tempestad. Pero por ahora no debia preocuparse de eso. Entonces, ?por que en lugar de pasar un buen rato en compania de Celeste -como haria cualquier hombre con sangre en las venas, en especial uno que llevara meses sin disfrutar de una mujer -pensaba en lo poco interesante que era? ?Por que no le resultaba atractiva? ?Por que se sentia tan descontento?

Maldita sea, era perfecta, era exactamente lo que el necesitaba: una mujer afectuosa y hermosa, dispuesta a entablar una corta relacion con la que saciar sus deseos. A diferencia de otras mujeres de su clase, esa era incluso capaz de hablar de otra cosa que no fuera el tiempo o la moda. Y alli estaba, mirandole con una expresion que sugeria que el era un helado de fresa y que ella tenia antojo de uno.

Sin lugar a dudas podria haberse acostado con ella la noche anterior, pero algo le habia detenido. Algo que no podia explicarse. Su cuerpo ansiaba ardientemente una liberacion, pero en vez de buscarla con la mujer que tenia a su lado, se habia ido solo a casa. Desesperado por aclararse la mente y relajarse, ordeno que le prepararan un bano caliente, pero en cuanto se hundio en el agua y cerro los ojos, las imagenes que intentaba mantener a raya lo inundaron.

Imagenes de lady Emily. De la mujer que queria olvidar con todas sus fuerzas y que estaba resuelto a olvidar.

La febril imaginacion de Logan, encendida todavia mas por el apasionado beso que compartieron en la biblioteca de lord Teller, conjuro aquellos extraordinarios ojos que brillaban de picardia y deseo y esos labios seductores que tan deliciosos sabian.

Y en un instante, mas que sosegarle, estar sumergido en el agua caliente solo le inspiro fantasias. Se la imagino con el en la banera. Tocandole. Excitandole. Llenandose las palmas de las manos con sus senos, lamiendole los pezones con la lengua. Su cuerpo humedo sobre el de el… acogiendole en su calida y tensa suavidad…

Con un deseo que casi rayaba el dolor, fue incapaz de no acariciarse su rigido miembro, imaginando que eran las jabonosas manos de ella las que le daban placer, que eran sus dedos los que se deslizaban sobre el. El climax lo atraveso mientras gemia el nombre de Emily en un ronco grito.

Aquella liberacion le satisfizo fisicamente durante un breve momento, pero al final le hizo sentirse vacio. Insatisfecho. Y mas solo que nunca. Salio de la banera y se metio en la cama, incapaz de borrar de su mente las fantasias eroticas que aquella mujer le inspiraba, angustiado porque a pesar de todos sus esfuerzos por pensar en alguien -cualquiera -que no fuera ella, Emily ocupaba cada recoveco de su mente.

Maldita fuera.

Respiro hondo y hubiera jurado que incluso ahora podia oler su embriagador perfume. Solo Dios sabia el tiempo que el sabor de ella permanecio en su lengua.

– ?Es por algo que he dicho?

Aquella gutural voz femenina lo arranco de sus inquietantes pensamientos y se volvio hacia Celeste. Ella lo miraba con una mezcla de diversion, exasperacion y curiosidad. Estaba claro que esperaba una respuesta de el. Maldita sea, Logan comenzo a sentir que se ruborizaba. Se aclaro la garganta.

– ?Perdon? -dijo.

– Le preguntaba si frunce el ceno por algo que yo haya dicho.

Maldiciendose para sus adentros, Logan relajo el semblante al momento. Habia ido a recogerla una hora antes, decidido a aceptar la invitacion que insinuaran sus ojos y su conducta la noche anterior. No obstante, una vez en su casa, Logan fue incapaz de obligarse a seducirla. No. En vez de eso le sugirio que dieran un paseo por el parque. Y alli estaba, pensando otra vez en lady Emily. Y, al parecer, frunciendo el ceno.

– No es por nada que usted haya dicho -le aseguro. En especial porque no tenia ni idea de que habia dicho. - Perdoneme. Me temo que estaba distraido. ?Que me estaba diciendo?

Logan se obligo a centrar su atencion en ella y durante los siguientes minutos hablaron de una obra teatral a la que los dos asistieron varias semanas antes. Aun asi, a pesar de esa divertida y encantadora conversacion y de la calida admiracion que resplandecia en los ojos femeninos, Jennsen se encontro pensando de nuevo en «ella». En sus labios… en aquella boca tan suave y plena que se abrio con tanto ardor bajo la suya. Que se curvaba con facilidad en una seductora y picara sonrisa para todos, salvo para el. Una boca que estaba tan inexplicablemente decidido a conseguir que sonriera para el.

