Jack hizo un ruido con la boca y se relajo sobre el respaldo del sillon.

– Eso me recuerda que se supone que tengo que interrogarte. Toda la familia espera a que les diga como te va con tu esposa.

– Pues di que va todo bien. Admito que todavia estoy en periodo experimental, pero Kelly es encantadora.

– Eso es lo unico que me puedes decir? Para las mujeres de la familia eso no es ni un aperitivo. Ellas quieren detalles, a ser posible sobre tu vida sexual.

– Me temo que se van a quedar con hambre. Deberian saber ya que no me gusta participar en esos chismorreos -contesto secamente Mac.

Sospechaba que Jack podia sentir tanta curiosidad como los demas, o no le habria hecho aquellas preguntas, pero su primo, por lo menos, respetaba que a Mac no le gustara airear su vida privada. Y, efectivamente, Mac no iba a decir a nadie que estaba completamente aterrorizado por su esposa.

Entonces, sin desearlos, sin buscarlos, los recuerdos de aquella noche, siete dias antes, invadieron su mente. Le llego la boca roja de Kelly hinchada por sus besos, el fuego repentino que brillo en sus ojos, y el absurdo deseo de anhelo y amor que altero toda su sensatez.

Incluso una semana despues la culpabilidad lo atormentaba, formando un nudo en el estomago. ?Dios mio! Ella estaba embarazada casi de ocho meses y se habia excitado terriblemente, mientras que el habia reaccionado como un adolescente embrutecido. Habia pensado en aquello docenas de veces y todavia seguia sin poder hallar explicacion. Y, desgraciadamente, la quimica entre ellos no habia terminado. Cuando recordaba todas las cosas que Kelly le habia hecho la semana anterior, no podia evitar ponerse nervioso. ?Maldita sea! Ya comenzaba de nuevo. Su primo empezo a caminar de un lado para otro.

– No puedo creer que las mujeres para ti sean un problema, Jack. Crei que habias renegado de ellas despues de tu divorcio.

– Lo hice, lo hice. Desgraciadamente, adoptar un estilo de vida monacal no ha conseguido borrar definitivamente a Sandra. Me ha llamado esta manana para decirme que va a casarse de nuevo.

– Entonces donde esta el problema? Asi podra envenenar la vida de otro hombre en vez de perseguirte a ti.

– Hasta ahi suena bien, pero me hace chantaje cada vez que me acerco a Lilly. Mi hija tiene tres anos y apenas me conoce. Si Sandra se vuelve a casar, me temo que me lo pondra mas dificil.

Mac se quedo pensativo unos segundos.

– Otras veces has conseguido lo que querias con dinero.

– Si, la ambicion funciona con ella. Podria intentarlo de nuevo -replico Jack, con un suspiro-. Pero va contra mi orgullo y mis principios, ya que ella, cada vez que le doy dinero, se cree que es porque lleva razon. Y lo que mas me duele es lo que todo eso dice de mi, de mi conocimiento de las mujeres. No entiendo como alguna vez la elegi como esposa, y mucho menos como la madre de mi hija.

– Piensa que muchas veces es dificil saber lo que hay en un paquete por la manera en que va envuelto.

Hablaron unos minutos mas sobre algunos temas generales y finalmente Jack se marcho, mucho mas tranquilo. Mac, sin embargo, estaba nervioso. Se levanto de la mesa y se acerco a las ventanas. Debajo, Minneapolis habia adquirido un tono grisaceo. Los adornos de Navidad habian desaparecido y la nieve se habia convertido en una capa dura y gris. El trafico habia vuelto a la normalidad. Mac miraba, pero solo veia el rostro de Kelly. Su «envoltorio» era muy normal. El cabello rubio y fino, los ojos azules, la sonrisa dulce… Era bonita, era real, era atractiva de una manera completamente personal. No habia nada en su apariencia que avisara a un hombre del peligro de conocerla.

Una semana de matrimonio y Mac tenia los nervios a punto de estallar. Era culpa de los besos, penso malhumorado.

Nunca imagino que tocarla supusiera un problema. Tampoco penso que podria serlo el sexo. El hecho de que ella estuviera enamorada de su hermano deberia de servir de escudo, por muy atractiva que le pareciera. Por otro lado, Kelly le habia dicho ya varias veces que nunca se habria casado con Chad, aunque eso no queria decir, por mucho que le doliera, que su amor por el habia muerto. Ademas, la inexperiencia de ella solo confirmaba ese amor, ya que no era una mujer que aceptara mantener relaciones sexuales a la ligera.

