– Espero poder remediarlo.
– ?Como?
De algun modo, Stephen consiguio mantener la paciencia.
– Eso es privado, Grimsley.
– Usted lo ha querido. -La puerta empezo a cerrarse de nuevo.
– Esta bien. Si deben saberlo, tengo pensado pedirle a Hayley que se case conmigo.
Grimsley parecia sorprendido, pero Winston se mostro aun mas sorprendido.
– ?Que ha dicho?
– Que quiero casarme con ella.
Era evidente que ninguno de los dos hombres esperaba aquel giro de los acontecimientos.
Winston se rasco la cabeza y pregunto:
– ?Porque?
– Por que la quiero. Estoy enamorado de ella.
– La ha tratado como a un trapo sucio.
– Lo se. -Cuando Stephen vio que los ojos de Winston se ensombrecian todavia mas, anadio-: Pero estaba equivocado, terriblemente equivocado. Y lo siento mucho. -Miro a los dos sirvientes, que estaban de pie como dos centinelas vigilando la puerta-. Les admiro a ambos por su lealtad. Dejenme hablar con ella. Si Hayley me pide que me vaya, les prometo que lo hare sin tardanza.
Winston maldijo para si y empujo a Grimsley a un lado. Estuvieron susurrando durante un rato y luego volvieron a dirigirse a Stephen. Grimsley carraspeo.
– Hemos decidido que, si realmente la quiere, y la senorita Hayley tiene un corazon tan grande que es capaz de perdonarle, no nos interpondremos en su camino. Ella debe tomar sus propias decisiones.
– Pero, si vuelve a hacerla sufrir -le aviso Winston-, atare su noble culo al ancla y luego la tirare al mar.
Dieron un paso atras y le indicaron con un gesto que podia entrar.
– Gracias. Tienen mi palabra de que no se arrepentiran de haberme dejado entrar.
– Ella se merece lo mejor -dijo Winston en tono malhumorado.
– Tendra todo cuanto este en mi poder darle -prometio Stephen solemnemente-. Toda la familia lo tendra, ustedes dos incluidos.
Los dos hombres parecieron sorprenderse ante aquellas palabras.
– Lo unico que queremos es verla feliz -refunfuno Winston.
Permanecieron un rato de pie en el vestibulo, mirandose fijamente entre si. Luego, en una muestra de camaraderia que Stephen nunca antes habria considerado tener con un sirviente, tendio la mano primero a Grimsley y luego a Winston.
Tras estrecharles la mano, Stephen solto un sonoro suspiro de alivio.
– ?Donde esta Hayley?
– Todo el mundo esta en el lago -contesto Grimsley-. Esperamos que esten de vuelta dentro de una hora.
Winston se disculpo, diciendo que tenia cosas que hacer, y Grimsley condujo a Stephen hasta la biblioteca.
– Usted puede esperarles aqui-dijo Grimsley-. Ya le avisare cuando lleguen.
– Gracias. Digame una cosa, Grimsley, ?esta el resto de la familia igual de enfadado conmigo?
Grimsley se rasco la barbilla.
– Los ninos no lo estan, pero ellos no saben que usted le partio el corazon a la senorita Hayley. No puedo hablar por tia Olivia, pero yo no esperaria una calida bienvenida de la senorita Pamela y, a menos que tenga ganas de que le peguen una patada en sus nobles nalgas o con una cacerola en su cabeza de chorlito, le aconsejo que evite a Pierre.
Stephen disimulo su sorpresa ante las directas palabras del lacayo.
– Entiendo.
Grimsley se dio la vuelta para irse, pero se detuvo en el umbral de la puerta.
– Supongo que nuestras formas poco convencionales debian de ser un tanto violentas para un aristocrata de su nivel.
– Creame, Grimsley, toda la «violencia» que he recibido de manos de los Albright ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida.
La mirada gelida y reticente se esfumo del rostro de Grimsley.
