he dicho sobre mis visitas nocturnas al jardin. ?Por que crees que no lo mate?

Ella lo estudio de nuevo durante largos segundos antes de contestar. Y el apreto los dientes para no dejarse arrastrar por aquella mirada profunda.

Al final, ella dijo:

– Porque estoy escuchando a mi corazon. Y mi corazon me dice que eres un hombre de honor. Que no lo has hecho, que no hubieras podido matar a nadie. Que un hombre que aun se siente culpable por la muerte de sus hermanos, que todavia lamenta su perdida despues de tantos anos, es incapaz de arrebatar la vida de nadie.

Sus palabras parecieron quemarle. No habia duda de lo que habia querido decir, y maldita fuera, esa fe incondicional en el le daba una leccion de humildad. Lo hacia sentir vulnerable y confundido. Lo habria esperado de Daniel, su mejor amigo, pero no de una mujer que apenas lo conocia. Ni siquiera su padre habia creido que fuera un hombre de honor.

Pero ella si.

Tuvo que tragar saliva para poder hablar, y luego solo fue capaz de decir:

– Gracias.

– De nada. -Como lo tenia al alcance, le puso la mano sobre el brazo-. Dime que estas haciendo aqui, por favor.

La duda de si confiaria en ella o no, no duro mucho tiempo, la preocupacion que vio en sus ojos, el calor de su mano y el constante cansancio que sentia al mantener sus actividades en secreto tomaron la decision por el. Si se lo contaba, dada su experiencia con las plantas, podria pedirle ayuda, lo que era exactamente lo que habia querido hacer desde el principio.

Despues de meterse el cuchillo en la bota y clavar la punta de la pala en la tierra blanda, Matthew inspiro profundamente y comenzo:

– Los anos anteriores a la muerte de mi padre, solo lo vi ocasionalmente, y cada uno de esos encuentros fue tenso e incomodo. Mi padre siempre se aseguro de que fuera completamente consciente de su desaprobacion…, de que no era digno del titulo. Y de que era culpa mia que James, que si habia sido digno y mas hombre de lo que yo seria nunca, estuviera muerto.

El simple hecho de repetir las insultantes palabras le producia dolor, el mismo dolor que habia sentido cada vez que su padre se las habia tirado a la cara.

– Hace tres anos, tras una tensa reunion, despues de discutir e insultarnos con mas escarnio de lo que soliamos hacer, rompimos todo contacto entre nosotros. No lo volvi a ver hasta que me reclamo en su lecho de muerte.

Matthew cerro los ojos, la imagen de su padre moribundo, roto por el dolor, permanecia en su mente. El disparo de un salteador de caminos lo habia herido de muerte, pero no habia muerto de manera rapida y compasiva. Le habia llevado mas de un dia morir, retorciendose de dolor.

Abrio los ojos, y fijo la mirada en la tierra antes de continuar.

– Cuando llegue a Langston Manor desde Londres, me entere de que mi padre habia dejado la hacienda cargada de deudas. Mi padre siempre fue un jugador, pero al parecer llevaba varios anos de mala racha. Habia perdido todo el capital y les debia enormes sumas de dinero a los sirvientes y a los comerciantes y tenderos de la zona. Incluso a su propio administrador.

Inspiro profundamente, y entonces, sin levantar la mirada del suelo, anadio en un susurro:

– Cuando llegue junto a mi padre, estaba agonizando. Estaba muy debil y le costaba trabajo respirar. Sin apenas poder hablar me dijo que tenia un importante secreto que contarme, pero que antes de compartir esa informacion, me exigia que le prometiera una cosa. No se si fue por culpabilidad, por orgullo o por la necesidad de demostrarle que era honorable, o quiza fue una combinacion de las tres cosas, pero le prometi que haria cualquier cosa que me pidiera. -Levanto la vista y anadio-; Me arranco la promesa de que me casaria en el plazo de un ano y que intentaria tener un heredero. Es una promesa que mi honor exige cumplir.

