Susan Johnson
Cuando Amas a Alguien
Serie Darley, N? 01
Titulo original: When you Love Someone
© Susan Johnson, 2006
© traduccion, Marta Rebon, 2007
Capitulo 1
Newmarket, mayo de 1788
Ella no queria ir al Race Ball. Pero ?acaso alguna vez deseaba asistir con su marido a algun acto social?
Y con todo, alli estaba.
Sus padres habian muerto y su hermano necesitaba manutencion. Y ella haria cualquier cosa por asegurarle un futuro a Will.
Elspeth vencio aquella melancolia, familiar y entrometida, que siempre la invadia cuando se permitia recordar las razones que la habian llevado al altar, repitiendose que existian muchas personas en el mundo en peores circunstancias que las suyas. Y el deber era una virtud, ?no?
– Traeme otro brandy y date prisa -le dijo su marido, brusco.
De repente el mundo real se revelo ante sus ojos. Volvio a oir la musica, reparo en las personas que bailaban en la sala y capto la desagradable mueca torcida que ponia su marido mientras la miraba fijamente desde su silla de ruedas. Ella reprimio el agrio comentario que hubiera tenido ganas de soltarle. En su lugar, asintio con la cabeza y se dirigio a cumplir sus ordenes.
– ?Quien es esa dama? -pregunto Lord Darley senalando con la cabeza a Elspeth, sin perderla de vista, mientras ella rodeaba la zona de baile-. Es condenadamente bella.
– Esa preciosidad es la ultima mujer de Grafton.
– ?La ultima? ?Cuantas lleva ya, por todos los infiernos?
– Tres.
El marques de Darley enarco las cejas.
– Es
– ?… la que puso a Grafton en una silla de ruedas? Si, asi es. Hara cosa de unos seis meses -el vizconde Stanhope arqueo las cejas-. Ha sido el mas suculento de los escandalos.
– Si no recuerdo mal, Grafton sufrio una apoplejia la noche de bodas.
– Y Lady Grafton todavia es virgen. O al menos eso es lo que se rumorea. Tal vez esa sea la razon por la cual el viejo no le quita los ojos de encima. No le permite salir de casa si no es acompanada de una preceptora.
– Grafton esta demasiado viejo para una dulce y pequena arpia como esta -murmuro el marques, siguiendo a Elspeth con la mirada-. Aunque, por lo visto, todavia le gusta alardear ante todos del generoso escote de su esposa. ?Donde la encontro?
– Es hija de un vicario. No es tu tipo, Julius. Una familia excelente, pero sin recursos. Le arrebataron una pequena herencia que tenia que haber recibido, pero, en su lugar, fue a recaer a manos de un tio, un hermano mas joven que necesitaba un impulso economico. Grafton le echo el ojo durante una caceria que tuvo lugar cerca de su finca, y el resto ya lo sabes. Al parecer, es una amazona de primera. Su padre era una fusta inflexible.
–
– Fallecio, al igual que su madre. Solo le queda un hermano y este partio a la India con el 73.° regimiento.
El marques esbozo una sonrisa:
– Entonces, debe de necesitar algo de compania.
– Si al menos este fuera un comentario original -apunto Charles Lambton, laconico-. Lo mismo que usted han pensado todos los hombres que se han fijado antes en ella. Pero… considerelo por un momento. Aun siendo posible, que no lo es, ?se acostaria con la hija de un vicario?
– Me daria igual que su padre fuese herrero.
Consciente de la vision democratica y libre de ataduras morales de su amigo a proposito de las companeras de cama, el vizconde preciso:
– Quiero decir que lo mas seguro es que sea una remilgada.
– Con un cuerpo tan exuberante, sospecho que la dama debe de tener, hasta cierto punto, sus propias diversiones carnales.
Charles se encogio de hombros.
– Se dice que ha rechazado todas las proposiciones con una frialdad recalcitrante.
El marques desvio la mirada de la dama y se volvio hacia su amigo.
– ?Es que ya le han hecho proposiciones?
– Por supuesto. Si usted no evitara con tanta insistencia los actos sociales, estaria al corriente de la entrada triunfal que hizo ante la cohorte de Lady Chenwith, y no digamos de su aparicion como Ingenia en el baile de disfraces de Lady Portland. Llevaba un vestido muy insinuante. Grafton se pego a ella, no se le separo ni un momento a pesar de la silla de ruedas, y ella declino todas las invitaciones de baile. Invitaciones que no solo eran para bailar, estoy seguro de que me entiende.
– Mmm.
– No pierda el tiempo. Es inaccesible. A menos que quiera pagarle a Grafton para que mire -bromeo Charles.
El marques sonrio.
– Es una posibilidad que se ha de considerar, teniendo en cuenta lo tacano que es el viejo Grafton. Por otra parte, la buena educacion y el tacto son las mejores armas para conquistar a las doncellas rectas. Creo que tendre que aceptar alguna invitacion o cualquier excusa para ir a Newmarket esta semana.
– No me diga que va a hacer el papel de caballero. Pensaba que solo le interesaban los caballos y la vida disoluta. Por cierto, la reputacion de Lady Grafton es intachable. No es una de sus presas habituales.
– Me ha despertado la curiosidad.
– ?No se la despiertan todas? -una replica contundente, pero los dos hombres eran amigos desde la infancia.
– No todos podemos enamorarnos de nuestras hermanastras -murmuro el marques-. Y no me negara que resulta imposible ignorar los encantos de Lady Grafton. Nunca habia visto un busto tan ostentoso, impresionante… probablemente no desde la epoca en que yo tenia nodriza. ?No estara embarazada de algun mozo de las caballerizas? -pregunto alargando las palabras.
– No, a menos que el mozo de cuadra sea un amigo del alma de Grafton. Esta bien atada.
– Como Selina.
– Le agradeceria que se guardara sus pensamientos indecorosos -Charles todavia luchaba contra aquella pasion tan inconveniente.
– De hecho, Selina no guarda ningun parentesco con usted.
Charles fruncio el ceno.
– No todos vemos el mundo con unos principios tan indulgentes como los suyos.
– Deberia preguntarselo a ella -sonrio Darley-. Descubra si es mas ductil que usted… mas transigente de lo que era antes.
– Ya basta, Julius. Esta hablando de la mujer que amo.
– Muy bien, Charles, pero si no intenta entrar en juego, nunca sabra lo que ella piensa. En mi caso, voy a