a Katie un empleo en mi casa podria constituir un primer paso en esa direccion. -La incertidumbre brillo en su mirada-. Bueno, si no te importa recibir mi ayuda.

Durante varios segundos, Daniel simplemente la miro, paralizado por las inesperadas emociones que sus palabras habian despertado. Despues de carraspear, declaro con calma:

– Hacia mucho, mucho tiempo que nadie utilizaba las palabras «admirable» y «honorable» para describir algo que he hecho, Carolyn.

– Me cuesta creerlo.

– Pues deberias hacerlo. La verdad es que estos terminos no siempre me han definido. Incluso ahora, no estoy seguro de merecerlos.

Carolyn lo miro a los ojos con el ceno fruncido.

– Por tus acciones y lo que yo he observado, estoy convencida de que los mereces. Y estoy segura de que Samuel corroboraria mis palabras. Y Katie. Y, si pudieran hacerlo, tambien todos tus animales.

Dejo la taza de te sobre la mesa y apoyo la mano sobre la de Daniel. El calor subio por el brazo de el y, de una forma ridicula, su corazon dio un brinco ante aquel simple contacto.

– Deberias sentirte orgulloso por lo que has hecho, Daniel. Y por lo que sigues haciendo. Y yo me sentire orgullosa y honrada de poder ayudarte. En todos los aspectos que me permitas hacerlo. Y me sentire encantada… y aliviada… de estar haciendo algo util.

Daniel bajo la mirada y observo la mano, palida y delgada, que Carolyn habia apoyado sobre la de el. ?Maldicion, le gustaba como se veia, alli, encima de la suya, pequena y delicada! Le gustaba su tacto, calido y suave. Le gustaba que pareciera que pertenecia alli. Como la pieza descolocada de un rompecabezas que el ni siquiera sabia que le faltaba.

En raras ocasiones se habia encontrado sin palabras, pero aquella mujer tenia la habilidad de dejarle la lengua hecha un nudo. De embriagarlo con unas emociones tan inesperadas que no lograba entenderlas, y mucho menos verbalizarlas. Ella le habia hablado como si lo considerara una especie de heroe. Gran error por su parte, pues el sabia con certeza que no lo era. Pero ?como podia decirselo? Nunca se lo habia contado a nadie…

Subio la mirada hacia la de ella y, por su rubor y su expresion cohibida, se dio cuenta de que habia permanecido en silencio durante demasiado tiempo.

– Disculpame -murmuro Carolyn, apartando la mano de la de Daniel-. No pretendia…

El le cogio la mano y la apreto entre las suyas.

– Sera para mi un honor que me ayudes, Carolyn. Tu oferta de contratar a Katie es muy generosa y tu razonamiento es sabio y sensato. Podemos proponerselo a ella y dejar que ella lo decida. En cuanto a los animales, quiza te arrepientas de haberme ofrecido tu ayuda cuando tu tranquila casa este invadida de gatos, perros locos y uno o dos conejos. O doce. Creeme, el caos reinara en tu casa.

Carolyn esbozo una sonrisa que primero era titubeante y despues amplia y esplendorosa y Daniel se sintio como si el sol hubiera salido de detras de una nube.

– A mi casa le iria bien un poco de caos. Y a mi me gustan mucho los animales.

– Excelente. ?Quieres empezar con cuatro perros, dos gatos y un loro muy mal hablado?

– Si creyera que ibas a deshacerte de alguno de ellos, aceptaria tu oferta, pero es evidente que los adoras.

Daniel exhalo un suspiro y contemplo a los cuatro perros y los dos gatos, que estaban junto al fuego apoyados los unos en los otros.

– No se como este grupo variopinto ha conseguido enternecerme -refunfuno Daniel.

– Eso es porque, en el fondo, eres sensible.

– Di, mas bien, que tengo una vena sensible en el cerebro.

Carolyn sonrio y Daniel sintio que caia en una especie de estupor.

?Mierda, por lo visto tambien tenia una vena sensible donde no queria tenerla! Y donde nunca antes la habia tenido. Justo en el corazon.

Pues bien, tendria que reforzar esa vena insospechadamente vulnerable de inmediato, porque su relacion con Carolyn solo era una aventura. Una aventura superficial y temporal. Considerar, aunque solo fuera durante un instante, que era algo mas seria una autentica locura. El corazon de Carolyn pertenecia a la memoria de su marido. Ella lo habia dejado muy claro. Y el de el le pertenecia a el mismo. Y haria bien conservandolo de esa forma.

Una aventura superficial y temporal.

Si, eso era lo que se suponia que era su relacion con Carolyn.

Entonces, ?por que de repente le parecia que era tan… poco superficial? ?Tan… intensa? ?Y acaso habia sucedido de repente? ?Su relacion habia sido siempre tan devastadora? ?Maldicion, no lo sabia! ?Y por que, cuando intentaba imaginarse con una mujer distinta a Carolyn, se le revolvia el estomago? ?Por que ninguna otra cara de mujer se materializaba en su mente?

Una vez mas, no conocia la respuesta. Y, ademas, tenia miedo de analizar estas preguntas a fondo por temor a lo que pudiera averiguar.

Capitulo 16

A veces haciamos el amor de una forma lenta y pausada, que siempre disfrute. Pero aquellas otras ocasiones en las que lo haciamos de una forma frenetica y salvaje, cuando nos echabamos el uno al otro al suelo y nos arrancabamos la ropa como si nos poseyeran los demonios, cuando el perdia el control y el recuerdo de sus impetuosas penetraciones seguia en mi cuerpo horas mas tarde… Esas eran las que mas me gustaban.

Memorias de una amante,

por una Dama Anonima

Cuando, despues de haber tomado el te con Daniel, Carolyn regreso a su casa, la recibio Nelson, quien le informo de que Sarah, Julianne y Emily, asi como el trio formado por lady Walsh, lady Balsam y la senorita Amunsbury, la habian visitado durante su ausencia. Carolyn asintio con aire distraido, pues el esplendoroso ramo de rosas que adornaba su vestibulo era el centro de su atencion. Tras inhalar hondo, cerro los ojos y absorbio su embriagadora fragancia.

Al recordar el sensual encuentro que tuvo con Daniel en el carruaje, el rubor cubrio su rostro y tuvo que apretar los labios para contener la sonrisa que esbozo interiormente. El relato que la Dama Anonima habia hecho de aquella aventura la habia cautivado y, aunque leerlo le habia resultado muy estimulante, no podia compararse con la sensacion de vivirlo en persona.

Las Memorias… Si, su lectura le habia inspirado algunas imagenes realmente apasionadas, imagenes que le gustaria compartir con Daniel.

Se le ocurrio una idea, una idea perversa, y tan tentadora que, despues de considerarla durante unos instantes, se dio cuenta de que no podia resistirse a ella. Corrio al salon y saco el ejemplar de las Memorias del cajon del escritorio. Un fuerte olor a almendras broto de la caja de mazapanes que habia guardado alli y Carolyn arrugo la nariz mientras sentia una rafaga de culpabilidad. La caja de mazapanes constituia un regalo muy considerado, aunque ella preferia las rosas.

Saco la flor que habia introducido entre las paginas del libro, escribio una rapida nota en la parte trasera de una de sus tarjetas de visita y envolvio el libro y la tarjeta en varias hojas de papel de seda que anudo con una cinta de raso.

Daniel le habia hecho varios regalos. Ya era hora de que ella le devolviera el favor.

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