– ?Lo haria usted? ?Y por que?

– Se da usted cuenta, claro esta, de que parece que este descaradamente suplicando cumplidos.

Doblaron una esquina y entraron en un pasillo aun menos iluminado en cuyas paredes, a ambos lados, colgaban grandes cuadros. Alex se detuvo frente al primer lienzo, se inclino y entorno los ojos.

– La luz no es muy buena. Es bastante dificil…

Alexandra interrumpio sus palabras y tuvo que coger aire de manera repentina cuando Colin le acaricio con los labios por encima de su muneca, justo donde terminaba el guante de encaje. Despues, introdujo uno de sus largos dedos a traves de la prenda y le acaricio la palma de la mano. Alex sintio el calor recorrer todo su cuerpo ante la sensual intimidad del gesto. Y en solo un instante, su firme y contundente resolucion se esfumo.

– ?Es bastante dificil…? -continuo el.

Tuvo que tragar para poder hablar. Respirar.

– Ver -respondio.

Y se tuvo que morder el labio para contener el gemido de placer que le provocaba la lenta e hipnotica caricia del dedo de Colin.

El retiro el dedo del guante y toco la suave boca de Alex. Despues dio un paso acercandose a ella y sintio que la tension que lo habia estado constrinendo toda la noche empezaba lentamente a disiparse ahora que finalmente estaba con ella a solas. Los ojos de Alexandra se agrandaron ligeramente y dio un paso hacia atras. Sus hombros golpearon la pared entre dos de los cuadros de los antepasados de Wexhall y sofoco un grito. Perfecto, tal como Colin deseaba tenerla, atrapada y sin aliento.

Apoyando las palmas de sus manos contra la pared a cada uno de los lados de la cabeza de ella, se inclino hacia su rostro y dijo suavemente:

– Me parece que me gustaria mucho oir un cumplido tuyo, Alexandra.

– Estoy segura de ello -respondio ella levantando la barbilla-. Sin embargo, se supone que debe presentarme a los antepasados de Wexhall.

– Muy bien. -Y manteniendo la mirada en Alexandra, senalo con la cabeza a su izquierda-. Ese caballero es el hermano de… -Movio la cabeza a la derecha y anadio-: Ese otro caballero. Probablemente. El tipo gordinflon del retrato de detras de mi es su tio, probablemente.

– Para ser alguien que se ha ofrecido a ensenarme la galeria, se le ve notablemente desinformado.

– Ah, pero ?no dijiste que los hombres pocas veces dicen lo que piensan?

Alexandra se humedecio los labios y Colin estuvo a punto de gemir. Maldita sea, nunca antes en toda su vida habia deseado tanto besar a una mujer.

– ?Esta diciendo que cuando me pregunto si queria dar una vuelta por la galeria…?

– Queria decir algo totalmente diferente.

– Ya veo. Y como ha declarado su deseo de recibir cumplidos, ?debo interpretar que «desearia dar una vuelta por la galeria» significa realmente «quiero que me regalen los oidos»?

– No, significa «quiero sentir tus manos sobre mi».

Apartandose de la pared, agarro una de las manos de Alex y muy despacio, dedo a dedo, le quito el guante. Despues, se guardo la pieza de encaje en el chaleco y apreto la palma de la mano de ella, ahora desnuda, contra su mejilla.

Alexandra exploro con sus dedos lentamente su menton y, de haber podido, Colin se habria reido de su rapida y potente reaccion ante la suave caricia. No era capaz de explicar la ferocidad con la que anhelaba ese tacto de ella, pero, sin duda, era innegable. Despues de guardarse el otro guante en el bolsillo, le tomo ambas manos y las apreto contra su pecho.

– Si pretende besarme…

– No hay ningun «si» sobre mis intenciones de besarte, Alexandra. He estado deseando tocarte y besarte desde que he llegado esta noche. Crei que la cena no acabaria nunca.

– Debo advertirle que si me descompone el peinado o el traje, su hermano y su cunada seguro que se dan cuenta.

– Sin duda alguna.

Colin no se molesto en explicarle que como tenia la intencion de asegurarse de que fuese una mujer bien besada, solo con mirarla, su hermano y su cunada podrian ver que habian hecho algo mas en la galeria que mirar retratos.

– No quiero que tengan una pobre opinion de mi.

– ?Por que iban a tenerla?

– Creen que estoy casada.

– Mi hermano sabe que no lo estas.

– ?Se lo ha dicho?

– Dado que sabe que las mujeres casadas no son de mi gusto, lo ha adivinado. Solo he confirmado lo que el habia deducido correctamente. Y por lo que respecta a Victoria, es muy discreta, asi que te sugiero que se lo cuentes. Pero si te hace sentirte mejor y en pro del decoro… -Volvio a poner las palmas de las manos contra la pared a cada lado de la cabeza de Alexandra y se inclino hasta casi tocarle con los labios-. Asi, solo te tocare con la boca.

Y acto seguido poso sus labios en los de ella y sintio que se hundia en un oscuro abismo de placer y deseo en el que solo ella existia. Alexandra lo cogio de la chaqueta, acercandolo, y Colin tuvo que apretar los punos contra la pared para mantener su promesa. Los labios de Alexandra se abrieron y el entro a explorar su boca de saten. Todo el se sintio invadido de un deseo ardiente y salvaje y se acerco aun mas, empujandola contra la pared con la mitad inferior del cuerpo. Noto, bajo los pantalones, la sacudida brusca de una ereccion y se froto despacio contra la suavidad de ella, mientras en su garganta vibraba un suave quejido. Alexandra le rodeo el cuello con los brazos y se puso de puntillas apretandose aun mas contra el, ondulando sus caderas de un modo que hizo que el control que ya iba perdiendo a marchas forzadas se deshiciese con una rapidez vertiginosa.

Colin se separo de los labios de Alex y hundio el rostro en la calida curva de su cuello, respirando entrecortadamente la reverberante fragancia de su piel. Era absurdo lo que lograba aquella mujer con un solo beso. Levanto la cabeza y comprobo con serena satisfaccion que ella parecia tan excitada, maravillada y aturdida como el. Por lo menos, esa fiera pasion se veia correspondida.

Alexandra abrio los ojos y por un breve y tentador instante coloco la yema de uno de sus dedos sobre los labios de Colin, acompanando la suave caricia con una mirada adormecida. Colin sintio como si le estrujaran el corazon.

Alexandra solia esconder muy bien sus sentimientos, pero en aquel momento sus ojos reflejaban todo lo que sentia: sorpresa, excitacion, curiosidad, expectacion, vulnerabilidad, incertidumbre, confusion, deseo. Colin los reconocio porque eran un espejo exacto de sus propios sentimientos. Sin embargo, la vulnerabilidad, la incertidumbre y la confusion en las mujeres eran territorios nuevos para el.

?Como era posible que un simple beso se hubiera vuelto tan… complicado?

Todo su cuerpo vibro con el irresistible deseo de besarla de nuevo, pero antes de que pudiera hacerlo Alexandra abrio los ojos de par en par presa del panico y lanzo una exclamacion de claro reproche hacia si misma. Lo aparto y, agachandose, paso bajo su brazo.

– Debo irme -dijo con voz tensa y se dio la vuelta dispuesta a marcharse.

Colin la agarro del brazo deteniendola.

– Alexandra, espera…

Ella se volvio y miro a Colin con ojos llenos de angustia.

– Por favor, dejame marchar -le susurro-. No quiero… No puedo… -Lanzo un profundo y tembloroso suspiro-. Deseo retirarme.

Su mirada reflejaba tanta tristeza y vulnerabilidad que Colin estuvo a punto de desmoronarse.

– Si, dejame irme, ahora que todavia puedo -repitio poniendo su mano sobre la de Colin-. Por favor, Colin.

Soltarla era la ultima cosa en el mundo que deseaba hacer, pero no podia negarse, asi que muy despacio aparto su mano del brazo de Alexandra quien, en el mismo instante en que se vio libre, se alejo a toda prisa.

Cuando desaparecio de su vista, Colin apoyo los hombros contra la pared y echo la cabeza hacia atras. Se sentia mas solo de lo que nunca antes se habia sentido. Saco uno de los guantes de Alexandra del bolsillo y levanto la pieza de encaje a la altura de su rostro. Cerro los ojos, respiro la deliciosa fragancia y pronuncio la

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