recuerdo de mi padre. -Cuando vio que el guardaba silencio, anadio-. Es importante para mi, Stephen.

– Entiendo.

A Hayley se le encogio el corazon al oir aquel tono tan serio y desapasionado. Era evidente que lo desaprobaba.

– Soy consciente del escandalo que supondria que alguien descubriera que soy H. Tripp. Debes de pensar que soy…

– Inteligente. Creo que eres absolutamente inteligente. Y maravillosa. -Una lenta sonrisa curvo los labios de Stephen-. Parece ser que acabo de proponerle el matrimonio a uno de los «hombres» mas famosos de toda Inglaterra. Desde luego, ?vamos a dar que hablar a los miembros de la alta sociedad! -Atrayendola hacia si, la beso hasta que a ella empezo a darle vueltas la cabeza.

– ?O sea que no te importa? -dijo Hayley casi sin aliento cuando el levanto la cabeza.

Stephen arqueo una ceja.

– ?Importarme? Que la mujer a quien amo tenga talento para escribir, aparte de ser hermosa y absolutamente maravillosa? ?Por que iba a importarme?

– Entonces, ?me dejarias seguir escribiendo?

– ?Dejarte? Insisto en que sigas escribiendo. Estoy tan pendiente como todo el mundo por saber que ocurre en la proxima entrega de Las aventuras de un capitan de barco. -La miro con seriedad-. Ahora, vas a responder de una vez a mi pregunta. ?Quieres casarte conmigo, Hayley?

Hayley lo miro; su corazon rebosaba tanto amor que apenas podia hablar. Consiguio emitir una sola palabra, pero, al parecer, aquello le basto a Stephen, puesto que era la unica palabra que deseaba oir.

– Si -dijo con un hilillo de voz.

– ?Gracias a Dios! -exclamo el fervientemente. Bajo la cabeza y apreso los labios de Hayley en un beso interminable, lleno de dolorida ternura e inequivoco amor. Al cabo de varios minutos, levanto la cabeza-. Solo hay algo que necesito pedirte -le dijo con voz algo tremula.

– ?Que?

– Aun corriendo el riesgo de parecer un poco despotico y demasiado exigente, si el indeseable de Popplefart [16] no esta fuera de esta casa dentro de exactamente tres minutos, voy a sacarle de una patada en el culo.

Hayley abrio los ojos de par en par.

– ?Dios mio! Me habia olvidado completamente del pobre Jeremy…

– ?Pobre Jeremy?

– Si. Debo decirle que no acepto su proposicion.

– ?Su que?

– Jeremy me pidio que me casara con el.

– Es hombre muerto -vaticino Stephen-. Voy a romperle hasta el ultimo hueso de su maldito cuerpo… - Interrumpio su diatriba y dirigio una mirada fulminante a Hayley-. ?Cuando te lo propuso?

– Ayer -contesto ella, haciendo un gran esfuerzo por ocultar su satisfaccion ante el ataque de celos de Stephen.

– ?Y no le diste un no inmediatamente?

– Bueno, no. Yo…

– ?Estabas considerando su proposicion? -le pregunto en tono repentinamente sereno.

Ella extendio los brazos hacia el y ahueco ambas manos alrededor del malhumorado rostro de Stephen.

– No seria fiel a la verdad si te dijera que no pense en ello, pero tenia la firme intencion de decirle hoy despues de la fiesta que no podia aceptar su proposicion. Se lo dire en cuanto bajemos.

– Sigo teniendo ganas de partirle la cara -murmuro Stephen entre dientes-. He visto como te besaba en la sien cuando saliais del bosque. Si a ese Popplepuss se le ocurre volver a ponerte las manos encima, va a saber lo que es el dolor.

Las comisuras de los labios de Hayley se arquearon en una dulce sonrisa.

– Popplemore.

– Eso.

Hayley rozo sus labios contra los de Stephen, contraidos en una mueca de seriedad.

– ?Por que no bajamos ya? Daremos a la familia la gran noticia y yo acompanare a Jeremy hasta la puerta. - Hayley se colgo literalmente del cuello de Stephen y le paso la lengua por el labio inferior.

– Una excelente idea -dijo el mientras la apretaba fuertemente contra su cuerpo. Paso los dedos por los rizos de Hayley y la beso, un beso que empezo tiernamente pero pronto se hizo apasionado.

– Stephen -susurro Hayley, agarrandose a los hombros de el mientras los ardientes labios de Stephen descendian por el lado de su cuello.

El rozo levemente con la lengua el trepidante pulso que latia en la base del cuello de Hayley.

– ?Si?

– Todo el mundo se estara preguntando que estamos haciendo aqui arriba. Deberiamos bajar-dijo sin mucha conviccion.

Stephen le dio un ultimo y largo beso.

– Tienes razon. No podemos quedarnos aqui mucho mas tiempo. Si no, acabaremos en tu cama. -Apreto la mano de Hayley contra su brazo y empezo a andar hacia la puerta.

– Espera -dijo Hayley, soltandose del brazo de Stephen. Se agacho y recogio el ramillete de flores que el le habia regalado. Se le habia caido al suelo durante el beso y ahora estaba ligeramente aplastado-. No puedo dejarme mis flores. -Se levanto y se acerco el ramo a la cara, inspirando profundamente-. Es el regalo mas maravilloso que me han hecho en toda mi vida.

Stephen le acaricio tiernamente la mejilla.

– ?Sabes cual es el regalo mas maravilloso que me han hecho a mi? -le pregunto con dulzura.

Hayley lo miro a la cara, la cara mas atractiva e irresistible que habia visto nunca. Lo queria tanto que hasta le dolia. Sacudio la cabeza.

El se llevo la mano de Hayley a los labios y le beso la palma ardientemente.

– Tu, mi amor, eres el regalo mas maravilloso que me han hecho en toda mi vida.

Capitulo 32

Tres meses mas tarde, por fin llego la vigilia de la boda.

«?Gracias a Dios!», penso Stephen mientras daba un sorbo a su copa de brandy en la biblioteca de la casa de Londres de su padre.

Esperar tres largos e interminables meses para convertir a Hayley en su esposa casi lo mata. Habria preferido desposarla inmediatamente con un permiso especial, pero se dio cuenta de que seria sumamente egoista de su parte negar a Hayley el tipo de boda que se merecia solo porque el no podia esperar a empezar su vida en comun, por no mencionar lo mucho que le costaba no ponerle las manos encima. Ademas Hayley insistio en que, por muchas ganas que tuviera de casarse con el, queria esperar a que se hubiera celebrado la boda de Pamela.

De modo que Stephen tuvo que esperar tres terriblemente largos meses, durante los cuales tuvo que movilizar hasta el ultimo apice de su capacidad de autocontrol para abstenerse de hacer el amor con Hayley. Se habia volcado completamente en el trabajo para tener la mente y las manos ocupadas. Inmediatamente despues de la boda de Pamela y Marshall, que se habia celebrado el mes anterior, Hayley y el resto de los Albright se habian trasladado a Londres. Mientras la casa de los Albright estaba vacia, Stephen lo organizo todo para que la repararan y la reformaran, y Hayley se la habia regalado a los recien casados como regalo de bodas.

Desde que Hayley llego a Londres, siempre parecia estar ocupada con la madre de Stephen y Victoria preparando la boda. Stephen se quejaba de no poder pasar mas tiempo con su prometida, pero el mero hecho de tenerla cerca, sabiendo que dentro de pocas semanas estarian juntos, le llenaba de una dicha hasta entonces desconocida para el. El se encargo de buscar tutores para Nathan y Andrew y dedico una considerable cantidad de tiempo a ensenar Londres a los chicos y a Callie mientras las mujeres ultimaban los detalles de la boda.

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