intentando sonsacarme algo.
Carolyn se rio, pero su risa se convirtio en tos. Tras tomar un trago de ponche, le respondio:
– ?Horas? Creo que mas bien te derrumbarias como un castillo de naipes en solo treinta…
– ?Minutos? -sugirio Daniel.
– Segundos -le corrigio Carolyn.
El se llevo la mano de su esposa a los labios.
– Estoy impaciente por descubrir cual de los dos tiene razon.
Carolyn sonrio, aunque a Emily le parecio una sonrisa forzada.
– Yo tambien. -La mirada de Carolyn vago por encima del hombro de Daniel. -Lord Langston acaba de llegar. ?No me dijiste que querias hablar con el, Daniel?
– ?Estas intentando deshacerte de mi?
– Por supuesto que no, pero Emily y yo no podemos hablar de cosas de chicas con un hombre presente; lo entiendes, ?verdad?
Resulto evidente para Emily que Daniel no tenia ningun deseo de abandonar la compania de su esposa, pero despues de una breve vacilacion el dijo:
– Supongo que si. Os dejo con vuestra conversacion. -Se inclino para besar los dedos de Carolyn, le hizo una reverencia a Emily y se encamino hacia el otro lado de la estancia.
En cuanto el se marcho, Emily se dio cuenta de que Carolyn dejaba caer los hombros, luego exhalo lo que parecia ser un suspiro de alivio. Sin mas dilacion, Emily cogio la mano de su amiga y la condujo a una esquina desierta, apartada del resto de la estancia por un despliegue de helechos plantados en enormes macetas de ceramica.
– Se que te ocurre algo -dijo, estudiando la cara de Carolyn, alarmada por la palidez de su amiga y las sombras violetas que tenia bajo los ojos.
Carolyn vacilo durante unos segundos, luego asintio rapidamente con la cabeza.
– Si, me temo que asi es. -Apreto las manos de Emily. -No sabes cuanto me alegro de que hayas vuelto. Jamas habia necesitado tanto hablar con alguien.
– ?Y para que estan Sarah y Julianne? ?Y Daniel?
Carolyn nego con la cabeza.
– No quiero contarle a Sarah nada que pueda disgustarla en las ultimas semanas de embarazo. Y Julianne parece tan feliz… que no he tenido valor para decirselo. En lo que respecta a Daniel… -Sacudio la cabeza. -No soy capaz de contarselo todavia.
– ?Decirle que? -Emily apreto la mano de Carolyn. -?Que diablos te pasa? Me estas asustando.
Para consternacion de Carolyn, se le llenaron los ojos de lagrimas.
– Me temo que estoy… enferma.
A Emily se le cayo el alma a los pies. No sabia que esperaba… quizas una mala noticia con respecto a algun familiar de Daniel, o de un amigo, o tal vez una discusion de pareja que hubiera disgustado profundamente a su amiga. Pero desde luego no habia esperado eso.
– ?Enferma? -repitio, aunque la palabra le sono distante, como si la hubiera pronunciado otra persona, muy lejos de alli. Recorrio a Carolyn rapidamente con la mirada. Era evidente que su amiga habia perdido peso. -?Has ido a ver a un medico?
Carolyn asintio con la cabeza.
– Visite a uno hace seis semanas…
– ?Seis semanas? Pero ?cuanto tiempo hace que te sientes asi?
– Cerca de dos meses.
Dos meses. La culpa y el miedo inundaron a Emily. Mientras ella perdia el tiempo en el campo, escribiendo su relato, Carolyn habia sufrido. Sola.
– ?Por que no me escribiste? Habria regresado a Londres de inmediato.
– No podias hacer nada.
– Habria estado contigo -dijo Emily con voz queda y cargada de emocion. -Lamento tanto no haber estado aqui… Pero ahora si estoy. Cuentamelo todo. ?Que te pasa?
– N-no estoy segura de cual es el problema, ni tampoco el medico. Pero me temo que el resultado es desolador.
