devolvio el beso. Con ansia. Con furia. Puso en ello la lengua, los dientes, el corazon y el alma, porque aquel maldito marido suyo se lo estaba exigiendo.
Mitch se echo hacia atras de repente. Toda la soledad de las anteriores semanas se reflejaba en sus ojos, todos los miedos que no habia permitido que Nicole viese con anterioridad.
– Me amas -susurro ella maravillada.
– Mas que eso. Eres el centro de mi corazon.
– Maldicion, Mitch… Entonces, ?por que no has hecho esto antes?
El enarco las cejas.
– ?Te refieres a la lucha de pintura? -inquirio.
– No, tonto. ?Por que no me besaste antes? ?Por que no te enfadaste conmigo? Si que estabas enfadado, ?verdad? -intuyo Nicole de pronto.
– Furioso -reconocio Mitch, con la voz ronca y entrecortada por la emocion. Separo a Nik de la pared, pegando la frente a la suya-. Furioso porque hayas pensado que te he juzgado alguna vez. Pasaste por una experiencia horrible y peligrosa cuando eras una nina. ?Como pudiste pensar que no te habia comprendido? Me duele que no confiaras en mi.
Nik sintio un subito dolor en el corazon al ver en los ojos de Mitch el sufrimiento que ella misma habia provocado.
– No es que no confiara en ti, Mitch. Simplemente… temia que no pudieras amarme si lo sabias todo de mi. Cuanto mas te amaba, mas miedo tenia de decepcionarte, de fallarte. Sentia que no te merecia.
– Por el amor de Dios, Nik. ?Crees que no se a que te refieres? Por eso exactamente exagere lo sucedido la noche de la fiesta. Llevaba enamorado de ti desde el principio. Y queria que me dieras una oportunidad. Pero empece a tener miedo de no estar a la altura. De no merecerte.
Ella le acaricio las costillas. El pecho. Parecia incapaz de dejar de tocarlo.
– No podria haber encontrado a un padre mejor para mi hijo, Mitch Landers. Ni a un companero mejor - contuvo el aliento-. Ni a un amante que me haga sentir mas.
Los labios de Mitch reclamaron los suyos en cuanto ella ladeo la cabeza. Con aquel beso, Nicole trato de comunicarle la felicidad que desbordaba su corazon… hasta que, de repente, el echo hacia atras la cabeza.
– Senora Landers…
– ?Lo has notado? ?Como se ha movido nuestro hijo? -Nik le dirigio una sonrisa intima, y luego volvio a tirarle de la cabeza para acercarlo a su boca. Ahora que lo tenia abrazado, no pensaba soltarlo.
– Senora Landers…
– ?Mmm?
– ?Se da usted cuenta de que estamos los dos embadurnados de pintura?
– ?Mmm? -lo amaria para siempre, se dijo Nicole. Estaria junto a el cuando las cosas salieran mal. Protegeria eternamente su corazon inmenso y maravilloso.
– Estoy tratando desesperadamente de llamar tu atencion -murmuro Mitch-. Creo que quiza debamos continuar esto en otra habitacion. Y lo primero que se me ha ocurrido es el dormitorio. Pero tal vez debamos ducharnos primero.
– Si insinuas que nos turnemos para utilizar la ducha, olvidalo. O juntos o nada, marido mio.
– O juntos o nada, esposa mia -prometio el-. ?No te lo llevo diciendo desde el principio? Tu eres la jefa.
Jennifer Greene