Mac. Estamos explorandonos el uno al otro. ?Crees que seria tan terrible que nuestra relacion se hiciera demasiado intima?
?Y ahora por que volvia a excitarse? Se pregunto Mac. Pero eran los sentimientos de ella los que el queria comprender, no los suyos. Instantaneamente aparecieron en su mente imagenes de ella haciendo el amor… Se llevo la mano al cuello nervioso.
– Lo que creo es que hacer el amor complica cualquier relacion y es algo en lo que no pensamos cuando decidimos casarnos. No quiero que te preocupes pensando en que no puedes confiar en mi. No quiero que comience por accidente algo que luego puedas lamentar. Me doy cuenta que tu tambien te pones cada vez mas nerviosa cuando estamos juntos. Por eso no quiero ignorar la atraccion que existe entre nosotros, pero si sugiero que intentemos controlarla hasta despues de que el nino nazca.
Desde luego, Mac no habia pensado en la respuesta, pero la sonrisa de Kelly lo sorprendio.
– No hay problemas en que deje de confiar en ti, Mac. Y, me parece bien lo que dices. Aunque no puedes negarme mi racion diaria de besos…
Mac sintio alivio al ver que la conversacion daba un giro que borraba la tension entre ellos.
– Los besos estan en la programacion, pequena.
– Y ahora que hemos aclarado todo, te dire que estoy completamente agotada. Voy a llevar a mi hijo y a mi a la cama.
Dicho lo cual se inclino y beso a Mac en la frente, luego se dirigio hacia la puerta, donde se volvio.
– ?Mac?
– ?Que?
– No se te ocurra utilizar el destornillador.
– ?Perdon?
– Yo terminare la silla manana por la manana. Es evidente que no sabes hacer nada de bricolage. La verdad es que me alegro que no sepas nada de mecanica. Es un consuelo, despues de mi torpeza con los aparatos electronicos.
Mac se sento en el sofa de nuevo y dejo el destornillador. Miro alrededor y vio los adornos que colgaban de las paredes y las cajas… Y aun asi, era curioso como la vida desaparecia una vez que Kelly se marchaba. El caracter de Mac parecia desinflarse como un balon.
A pesar de todo, se dijo que la breve conversacion habia salido bastante bien. No la entendia, pero no era nuevo. La verdad es que Kelly lo confundia mas cada dia, pero tampoco eso era nada nuevo.
Ella no habia dicho que quisiera acostarse con el, pero a sus treinta y ocho anos, Mac era perfectamente capaz de distinguir la dinamita. El habia conocido la pasion, pero ninguna mujer habia respondido como ella a aquellos besos breves, a aquellos abrazos vulgares con ese anhelo. Ella lo deseaba. Y el tambien la deseaba, ?por supuesto! Aunque estaba demasiado preocupado por saber la razon. Quiza ella se sentia en deuda con el, quiza vivir juntos habia propiciado el problema. Quiza el embarazo la hacia vulnerable y sentia todo con demasiada intensidad. Con tanta intensidad que olvidaba a su hermano.
Dejar un tiempo hasta despues de que el nino naciera, daria a Kelly un tiempo para pensar, creia Mac. Despues del parto, ella se sentiria mas segura, mas realista. Podria decidir que no lo necesitaba para nada, y mucho menos para hacer el amor. Esperar, darle suficiente tiempo para pensar era lo mas.honesto que podia hacer.
Mac se puso de pie y comenzo a apagar las luces. Minutos despues se metia en la cama, jurando llevar a cabo su promesa.
Por primera vez en su vida, penso que el honor era una estupidez.
En medio de la noche, Kelly fue despertada por una patada del bebe, directamente en el higado. Con los ojos abiertos apenas, se levanto y se puso la mano en el vientre. A continuacion salio, tambaleandose, y se dirigio al bano sin encender la luz.