El tono triste de Carolyn rompio el corazon de Emily.
– ?Por que? ?Que sintomas tienes? Lo mas probable es que solo sea una dispepsia o…
Carolyn nego con la cabeza.
– Es mucho mas que un malestar de estomago. Tengo dolores de cabeza. Terribles dolores de cabeza. Y no logro deshacerme de esta tos. Algunas veces tengo escalofrios y fiebre y me he desmayado al menos media docena de veces durante el ultimo mes.
A Emily volvio a caersele el alma a los pies. Aquello pintaba… mal.
– ?Y el medico no te dijo a que podia ser debido?
– No. Me dijo que jamas habia visto todos estos sintomas juntos. Me prescribio un tonico y laudano para los dolores de cabeza, pero los dos me provocaron unas nauseas horribles y deje de tomarlos.
– Has dicho que no se lo has contado a Daniel pero, evidentemente, sabe que te pasa algo. Puede que hayas podido ocultarle los dolores de cabeza, pero ?los desmayos? Estas mucho mas delgada. Y no me cabe duda de que esta muy preocupado por ti.
– Sabe que he estado enferma y esta muy preocupado por ello. Sin embargo, desconoce casi todos mis sintomas. Solo tiene constancia de que me haya desmayado una vez. -Carolyn respiro hondo, luego dijo: -Emily… puede que el medico nunca haya visto antes todos estos sintomas juntos, pero yo si.
– Ante la mirada inquisitiva de Emily, Carolyn susurro: -Edward.
El nombre del primer marido de Carolyn floto entre ellas como un toque de difuntos. Antes de que Emily pudiera decir algo, Carolyn continuo:
– Varias semanas antes de morir, Edward sufrio terribles dolores de cabeza acompanados de una tos molesta. Tambien tuvo nauseas, perdio peso y se desmayo un monton de veces. Al cabo de unas semanas estaba muerto.
Santo Dios, Emily recordaba muy bien la rapidez con la que el joven, antano robusto, se debilito. Como aquel rapido deterioro habia desconcertado a su medico. Lo tragica que fue su muerte con tan solo veintiocho anos. Y que terriblemente afligida se quedo Carolyn.
– El mes pasado escribi en secreto al antiguo medico de Edward, que ahora vive en Surrey, y se lo conte todo. Recibi su respuesta esta manana…
La voz de Carolyn se desvanecio, y Emily la insto a continuar:
– ?Y…? ?Que te decia?
Carolyn exhalo brevemente. Intento sonreir, pero solo le temblaron los labios.
– Aunque me dio el nombre de otro medico que tiene su consulta en Harley Street para que le hiciera una visita, el tono de la carta era desesperanzador. Convenia conmigo en que mis sintomas eran muy similares a los de Edward, y me aconsejaba que pusiera mis asuntos en orden. Que esperara lo mejor, pero tambien lo peor.
– No. -Emily nego energicamente con la cabeza. -No… -repitio con un susurro furioso. -Eres joven y saludable, y superaras esto, ya lo veras. Me niego a creer otra cosa. Me niego a creer que tienes la misma enfermedad que acabo con la vida de Edward. ?Te has puesto en contacto con el medico de Harley Street?
– Todavia no.
– Entonces sera lo primero que hagas manana. -Apreto la mano de Carolyn. -Y tienes que decirselo a Daniel.
– Se quedara destrozado. Tan destrozado como yo. -A Carolyn le temblaron los labios. -Apenas acabamos de empezar nuestra vida juntos y ahora…
– Y ahora vamos a concentrarnos en averiguar que es lo que padeces y como curarte -dijo Emily con ferocidad, intentando infundir su pasion y su fuerza a Carolyn por pura fuerza de voluntad. -Sabes que Daniel hara todo lo que este en su mano para ayudarte. Igual que yo. Asi como Sarah y Julianne.
Carolyn sacudio la cabeza.
– Se que tengo que decirselo a Daniel, que no puedo seguir ocultandoselo por mas tiempo, pero me niego a