del amor, sumado a su desenfrenada autoindulgencia, era una potente combinacion. Tomo su mano y dio un paso hacia la puerta.

Ella dio marcha atras.

– ?Tenemos que hacerlo?

La sonrisa de Darley era afable y su estado de animo le hacia sentirse en armonia con el mundo entero.

– Querida, tarde o temprano Will se preguntara por que te crece la barriga.

Elspeth le miro fijamente.

– No creo que sea divertido.

– Dejame expresarlo con otras palabras. Lo sabra, ya sea por ti o por otra persona -Darley enarco las cejas-. Ya sabes que los criados siempre hablan, y mas con la visita del medico de esta manana…

Elspeth gruno.

– No estoy para decisiones, ahora…

– Me encargare de cualquier problema, no te preocupes por nada. Todo lo que tienes que hacer es comer y dormir, cuidate por nuestro hijo y sonrieme de vez en cuando.

– Estas demasiado risueno con este tema -se quejo ella, malhumorada.

– Debe de ser el amor -le dijo Darley sin cuestionar sus impulsos. Ese vastago de los privilegios nunca lo habia hecho. Ni siquiera cuestiono los sentimientos que Elspeth tenia hacia el… arrogancia tal vez, o simplemente el reconocimiento despues de anos de adulacion femenina-. Vamos, se lo diremos a tu hermano y a Malcolm… y a todo el mundo, Henry, Sophie, Charlie. Daremos la noticia de una vez. Puesto que Will ya sabe lo del divorcio, creo que estara encantado con nuestros planes de matrimonio. Y puesto que tienes tendencia a encontrarte mal de vez en cuando, pronto sabrian lo del embarazo de todos modos.

Elspeth no estaba tan segura como Darley de la opinion que el mundo pudiera tener de su relacion.

– Diselo tu… yo les vere… pongamos, manana -mascullo ella.

Darley se rio.

– Puedes escoger el mejor de mis caballos si vienes conmigo a dar la noticia.

Elspeth se escandalizo por sus instintos de soborno. La idea de poseer uno de esos veloces potros tan tentadores la ayudo a racionalizar inmediatamente sus temores.

– No puedo -le dijo Elspeth-. De verdad, no puedo -anadio todavia mas firme, como si repetirlo reafirmara su virtud.

– Claro que puedes. ?Que te parece la yegua negra? Es veloz, tiene una linea impecable y con esos cuartos traseros tendra una rapida salida. Te va a la medida.

– Me estas tentando mucho -se quejo Elspeth, con las mejillas ruborizadas de la excitacion.

– Esa es mi intencion, querida. Ahora escoge uno y luego iremos a despertar a todo el mundo.

* * *

Capitulo 38

Los dias siguientes fueron de animada actividad, tanto en Londres como en Gibraltar. El duque de Westerlands hablo con el rey, que a su vez hablo con Pitt. El senor Crighton se reunio con sus colegas e informadores, y puso en marcha la oposicion al pleito judicial de Grafton. Los sirvientes de la casa de campo se afanaban en hacer el equipaje, preparandose para una partida inminente, mientras que el capitan del Fair Undine cargaba las provisiones para el viaje de regreso. El general Eliot compartio una agradable velada con la gente de Punta Europa, y una semana despues de anunciar el nacimiento de un nuevo miembro de la familia de Darley, el Fair Undine levo anclas y zarpo.

Se dieron las ordenes de recalar en Dover en lugar de Londres. Pretendian evitar cualquier posible escena violenta con Grafton… por el bien de Elspeth… Julius creyo mas atinado ir a la capital en carruaje. Ademas queria proteger a Elspeth de las prerrogativas legales de su marido. El conde podia, con impunidad y al amparo de la ley, llevarse a su esposa, tenerla cautiva, y hacerle cualquier cosa, excepto matarla. El derecho patriarcal a «disciplinar y castigar» a una esposa no se ponia en tela de juicio. En caso afirmativo, el veredicto emitido por un juez en 1782 resolveria la cuestion. Alego que, en caso de haber una causa justificada, un marido podia legalmente pegar a su esposa mientras la vara no fuera mas gruesa de un pulgar.

