reyes.

– Creo que por hoy prefiero descansar -le contesto.

– Ok, nos vemos manana. Estaremos en la parte de atras.

Despues de vivir tantos anos en Gallinton sabia que eso significaria que todos irian a esquiar a la ladera de detras de la montana del «Dolar de plata». Pero que hubiera sido criada en una estacion de esqui no significaba que supiera esquiar. No sabia.

– Lo intentare.

Mark la atrajo mas hacia el y ella vislumbro a Thomas a traves de las sombras.

– Tu pelo huele bien -la adulo Mark.

– Gracias.

Thomas sujetaba a Holly en sus brazos y se movia con la perfeccion y un ritmo fluido que ella no sabia que el poseyera. Los brazos de Holly estaban alrededor de su cuello y el la sujetaba demasiado cerca. Sus manos en su espalda, los cuerpos tocandose, todo eso molestaba a Brina mas de lo que deberia.

Mark estaba hablando sobre los negocios que poseia y adulaba a Brina repetidamente. Era encantador y amigable, pero su atencion estaba en la pareja situada en el otro extremo de la pista de baile. Su cabeza se lleno de pensamientos y se pregunto por que la imagen de Thomas y Holly le molestaba tanto. Por que le producia una especie de agujero en el estomago.

La respuesta llego a la vez que sonaban los ultimos acordes de la guitarra. Se sentia con «propiedad» sobre Thomas, como si fuera suyo. Fue un buen amigo suyo durante anos e incluso a pesar de que ella le trato tan mal al final, todavia sentia una conexion con el. Y para ser completamente honesta, odiaba verlo con Holly. Quiza porque si supiera que Thomas era un conductor de autobus o un mecanico, Holly probablemente no habria atravesado la sala para hablar con el, pero habia algo mas, mas de lo que ella podia explicar. Algo mas que la hacia sentir un poco celosa. Sus sentimientos no tenian mucho sentido. No eran logicos, pero eso no ayudaba a que se hiciera menos lio.

Se excuso con Mark y se dirigio al bar. Sintiendose un poco confusa no sabia si debia pedir algo de beber o irse a la cama. No hizo ninguna de las dos cosas. En su lugar, se cruzo con una companera de decimo grado, Jen Larkin. Jen habia ganado mas de 30 kilos y tenia mas pecas de las que Brina habia visto en una persona. Hablaron un rato, pero el volumen de la musica hacia casi imposible conversar, y practicamente acabaron gritandose preguntas una a la otra. Perdio de vista a Thomas durante varias canciones y no pudo dejar de preguntarse si este no se habria escabullido para lanzarse sobre la reina de la promocion.

No lo habia hecho. El y Holly pasaron a su lado para acercarse a la cola del bar. A reganadientes tuvo de admitir que hacian buena pareja.

En el escenario la banda empezo a tocar una cancion que Brina reconocio haber escuchado durante anos en el modesto radio de Thomas. Antes de saber lo que estaba haciendo se dirigio hacia el y le dijo.

– Estan tocando nuestra cancion.

A traves de las sombras que producian las luces de arana, miro a Brina a los ojos durante varios segundos como tratando de figurarse algo.

Justo cuando pensaba que el no diria nada, lo hizo.

– Perdonanos, Holly. -dijo mientras tomaba a Brina del codo. La dirigio a la abarrotada pista de baile y le tomo la mano-. ?Desde cuando «Lay lady lay» es nuestra cancion? -pregunto mientras la sostenia de la cintura.

Ella coloco las manos sobre sus hombros, y la suave tela de su chaqueta parecio fria bajo su tacto.

– Desde que me hacias escuchar a Bob Dylan durante horas.

El miro por encima de su cabeza.

– Lo odiabas.

– No, solo me gustaba darte la lata.

El la mantenia unos centimetros apartada, como si no quisiera que ella invadiera su espacio. Como si el fuera su instructor de baile, moviendose con un perfecto e impersonal ritmo. No le habia importado que Holly invadiera su espacio, y eso, la sorprendio por lo traicionada que le hacia sentir. Sus sentimientos eran tan locos, que se pregunto si no estaria perdiendo la cabeza.

– ?Thomas?

– Hmm

Ella miro a la sombra que era su cara, a la oscuridad que ocultaba sus ojos, al perfil de su nariz y a su fina boca.

– ?Sigues enfadado conmigo?

Finalmente la miro.

– No.

– ?Entonces piensas que podemos volver a ser amigos?

Y como si tuviera que considerar eso tambien, pasaron unas cuantas frases de la cancion antes de que el contestara.

– ?Que tienes en mente?

Realmente no lo sabia.

– ?Que vas a hacer manana?

– Esquiar

Se quedo un poco sorprendida por la respuesta.

– ?Cuando aprendiste?

– Hara unos seis anos.

Sin saber que decir, pregunto.

– ?Te gusta?

El la agarro de la cintura apretandola un poco y acercandola mas a el.

– Tengo un apartamento en Aspen. -respondio como si eso fuera suficiente y quiza lo fuera.

Los pulgares de Thomas acariciaron su mano y ella envolvio las manos en su pecho. Espasmos de placer se extendieron por su brazo.

– ?Vas a esquiar con Holly? -pregunto como si no se estuviera muriendo por saberlo.

– Quien sabe, ?vas a ir con Mark Harris y sus amigos?

No queria perder su tiempo hablando sobre Mark.

– ?Recuerdas la vez que guarde todos los ahorros que gane trabajando como ninera para comprar el equipamiento y unirme al club de ski?

– Te rompiste la pierna el primer dia.

– Si, no lo he intentado otra vez desde entonces. -Movio su mano sobre su hombro y toco el cuello de su camisa. Debajo de sus dedos su piel estaba caliente-. Pense que podria hacer algunas compras y luego deambulare por el hotel.

El deslizo su mano por su espalada y la arrincono contra el duro muro que era su pecho, haciendo que a Brina se le parara la respiracion.

– Suena aburrido -le dijo contra su mejilla, pero no le ofrecio acompanarla.

– ?Has visto a todas las embarazadas que hay en esta sala? Encontrare a alguien con quien hablar.

Brina giro un poco la cara y respiro profundamente. Lleno sus pulmones con la esencia de su colonia y el calor de su piel. El olia tan bien, que estuvo tentada a acercarse mas y enterrar su nariz en su cuello. Levanto el dedo indice y le toco ligeramente la piel del cuello. El calor de su piel le hizo cosquillas.

Se pregunto que haria si le dijera que le habia echado de menos. Que no se dio cuenta de lo mucho que le echaba de menos hasta que se encontraron esa noche y lo contenta que se puso nada mas ver su cara de nuevo.

Se pregunto si el sentiria lo mismo, pero tenia miedo de preguntarlo. Queria escuchar cosas sobre su vida, ni siquiera sabia donde vivia.

– ?Que vas a hacer durante lo que queda de esta noche? -pregunto, pensando que quiza podrian encontrar algun lugar en el que hablar sobre los ultimos diez anos.

– Tengo algunas opciones, pero no estoy segura de lo que hare.

No queria parecer patetica delante de el, asi que dijo:

– Si, yo tambien tengo un par de opciones. Mark me invito a una fiesta en su casa.

Las ultimas notas de «Lay lady lay» sonaron por los altavoces y Thomas bajo sus manos y dio un paso hacia

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