Ella asintio lentamente.

– Por supuesto. -De pronto cayo en la cuenta-. El ano esta a punto de cumplirse.

– Si. En veintiocho dias.

– Entonces los rumores que dicen que estas buscando esposa son ciertos.

– Lo son.

Matthew casi podia ver los pensamientos que se agolpaban en la cabeza de Sarah.

– Por eso invitaste a mi hermana, a lady Emily y a lady Julianne a tu casa. Para elegir a la que deberia ser tu esposa.

– Si.

Ella fruncio el ceno.

– Pero ?por que no buscas mas? Ni siquiera has ido a Londres… Ha habido infinidad de veladas los meses pasados a las que han asistido docenas de senoritas casaderas.

– No he querido abandonar la hacienda. No he querido quitarle tiempo a mi busqueda.

– ?Tu busqueda?

– Es el gran secreto de mi padre.

Matthew casi podia sentir como la debil mano de su padre lo agarraba, intentando transmitirle con los ojos todo lo que queria decirle mientras los estertores finales sacudian sus pulmones y su terror aumentaba al saber que no le quedaba tiempo.

– Con su ultimo aliento me conto que la noche antes de que le dispararan habia ganado una enorme suma de dinero jugando…, dinero suficiente para saldar las deudas y poner en orden de nuevo la hacienda. Escondio el dinero aqui, en Langston Manor.

La comprension agrando los ojos de Sarah.

– En el jardin.

– Si. Pero sus palabras fueron tan debiles y entrecortadas que me resulto imposible entenderlas perfectamente. Murio con la palabra en la boca. Luego escribi lo que me dijo lo mejor que pude recordar, y estoy buscando desde entonces, tratando de encontrar donde esta ese dinero para asi poder saldar las deudas que herede a su muerte.

Sarah asintio lentamente, luego se aparto del arbol y se encamino hacia el. El dio dos pasos para acercarse a su vez, observando como ella asimilaba con claridad todo lo que el le habia dicho.

– Creo que ya lo entiendo -dijo ella, mientras continuaba caminando-. Como tienes tan poco tiempo antes de que expire el plazo, no querias abandonar la hacienda y con ello la busqueda del dinero. Pero incluso aunque lo encuentres, para honrar la promesa hecha a tu padre, tienes que encontrar una novia. Y como estas cargado de deudas y es posible que jamas encuentres la fortuna de la que te hablo, es necesario que tu prometida sea una heredera. Razon por la cual invitaste a tres ricas herederas a tu casa, con la idea de escoger a una de ellas mientras buscabas el dinero. -Se detuvo y le busco con la mirada-. ?Me equivoco?

– No creo que yo lo hubiera podido expresar mejor.

Ella se ajusto las gafas de nuevo y entonces hizo una pregunta en un suave tono de desaprobacion.

– ?Te vas a casar solo por dinero?

El se meso el pelo.

– Por desgracia no tengo otra opcion. No puedo dejar que la hacienda se arruine del todo. Hay muchas personas que dependen de mi. Dependen de mi para su sustento. No puedo ignorar la herencia Langston y esta casa lleva generaciones en mi familia. La carga de esas responsabilidades pesa sobre mis hombros, y me tomo mis obligaciones muy en serio.

Matthew miro a Danforth, que seguia a su lado y luego la miro a ella.

– Estoy seguro de que eres consciente de que muchos matrimonios de la nobleza se basan en las ventajas de combinar titulo y fortuna en vez de asuntos del corazon.

– Si. De hecho, Julianne me ha dicho muchas veces que sabe perfectamente que quien se case con ella lo hara por dinero. Y me has contado todo esto, no porque creas que voy a informar a nadie de tus excursiones nocturnas cargado con una pala, sino porque crees que mi conocimiento sobre jardineria puede ayudarte a encontrar alguna pista en las ultimas palabras de tu padre. ?Correcto?

El asintio.

– De nuevo te has explicado a la perfeccion. ?Estarias dispuesta a ayudarme?

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