Sintio la alfombra bajo sus pies, y el viento frio de la noche a su alrededor, luego el azulejo helado del cuarto de bano. No le importaba interrumpir su sueno. De alguna manera esas interrupciones eran su unico momento del dia que tenia para estar a solas con su hijo. La sensacion del pequeno que crecia dentro de ella, moviendose todo el tiempo ya, siempre evocaba en ella una sensacion de extraneza. El amor que sentia por el bebe no se parecia a nada.
Nunca habia dudado en que queria a aquel hijo, ni siquiera al descubrir que estaba embarazada. Incluso sabiendo las ideas estrictas de su madre sobre el tema, incluso sabiendo que Chad la habia abandonado. Si hubiera sabido como localizar a Chad, lo habria intentado, pero solo porque sentia el deber de informarle. Chad siempre habia dicho que no queria tener hijos y sabia que estaba sola. Para ella no era desconocida las dificultades de ser una madre soltera, tenia como referencia a su madre y todo el esfuerzo de criarla. Pero el ejemplo de su madre tambien le habia ensenado a ser fuerte y valiente.
A pesar de todo, en ese instante deseo con todas sus fuerzas que Mac fuera el padre de aquel hijo que llevaba dentro.
El bebe dejo de dar patadas y Kelly se lavo las manos. Luego volvio a su cuarto. Al ir hacia alli se choco con algo duro y caliente. Noto en su frente la mandibula masculina y alguien que la agarraba para que no se cayera.
– Me figuraba que era tu paseo de todas las noches, pero quise asegurarme de que no estabas enferma.
– Estoy bien, Mac. De verdad.
El hombre acaricio sus mejillas y parecio adivinar, con aquel gesto, que era sincera.
– De acuerdo. Duerme bien, pequena -dijo, dejando caer las manos.
Mac se dio la vuelta y se fue hacia su habitacion. Kelly penso que estaba dormido porque le oyo chocarse con la pared.
Y Kelly entonces se dio cuenta, fue consciente por vez primera, de que se estaba enganando a si misma, de que estaba enamorada de el y de que ese amor crecia mas cada dia.
?Pero como no enamorarse de aquel hombre que la trataba con tanto carino? ?Que se despertaba por la noche para asegurarse de que no le pasaba nada?
Se metio en!a cama y se acurruco bajo las sabanas, intentando convencerse y recordarse que el se habia casado con ella solo por su sentido de la responsabilidad.
Tenia que ser fuerte, tenia que permanecer callada y no decir su secreto. Se negaba a herir a ese hombre que tan increiblemente bueno era con ella.
Capitulo Siete
Kelly abrio las puertas del vestibulo de la empresa Fortune y se dirigio a los ascensores. George, el guardia de seguridad, se acerco a ella, pero a aquella hora, mas de las seis, Kelly imaginaba que estarian casi todos los empleados fuera. Llevaba un mes sin ir alli y tenia muchas ganas de volver a ver a sus viejos amigos. Aunque con aquella ropa, un anorak de esquiar, un jersey de lana y unas botas de nieve, ademas de su abultado vientre, no parecia la esposa de uno de los directores.
Era inevitable. La elegancia y las mujeres de vientres grandes no sintonizaban, y si tenia suerte, no se encontraria con nadie mas que con la secretaria de Mac.
Tuvo suerte. Una vez que las puertas del ascensor se abrieron en la planta del despacho de Mac, no vio un alma. Al entrar en el despacho, Ellen alzo la vista de la mesa. La secretaria de Mac iba vestida con un gusto exquisito, pero su sonrisa era agradable y carinosa.
– Kelly! Me alegra verte. El senor Fortune…
– No, no he venido a interrumpirlo. He hablado hace dos horas con el y se que esta muy ocupado.
– Asi es. Pero si sabe que estas aqui…
– No te preocupes, no he venido a verlo a el. Pasaba por aqui cerca y… Iba a clase de ejercicios para el parto. Mac iba a venir conmigo, pero cuando supe todas las cosas que tenia que hacer le dije que iria sola. Pero como he tenido que venir al centro, bueno… ya sabes como es. Por no perder tiempo se suele meter a cualquier sitio de comida rapida. Pedira algo mejicano, porque le encanta…