– Lo siento… No lo se con certeza.

El extrajo una carta doblada de su bolsillo y se la entrego.

– ?Sacas algo en claro de esto?

Ella apreto el papel de vitela entre sus manos y cerro los parpados.

– Percibo el mal. Una amenaza. Percibo un vinculo con William. Quienquiera que haya escrito esto tiene alguna relacion con tu hermano.

Abrio los ojos y le devolvio la carta, que el se guardo de nuevo en el bolsillo.

– ?Ves alguna otra cosa?

– Solo tengo la vaga impresion de que pronto habremos de viajar a algun sitio. -Ella escruto su rostro, que parecia esculpido en piedra, y se le corto la respiracion-. Dios santo, estas pensando en volver al barrio de la ribera.

– Tengo que hacerlo. Ahora es mas importante que nunca que encuentre a Gaspard.

Ella asintio con la cabeza lentamente.

– Muy bien. Pero esta vez ire contigo.

– De ninguna manera. Gaspard es aun mas peligroso de lo que creia. No puedo permitir…

– Yo no puedo permitir que vayas sin mi. Quiza logre percibir su presencia. Me niego terminantemente a discutir contigo. En cuanto al problema que supone llevar a una dama al barrio ribereno, hay una solucion muy sencilla.

– Desde luego que la hay: dejarte en casa.

– Me disfrazare de hombre -prosiguio ella como si no lo hubiera oido. Aprovechando su silencio atonito, se apresuro a anadir-: ?No ves que es un plan perfecto? Soy lo bastante alta para pasar por un hombre. Lo unico que tengo que hacer es vestirme del modo conveniente y taparme el pelo con un sombrero.

– Esa idea no tiene nada de conveniente, Elizabeth.

– Solo seria inconveniente si se lo dijesemos a alguien. No tengo ninguna intencion de hablar de esto con nadie, ?tu si?

– ?Y si alguien se diera cuenta de que vas disfrazada? -Sacudio In cabeza-. Demonios, no puedo creer que te haya preguntado eso, como si estuviese considerando siquiera esa locura…

– ?Estan bien iluminados esos lugares?

– No, pero…

– ?Estan muy concurridos?

– Por lo general si, pero…

– Entonces no creo que debamos preocuparnos. No sere mas que otro hombre en un local atestado y en penumbra. -Alzo la barbilla en un gesto desafiante-. Bueno, y ahora ?que te parece si vamos a buscar un atuendo de caballero para mi?

– No recuerdo haber dado mi aprobacion a este plan descabellado.

– Tal vez no, pero estoy segura de que te disponias a hacerlo. -Le apreto las manos-. Esto saldra bien, Austin, lo se. Te ayudare a encontrar a Gaspard. Y a William.

Austin fijo la vista en su cara, que estaba muy seria. Ahora la creia sin el menor asomo de duda. Podia ayudarlo. Pero el no queria que con este fin pusiese en peligro su propia seguridad.

– Deja que haga esto por ti -le pidio ella en voz baja-. Al menos deja que lo intente. Solo una vez.

El exhalo un lento suspiro, disgustado consigo mismo por tener en cuenta su proposicion, y ser incapaz de pasada por alto. ?Como iba a rechazar una oportunidad de encontrar a William con vida y frustrar los planes de Gaspard?

La miro fijamente.

– Supongo que podriamos intentarlo…

– Por supuesto que podemos.

– Permaneceras a mi lado…

– En todo momento. Te lo juro.

– Creo que no me has dejado terminar una sola frase en los ultimos cinco minutos.

– Mmm. Tal vez tengas razon. Por otro lado, fijate en el tiempo que con ello nos hemos ahorrado.

Austin retiro las manos de las de ella y le enmarco el rostro.

– No permitire que te pase nada. Lo juro.

Una sonrisa que irradiaba ternura se dibujo en los labios de ella.

– Lo se, Austin. Me siento totalmente a salvo contigo.