– Bueno, va a tener que sudar la gota gorda para conseguir lo que desea. El doctor Wentbridge le propuso en matrimonio a la senorita Pamela y tienen pensado casarse dentro de dos meses. Creo que al senor Popplemore, que me parece que es del tipo impaciente, le gustaria celebrar una boda doble. -Grimsley tosio discretamente sobre la mano y dejo a Stephen solo en la biblioteca.
Stephen anduvo hasta la ventana y miro hacia fuera sin ver nada mientras las palabras de Grimsley resonaban en su cabeza. «O sea que Poppledink es un hombre del tipo impaciente, ?eh? Va a convertirse en un hombre del tipo magullado y sin dientes si se ha atrevido a ponerle las manos encima a mi mujer.»
Una rafaga de color capto la atencion de Stephen, y enfoco la vista en el sendero que llevaba al lago. Andrew y Nathan salieron de la espesura del bosque, seguidos de la pequena Callie. Winky, Pinky y Stinky, con un aspecto algo menos asqueroso que la ultima vez que los habia visto, corrian a saltos detras de los chicos. Luego aparecieron Pamela y el doctor Wentbridge, la mano de Pamela en el brazo de Marshall, quien la miraba con una radiante sonrisa. Incluso desde lejos, Stephen percibio lo felices que parecian. Una sonrisa arqueo sus labios.
Pero la sonrisa se esfumo de su rostro en cuanto vio a Hayley saliendo del bosque, su mano en el pliegue del codo de Jeremy Poppinheel [15].
A Stephen le empezo a hervir la sangre cuando vio como Jeremy estampaba un rapido beso en la sien de Hayley, y el consecuente rubor en las mejillas de ella. «Voy a arrancarle a ese canalla un miembro detras de otro. Y sus asquerosos labios seran los primeros de la lista. En Halstead le conoceran como Jeremy el Sin Labios.» Stephen seguia mirando ferozmente por la ventana, pensando en formas dolorosas de darle su merecido castigo al hombre que habia osado tocar lo que era suyo, cuando la puerta de la biblioteca se abrio de par en par.
– ?Ha venido! ?Ha venido!
Stephen se volvio y vio a Callie cruzar corriendo la habitacion. La pequena se arrojo a sus brazos y el la levanto y la hizo girar a su alrededor.
– ?Como me iba a perder la fiesta de cumpleanos de la anfitriona mas distinguida de todo Halstead? -le pregunto con absoluta seriedad-. No me perderia una fiesta con pastas y te organizada por ti en un millon de anos.
– Volvio a dejar a la pequena en el suelo y le tiro carinosamente de un rizo.
– Les dije que usted vendria -susurro entusiasmada-, pero nadie me creyo. Todos decian que estaba demasiado lejos y demasiado ocupado, pero yo sabia que vendria. -Se abrazo a los muslos de Stephen.
– ?Senor Barrettson! -Nathan corrio hasta Stephen con el rostro rojo a causa de la emocion-. Grimsley me ha dicho que estaba aqui. ?Vaya sorpresa!
Stephen despeino al chico con un gesto carinoso y le devolvio la sonrisa.
– No se llama senor Barrettson, idiota -dijo Andrew en tono mordaz-. Se llama lord Glenfield. -Se volvio hacia Stephen-. Es un placer volverle a ver, milord.
– El placer es mio -dijo Stephen tendiendole la mano. Andrew sonrio y se la estrecho.
Tia Olivia se unio al grupo, sonrojandose intensamente cuando Stephen le beso la mano con galanteria.
– ?Santo Dios! -exclamo con el rostro de un rosa subido-. No solo es apuesto y encantador, sino encima marques. Creo que necesito sentarme.
El doctor Wentbridge saludo a Stephen cordialmente, pero Pamela fue mucho mas comedida en su saludo, limitandose a inclinar la cabeza ligeramente mientras decia:
– Lord Glenfield.
Jeremy fue igual de circunspecto.
– ?Que le trae de vuelta por Halstead?
– Callie me invito a su cumpleanos -contesto Stephen, con los ojos fijos en Hayley, que todavia no le habia dirigido la mirada ni la palabra. Su atencion parecia centrarse en algo fascinante que habia en la alfombra.
Jeremy enarco las cejas.