El problema comenzo cuando ella empezo con lo de los besos. Lo hacia como si hubiera crecido rodeada de carino y no pudiera sobrevivir sin su dosis diaria. Mac no suponia, ni remotamente, que ella lo hiciera con un proposito mas profundo, eso era algo totalmente absurdo dada la relacion que mantenian. Pero aun asi, la semana habia sido una tortura. Sin ir mas lejos, aquella misma manana, en que ella habia estado riendo y bromeando hasta que quemo la tostada, ?que importaba una tostada quemada? Y sus ojos se convirtieron en un torrente de lagrimas.

Unos dias antes de aquello, habian tenido un par de problemas electronicos. Maldita sea si el sabia como Kelly habia sido capaz de romper el raton del ordenador y estropear dos videos en un mismo dia. Pero Mac opinaba que siempre habia que enfrentarse a los hechos. Kelly no era muy habilidosa con los aparatos electronicos, era evidente, asi que el regreso a casa con dos cintas de video, un ordenador para ella y la esperanza de no verla llorar de nuevo.

Pero Kelly hizo otras cosas extranas. Por ejemplo, le hizo un pastel de rodaballo y un cordero asado, cuando ni siquiera su familia sabia que eran sus platos favoritos. Tambien le regalo un dia una caja de chocolate blanco, del que era adicto desde nino, sin razon aparente. Ademas, preparaba su abrigo y ponia la radio mientras desayunaban, a parte de tener siempre en la cocina pastas que preparaba ella misma. Luego aquella tarde en la que le pidio solemnemente que le explicara el sistema de seguridad y consiguio desactivar todas las alarmas de la finca…

Mac se paso nerviosamente la mano por el pelo. Ninguna de esas cosas requerian de un abrazo o beso, pero cada vez que ella extendia los brazos, el se sentia como si no tuviera otra eleccion. Estaba embarazada, con lo cual estaba muy nerviosa. No podia rechazarla. No podia enojarla.

Nunca penso quee1 matrimonio fuera una tortura tan… exquisita. El no habia escapado a las mujeres todos esos anos porque tuviera alguna ilusion al respecto, aunque Kelly parecia diferente. Incluso antes de proponerle el matrimonio, el papel cje el en la vida de ella estaba, para Mac, muy claro. El tenia un trabajo para darle seguridad. Tenia que compensar el error que su hermano habia cometido y proteger a ambos, a Kelly y a su hijo. Eso era para lo unico que el estaba cualificado. El habia sido toda su vida un «solucionador» de problemas, no alguien que los causara.

Nunca habia fallado a nadie. Jamas.

Pero jamas penso en el asunto de los besos. Nunca imagino que ella quisiera tocarlo, y mucho menos que el reaccionara a ella como si fuera la mujer mas importante del universo. ?Maldita sea! Aquella condenada mujer se estaba convirtiendo en la sal de su vida.

Mac cerro los ojos con fuerza, pensando en que, afortunadamente, aquella noche tenia razones importantes para no ir pronto a casa. La familia lo habia salvado preparando una sorpresa para Kelly, asi que tenia unas horas extras para prepararse antes de volverla a ver.

Pero Mac en realidad no necesitaba tanto tiempo. Sabia exactamente lo que debia ser hecho, sabia que tenia que conseguir que Kelly confiara en el. Para ello tenia que apartarse de ella, no complicar la situacion con algo tan peligroso como el sexo. Esa era la clave.

Solo tenia que cumplirlo.

Kelly se subio la manga del abrigo para mirar el reloj.

– Benz, tenemos que volver ya a casa. Te agradezco que me hayas traido aqui, pero…

– Si, yo tampoco quiero que usted se pierda, si viene sola. Hay muchos caminos que se entrecruzan.

Kelly iba a responder, pero se detuvo. Algo extrano pasaba, pero no imaginaba que. Habian salido despues de comer porque Benz le habia pedido ayuda para elegir un regalo de cumpleanos para Martha. Eso era normal, pero luego, despues de las compras, le habia dicho que ella deberia de familiarizarse con la zona. Tambien eso era cierto, pero entonces Benz la habia llevado a treinta kilometros por hora por carreteras estrechas entre bosques y mas bosques.

– Son mas de las siete -insistio-. Ocurre que no se cuando Mac volvera del despacho…

– Creame que no vendra tan pronto. No esta noche.

– Como estas tan seguro?

Вы читаете Matrimonio por Honor
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату