atras.

– Quiza podriamos ir juntos -le ofrecio.

– No creo, pero gracias. -dijo y miro por encima de la cabeza de Brina hacia la alta rubia que estaba en el bar, donde la habia dejado-. Holly Buchanan esta tratando de seducirme -dijo- es instructora de yoga y dice que esta estudiando el Kama Sutra.

– ?Estas de cona?

– No. Menciono algo sobre ensenarme la postura de la cabra.

– Eso es inquietante.

Seguramente Thomas se habria dado cuenta de que si todavia fuera pobre, Holly ni le habria dirigido la palabra, y especialmente susurrado algo tan retorcido como la posicion de la cabra en el oido. Thomas no podria ser tan estupido como para caer en eso. Siempre fue listo.

– Te esta utilizando.

– Uh, huh.

– ?Que vas a hacer?

– Creo que quizas dejare que lo haga.

3

Brina se desperto a la manana siguiente sintiendose tan casada como cuando se fue a la cama. Despues de bailar con Thomas, bailo con Mark otra vez y terminaron en su casa con algunos amigos. Una de las cosas de las que se habia dado cuenta es que no habian evolucionado demasiado y Brina abandono la fiesta sintiendose contenta de su vida en Portland. No tenia novio en esos momentos, pero por lo menos tenia una piscina enorme.

Cuando regreso a su habitacion del hotel se tiro en la cama y paso toda la noche despierta, pensando en Thomas y Holly comportandose como cabras. Y cuanto mas pensaba en ello, mas enfadada estaba, hasta deseo que Thomas estuviera frente a ella para poderle golpear. No se durmio hasta las 3:00 de la manana y ahora, a las 8:30 estaba exhausta.

Se sento en el borde de la cama y retiro la manta a un lado, llamo al servicio de habitaciones y pidio un cafe con unas tostadas. En la cocina la dijeron que el desayuno tardaria unos veinte minutos asi que decidio ducharse. Y mientras el agua caliente le resbalaba por la cabeza, se pregunto por que el que Thomas se comportara con una cabra le molestaba tanto. Se dijo que quiza era porque esperaba mas de el. Por lo menos deberia tener mejor gusto con las mujeres. En verdad, Holly todavia era guapa y eso que habian pasado diez anos desde el instituto. Quiza Holly se habia vuelto una persona agradable, pero Brina lo dudaba.

Alcanzo el shampoo y se lavo el pelo. Quiza su mente convirtio a Thomas en algo que no era. Uso el prototipo del chico que habia conocido, el chico que iba al cine con ella para que no tuviera que ir sola, para crear a alguien que quiza fuera igual durante toda la vida. Pero la gente cambia. Thomas cambio. Se convirtio en… un hombre.

Despues de ducharse se envolvio el cabello en una toalla y cepillo sus dientes. Un golpe en la puerta la asusto, se puso corriendo un par de braguitas beige. Cogio una bata blanca de seda y dijo «Un minuto» mientras metia los brazos por las mangas.

Tomo diez dolares de su monedero y corrio para atarse el cinturon en la cintura. A las nueve de la manana penso que el servicio de habitaciones estaba acostumbrado a ver a gente en bata. Pero cuando abrio la puerta, no se encontro con el servicio de habitaciones.

Thomas estaba al otro lado, con aspecto fresco, limpio y muy descansado, como el de un hombre que se habia pasado la noche intentando posturas sexuales de animales con la reina de la promocion. Su camiseta blanca estaba metida dentro de unos pantalones negros de esqui, y la palabra DYNASTAR estaba impresa en cada una de las mangas.

– Pense que ya estarias lista. -dijo.

Brina se miro a si misma y se ato mas fuerte el cinturon de su bata.

– Ojala hubieras llamado antes.

– ?Por que?

Le miro a los azules ojos y pronuncio lo obvio.

– No estoy vestida, Thomas.

– Ya te he visto desnuda antes.

– ?Cuando?

– Cuando las braguitas de tu bikini se bajaban.

– Tenia ocho anos. Los dos hemos crecido desde entonces.

– Todavia eres bajita.

El servicio de habitaciones llego y antes de que Brina supiera lo que el estaba haciendo o pudiera protestar, Thomas pago al camarero e introdujo la bandeja con el desayuno dentro de la habitacion. Puso la bandeja sobre una mesita al lado de la ventana y abrio las cortinas haciendo que la luz de la manana inundara la habitacion excepto el pequeno pasillo de la entrada en el que se encontraba Brina.

Brina se apoyo sobre la puerta y estudio su pelo oscuro cortado justo a la mitad del bronceado cuello. Su mirada recorrio los anchos hombros, la espalda, la estrecha cintura y el bonito y redondeado trasero. Su piernas siempre habian sido largas, su pies grandes y de pronto la habitacion parecio ser mucho mas pequena. La limpia y fresca esencia de su piel se mezclaba con el aroma del cafe, y el estomago de Brina se retorcio de hambre, pero no sabia cual de los dos habia sido el responsable de que tuviera hambre.

La vision del desayuno o la vision de Thomas.

Entonces el se dio la vuelta y la miro, y ella lo supo. Su cara era devastadoramente atractiva, la simetria un poco mas perfecta con la luz natural. Su piel parecia mas suave y bronceada. El parecia mas… la palabra que le venia a la mente era moreno. La mezcla de sangre anglosajona de su padre y espanola de su madre habia creado una poderosa ilusion de pasion y control.

Se sentia desnuda delante de el. Se quito la toalla del cabello y este, mojado, le cayo por lo hombros cubriendo sus pechos y espalda.

– ?Por que no estas esquiando con Holly?

En lugar de responderle, sirvio el cafe.

– ?Te fuiste con Mark anoche? – Pregunto a la vez que soplaba en la taza y bebia un trago.

– Fui a su fiesta pero era tan aburrida que me escabulli.

Bajo la taza y levanto sus oscuras cejas.

– Que pena -dijo sonando muy poco convincente y camino hacia ella, sus largos pasos acortando silenciosamente la distancia entre ellos. Parecia mas relajado esa manana. Mas como el chico despreocupado con el que habia crecido y menos como el hombre que habia conocido la noche anterior.

En contraste con la aparente tranquilidad de Thomas, los nervios de Brina impactaban como la Stun Master [2] que en ocasiones llevaba al trabajo. Le quito la taza de la mano y le ofrecio un billete de diez dolares.

– Toma esto.

– Guarda tu dinero Brina.

En lugar de discutir, ella se acerco a el y le metio el dinero profundamente en el bolsillo de la cadera de sus pantalones de esqui. En el mismo segundo que deslizo la mano entre las finas capas de nylon y GoreTex se dio cuenta del error.

Thomas se quedo congelado y ella saco rapidamente la mano, pero ya era tarde. El aire entre los dos cambio, se volvio espeso por la tension. Brina escondio la mano tras su espalda, el calor de Thomas todavia emanaba de sus dedos. Estaba segura de que el llevaba poca ropa y no sabia si debia disculparse o fingir demencia. Se decidio por la segunda opcion, pero no podia mirarlo a los ojos. Le miro al pecho y pregunto, como si no se estuviera muriendo de verguenza.

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