incluso a esa distancia, podia ver que tenia las mejillas sonrojadas por el aire vigorizante. En ese momento, Emily se habia arrodillado para quedar a la altura de los ojos del nino con el que conversaba. Logan supuso que era el miembro mas joven de la familia. Este sujetaba la correa de un enorme perro color cafe, un animal que tenia casi el mismo tamano que el nino. Observo como la joven le sonreia al muchacho, le pellizcaba la nariz y le revolvia el pelo que era del mismo color que el suyo. No era extrano que basandose en su apariencia hubiera una fila de hombres a la puerta de la casa del conde para pedir su mano.

Ella se enderezo y, como si sintiera el peso de su mirada, se volvio hacia el. Sus miradas se cruzaron y la joven se quedo paralizada. Durante un instante, Emily continuo sonriendo, y para Logan se desvanecio todo lo que los rodeaba -la gente que no dejaba de hablar, los animales, la mujer que iba cogida de su brazo. -Todo, salvo ella.

Luego, la sonrisa de Emily se desvanecio como la llama de una vela, y sus mejillas se ruborizaron un poco mas. La joven desvio la vista hacia Celeste que todavia se aferraba al brazo de Logan de tal manera que este comenzaba a sentir como si ella fuera una hiedra y el, un muro de ladrillos. Emily abrio mas los ojos y luego alzo la barbilla de ese modo arrogante que a Logan tanto le molestaba y divertia a la vez.

– Buenas tardes -dijo Logan, acercandose al grupo.

Saludo a lord Fenstraw tocandose el ala del sombrero, luego hizo una reverencia formal a las damas.

– Lady Fenstraw, lady Agatha, lady Emily.

Logan casi se rio ante las variadas reacciones que su presencia provoco. El semblante de lord Fenstraw palidecio visiblemente, como si temiera que Logan pensara exigirle el pago de los fondos que le debia alli mismo, en el parque. Tras unos segundos de consternacion, la expresion de lady Fenstraw se volvio especulativa, como si estuviera calculando lo que el valia. Lady Agatha le ofrecio una sonrisa con hoyuelos y, como era habitual en ella cada vez que se encontraban, se inclino hacia el y le hablo en voz muy alta.

– Buenas tardes, senor Jennsen -grito lady Agatha. Logan no sabia si ella le hablaba asi porque estaba sorda como una tapia o porque pensaba que lo estaba el. O tal vez creyera que como americano que era, no sabia hablar bien ingles.

Y por ultimo, pero no por ello menos importante, lady Emily lo miraba como si acabara de morder un limon.

– Creo que ya conocen a lady Hombly -dijo el.

Celeste intercambio saludos con lady Emily y su familia, y Logan reparo en que la mirada que lady Fenstraw le dirigia a Celeste indicaba que se moria por saber la clase de relacion que la viuda tenia con Logan. Y como prueba de ello, dijo:

– Si, por supuesto que conocemos a lady Hombly, lo que no sabia era que usted la conociera senor Jennsen. Me ha extranado verlos juntos mientras disfrutamos en familia de este clima tan inusual pero agradable. Dejeme presentarle a mis hijos menores.

Logan le estrecho la mano a Kenneth, vizconde de Exeter, el joven alto al que Emily habia bajado del sombrero. Debia de tener unos dieciseis anos y saludo a Logan con una sonrisa cordial. A continuacion le presentaron a William y a Percy, dos muchachos larguiruchos que poseian el desgarbado aspecto de los ninos a punto de convertirse en hombres. Los dos tenian el mismo color de ojos que Emily y el mismo brillo travieso. Despues conocio a Mary, que estaba muy despeinada, sin duda por su infructuoso esfuerzo por desenredar las correas de los tres perritos que ladraban alrededor de ella.

Y, por ultimo, le presentaron a Arthur quien, despues de hacerle a Celeste una reverencia y estrechar la mano que Logan le tendia, senalo con la cabeza su enorme perro.

– Esta es Diminuta.

Logan no pudo evitar reirse.

– Creo que es mas grande que tu.

Arthur esbozo una sonrisa traviesa, revelando un hueco donde habia perdido un diente.

– Ahora si lo es, pero cuando Emily me la regalo era muy pequena. Le he ensenado a darme la pata. Se lo mostrare. -Se volvio hacia la perra y le dijo: -Dame la pata, Diminuta.

Y Diminuta levanto al instante una enorme garra del tamano de un plato que tropezo contra la parte delantera de la capa gris de Celeste. La mujer grito sorprendida y dio un paso atras. Diminuta deslizo la pata por la prenda, dejando una larga mancha oscura.

– Lo siento mucho -dijo Arthur, sonrojandose hasta la raiz del cabello. -Supongo que aun no le sale bien. ?Quiere mi panuelo? -Saco del bolsillo un trozo de tela que parecia haber sido usado para que se limpiara las huellas de la perra.

Diminuta solto un profundo ladrido antes de tumbarse en el suelo y relamerse.

– Eso quiere decir que lo siente mucho -dijo Arthur, tendiendole todavia el panuelo.

La mirada horrorizada de Celeste se desplazo desde la tela manchada a la perra. Miro a Diminuta con rabia, como si quisiera que pasara a mejor vida. Luego lanzo una mirada fria a Arthur y al panuelo que este le tendia. Logan no creia haber visto nunca a ninguna mujer tan disgustada como Celeste. Ni a un nino tan consternado. Emily se acerco a su hermano y le puso la mano en el hombro. Logan noto que le daba al nino un apreton tranquilizador.

– Oh, querida -dijo lady Fenstraw, acercandose a Celeste. Fruncio el ceno en direccion a su hijo menor. -Esta claro que tienes que ensenar mejor a Diminuta, Arthur.

Arthur miro al suelo y arrastro la punta de la bota contra la grava. Incluso Diminuta parecia triste.

– Si, mama.

Lady Fenstraw se volvio hacia Celeste, que parecia rechinar los dientes.

– Su preciosa capa ha quedado hecha un desastre. Habra que limpiarla de inmediato antes de que sea imposible quitar la mancha. Y por supuesto, no puede pasearse por ahi con esa prenda en tal estado. ?Que pena! ?Donde esta su carruaje?

– Hemos venido en el mio -dijo Logan. -Esta al otro lado del parque. -Se volvio hacia Celeste. -La acompanare…

– Tonterias -le interrumpio lady Fenstraw. -Nuestra casa esta mucho mas cerca, apenas a cinco minutos. - Agarro a Celeste del brazo. -Mi doncella, Liza, es muy buena quitando manchas. Tomaremos una taza de te mientras esperamos, luego podra volver a casa en nuestro carruaje.

– Puedo acompanar a lady Hombly… -comenzo Logan, pues se sentia obligado a llevarla a casa, pero su ofrecimiento fue interrumpido por lady Fenstraw.

– Al contrario, estoy segura de que lady Hombly no querra privarle del paseo y de este tiempo tan estupendo -insistio lady Fenstraw. -Sufriremos muchos meses de lluvias y frio antes de ver otro dia como este.

Celeste se volvio hacia el.

– Lady Fenstraw tiene razon -dijo. -No hay razon para que no disfrute del paseo. -Le dirigio a Arthur y a Diminuta una mirada aniquiladora. -Aunque odio tener que interrumpir nuestro paseo, no puedo dejar que la capa se eche a perder. ?Le importa mucho si me marcho?

– Claro que no -dijo el. Sabia que deberia haberse sentido decepcionado, pero en vez de eso se sentia aliviado.

– Estare en casa esta tarde -le dijo en un susurro que solo el pudo escuchar mientras le brindaba una sonrisa.

Lady Fenstraw se ajusto el sombrerito y se volvio a su marido.

– Fenstraw, por favor, acompananos a casa. Agatha, quedate con Emily y con los ninos, y con el senor Jennsen. -Le dirigio a Logan una sonrisa y luego, con suma habilidad, empujo a Celeste por el camino con el conde siguiendoles los pasos.

Hubo unos segundos de silencio tras su partida, y Logan no pudo menos que pensar que de alguna manera todos eran peones en un juego de ajedrez donde lady Fenstraw manejaba las piezas a su antojo. A pesar de ello, no lamentaba que Celeste se hubiera ido, pero tampoco le gustaba quedarse en compania de lady Emily. Maldita sea, ?como iba a poder olvidarse de ella cuando no hacia mas que encontrarsela? Y por el ceno fruncido de la joven, a ella tampoco le hacia ninguna gracia el tener que pasar mas tiempo juntos.

Kenneth rompio el silencio ofreciendole el brazo a tia Agatha y sugiriendo que reanudaran el paseo. William y Percy echaron a correr y se empujaron juguetonamente el uno al otro mientras seguian a su hermano y a su tia. Logan observo a Emily, quien sin importarle la dura grava, se arrodillo delante de Arthur y le cogio la cara,

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