Cuando Elspeth pregunto la razon por la que desembarcaban en Dover, Darley le echo la culpa a las corrientes. Y puesto que alargaron la cena en la ultima escala antes de Londres, cuando ella le pregunto por que se habia prolongado tanto la parada, Darley se anduvo con rodeos.

– Pareces cansada -le dijo Darley-. ?Por que no descansamos un rato antes de proseguir el viaje?

Si, estaba cansada. De hecho, ultimamente parecia que siempre estaba cansada.

No le hizo mas preguntas a Darley. Parecia mejor idea retirarse a uno de los aposentos de arriba, al igual que recibir los cuidados de su consentidor amante. Estaba a punto de aceptar su tolerancia, siempre dispuesta a satisfacer todos sus caprichos, con una ecuanimidad que a veces la inquietaba.

– Me mimas en exceso -diria a menudo, sintiendose culpable, a lo que Darley le responderia con una encantadora sonrisa.

– Tengo permiso. Voy a ser padre.

Cuando Elspeth se quedo dormida, la dejo descansar. Habia retrasado premeditadamente la partida para llegar a la ciudad durante la noche, esperando entrar en la capital sin ser descubiertos. Salieron cuando Elspeth se desperto, y, cerca de las diez de la noche, dos carruajes alquilados y sin distintivos entraron silenciosamente por la callejuela que corria por detras de la residencia del duque de Westerlands.

– ?Estas seguro de que seremos bienvenidos? -habia preguntado Elspeth mas de una vez durante el viaje-. Quiero decir en estas circunstancias.

Darley la reconforto de todas las formas posibles.

Pero aunque Darley no habia previsto la agitacion que ocasionaria su llegada, y una vez fue anunciado el embarazo de Elspeth, se desato el entusiasmo y la alegria.

Despues de muchos abrazos, besos y felicitaciones entusiastas, los duques y Betsy se llevaron a Elspeth, chasqueaban la lengua desaprobando que Elspeth estuviera en pie a las tantas de la noche, que lo que necesitaba era un vaso de leche caliente y que despues de dormir bien podrian empezar a hacer planes en serio para el nuevo bebe de los Westerlands.

Los hombres se retiraron al despacho del duque e intercambiaron, bebiendo brandy, una version sintetica de los hechos acaecidos desde que se fueron de Inglaterra. Despues de otra copa, Will y Henry, que todavia no estaban completamente recuperados de su enfermedad, fueron acompanados a sus respectivas habitaciones. Poco despues, Malcolm regreso a su cuarto y Darley se quedo a solas con su padre.

– Deduzco que estas muy satisfecho con el giro que han tomado los acontecimientos -comento el duque, contemplando la sonrisa permanente de su hijo mientras este se acomodaba en una silla enfrente de el.

Darley contesto con una sonrisa todavia mas amplia.

– No pensaba que fuera posible sentirse asi de bien.

– Podria recordarte que ya te lo dije, pero no lo hare -le dijo su padre, sus ojos se encendieron-. En lugar de eso, mis mejores deseos por tu hijo -dijo el duque levantando la copa.

– Gracias. -Darley levanto la copa y bebio un trago de brandy-. Pensando en mi futuro hijo -murmuro dejando a un lado la copa-, cuentame como va la demanda de divorcio de Grafton.

– Pitt esta llevando el caso en el Parlamento -su padre sonrio-. Hable de ello al rey. No va a demorarse.

– Supuse que tal vez irias a ver a Su Majestad. ?Cuando crees que tardaran en llegar a un arreglo final?

– Un mes mas o menos. Tiene que pasar varias lecturas en cada Camara. Al parecer, hay que observar la legalidad.

Darley hizo una mueca.

– Desafortunadamente, el tiempo va en nuestra contra.

– Lo entiendo. Manana hablare con el secretario de Pitt y ejercere un poco de presion. A proposito, tu madre esta organizando un te con la asistencia de los reyes. Una bienvenida para los dos, por asi decirlo.

Darley fruncio el ceno.

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