Y entonces, como si sus pensamientos la hubieran conjurado de alguna manera, al doblar un recodo del camino junto a su acompanante, la vio. Logan se detuvo y parpadeo para asegurarse de que ella no era solo un producto de su desbocada imaginacion. Pero no, definitivamente era lady Emily, que estaba a seis metros de el junto a un grupo de gente. Y sus labios estaban curvados en esa seductora y picara sonrisa. Una sonrisa que, por supuesto, no estaba dirigida a el. No, se la brindaba al joven alto que estaba a su lado. Un hombre joven, al que Logan no conocia, que se reia de algo que ella decia y que, en ese momento, alargaba la mano para acariciarle la barbilla.

Logan apreto los dientes ante la familiaridad del gesto. Resultaba evidente que lady Emily y su acompanante se conocian bien, un hecho que quedo todavia mas claro cuando ella extendio la mano y en un gesto travieso le tiro del ala del sombrero, tapandole los ojos. El joven protesto e intento atraparla juguetonamente, pero con una risita alegre ella se escabullo a un lado, fuera de su alcance.

– Oh, lord y lady Fenstraw con su prole -murmuro Celeste, deteniendose a su vez y senalando al grupo con la cabeza. -Los conoce, ?no?

?Prole? Logan observo a la familia durante varios segundos y sintio que desaparecia la tension que un instante antes se habia apoderado de el. Basandose en el parecido, no cabia duda de que el joven con el que habia estado bromeando lady Emily era uno de sus hermanos. Habia tambien otros cuatro ninos de diversas edades - evidentemente, los demas hermanos de lady Emily, -asi como sus padres y una mujer entrada en anos a la que Logan reconocio como tia Agatha, con la que habia coincidido en varias ocasiones y que a menudo ejercia de chaperona de Emily. El grupo estaba rodeado por un perro enorme y tres perritos cuyas correas parecian estar irremediablemente enredadas.

Logan sabia que lady Emily era la mayor de sus hermanos, pero nunca habia conocido a los miembros mas jovenes de la familia. Hizo un rapido recuento mental y nego mentalmente con la cabeza. Seis hijos. Y cuatro perros. Santo Dios, ?como lograrian controlarlos a todos?

– Por supuesto conozco a lady Emily, a sus padres y a su tia -repuso el, -pero no al resto de los hijos.

– Pues dado que no sera posible evitarlos, esta a punto de hacerlo.

El tono de la mujer hizo que volviera la mirada hacia ella.

– Parece como si prefiriera evitarlos.

Ella se encogio de hombros.

– La verdad es que si pudiera, lo haria.

– ?No le gustan?

– No es eso. Es solo que he oido rumores de que la familia esta atravesando graves problemas economicos.

– ?Cree que van a robarnos? -sugirio el por lo bajo con una expresion perfectamente seria.

Celeste solto una risita y apreto el seno contra el brazo de Logan, un gesto provocador que deberia haber encendido una chispa de pasion en el pero que, por el contrario y, muy a pesar suyo, le dejo frio.

– Por supuesto que no. Es solo que… -Se le desvanecio la voz y una vez mas se encogio de hombros. -Bueno, ya sabe a que me refiero.

Logan apreto los dientes. Si. Lo sabia. Perfectamente. Sabia que a los miembros de la aristocracia solo les gustaba alternar con los de su clase y lo facilmente que dejaban de lado a alguien que no alcanzaba tan altas expectativas, ya fuera financiera o socialmente. O las dos cosas a la vez. Sabia de sobra que si no fuera por el hecho de que el era un hombre acaudalado, esa mujer con titulo de nobleza que lo cogia del brazo no se habria acercado a el ni para arrojarle agua en caso de que estuviera ardiendo.

– Por supuesto, no se si los rumores son ciertos o no -continuo Celeste en un susurro -pero de ser asi, lady Emily los rescatara casandose convenientemente con un hombre rico que rellene las arcas de la familia. En cualquier caso es hora de que se case. He oido rumores de que el conde tiene un monton de propuestas matrimoniales para ella.

Logan sintio como si se le cuajaran las entranas mientras su mirada se clavaba en lady Emily. La joven vestia una capa de terciopelo de un profundo tono azul y un sombrerito a juego; prendas que el sospechaba que resaltarian sus extraordinarios ojos color mar. Los oscuros tirabuzones con toques rojizos enmarcaban su cara e,

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