El corazon se le lleno de afecto hacia ella al oir esa frase sencilla. Su fe y su confianza en el le daban una leccion de humildad. Y le producian un sentimiento de culpa. Maldicion, la estaba utilizando, aprovechandose de su don para sus propios fines, pero tenia que encontrar a Gaspard. Y a William. Dios bendito, a William…

– ?A que hora quieres que nos marchemos esta noche? -pregunto ella, devolviendo la atencion de Austin al asunto que los ocupaba.

– Mi familia y Miles vendran a cenar, aunque no se muy bien como se decidio eso, y despues se iran todos al teatro. Saldremos para realizar nuestra mision cuando se hayan marchado.

– ?No se preguntaran por que no vamos con ellos al teatro?

– Lo dudo. Estamos recien casados. Estoy seguro de que daran por sentado que preferimos quedarnos en casa a solas.

– Quieres decir que pensaran que estamos… -dijo ella con las mejillas encendidas, y su voz se extinguio para dar lugar a un silencio incomodo.

El se le acerco, la estrecho entre sus brazos y le poso los labios en la zona de piel sensible situada debajo de la oreja.

– Si, pensaran que estamos haciendo el amor.

– Que escandalo. ?Que demonios pensara tu madre de mi?

– Estara encantada de que nos llevemos tan bien. -El observo su rostro sonrojado-. ?Estas segura de que quieres venir conmigo esta noche?

– Por supuesto. Ya sabes que soy muy robusta.

– En efecto. -Le planto un beso en la frente y se aparto-. Ahora debo ir a Bow Street para notificarles todo lo que se sobre James Kinney. Nos veremos en el salon a las siete.

Austin paso toda la cena deseando que su familia se retirase. Tenia mucho en que pensar, en especial acerca del hecho de que William probablemente estaba vivo. Y acerca del peligro.

?Como diablos habian podido equivocarse las autoridades militares respecto a la muerte de su hermano? ?Donde estaba? ?Estaria implicado todavia en actividades desleales? «Ah, William… -penso-. ?En que te falle?»

Pero le resultaba imposible poner en orden sus pensamientos delante de su familia. Su madre, por lo general moderada, casi estaba dando botes en su silla en el otro extremo de la mesa mientras conversaba con Elizabeth, llena de entusiasmo.

Caroline y Robert discutian animadamente haciendo gestos y, cuando su madre no los miraba, se sacaban la lengua, como les gustaba hacer desde pequenos. Austin se percato de que Miles era el unico comensal callado, sin duda porque los demas no le dejaban decir palabra.

En cuanto hubo finalizado la cena, Austin se puso en pie y se dirigio a la otra punta de la mesa, donde se encontraba Elizabeth.

– Si nos disculpais, creo que Elizabeth y yo nos retiramos. Disfrutad del resto de la velada.

Tendio la mano y la ayudo a levantarse.

– ?Os retirais? -exclamo Caroline con los ojos desorbitados-. ?A esta hora?

– Si -respondio Austin con serenidad, haciendo caso omiso de las sonrisitas que Miles y Robert no se molestaron en disimular.

– ?Pero si es muy temprano! ?No quereis…? -Caroline se interrumpio bruscamente y fulmino con la mirada a Robert, que estaba sentado enfrente de ella-. ?Has sido tu quien acaba de darme una patada?

– Si. Pero solo porque estoy demasiado lejos para meterte la servilleta en la boca. -Agito los dedos para despedir a Austin y guino un ojo a Elizabeth-. Buenas noches, Austin. Dulces suenos, Elizabeth.

Sin mas preambulos, Austin condujo a Elizabeth hacia la puerta del comedor y subio con ella las escaleras. No se detuvo hasta que hubo cerrado la puerta de su alcoba tras si. Apoyado en ella, estudio el rostro sonrojado de

Вы читаете Una Boda Imprevista
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

1

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату