– ?Jonas? -pregunto con el corazon encogido por el temor. «Cielos, ?que habra pasado con Anna?», penso.
Al verla entre las sombras, la cara de el se relajo como por arte de magia.
– Em.
– ?Como esta Anna?
El se habia acercado a Em como para tocarla, pero el tono de su voz lo detuvo.
El tono habia sido intencionado. Notaba que estaba sintiendo algo por Jonas y tenia que distanciarse de el.
No podia aceptar las manos que el le estaba brindando.
Asi que hizo que el tono de su voz sonara profesional. Un medico preguntandole a un colega sobre un paciente.
– Esta bien.
Ella se suavizo un poco.
– Pero tu no estas bien. Puedo verlo. Ven a tomarte una taza de te y cuentamelo todo.
– ?No podria ser un brandy?
– ?tan mal te ha ido?
– No -intento esbozar una sonrisa-. Diablos, no. Es solo que estoy muy cansado -se encogio de hombros-. Anoche no dormi mucho.
Claro que no habia dormido. Ella, al menos, habia dormido algo en el tren. Al pensarlo, se le encogio el corazon, pero consiguio que su voz sonara ecuanime. Sentia como si una corriente electrica le recorriera el cuerpo y no sabia que hacer con ella.
Se refugio en las cosas practicas, como ir hacia el aparador y servir la copa de brandy.
Tuvo que hacer un esfuerzo para darsela a Jonas sin acercarse demasiado. Luego retrocedio hasta dar contra el aparador.
– No voy a morderte, ?sabes? -dijo el bromeando, y ella sonrio.
– Ya lo se, pero me gusta este sitio -senalo hacia un sillon-. Sientate y cuentamelo todo.
El se sento sin dejar de mirarla.
– Pareces un gnomo de jardin de color azul palido. No te pareces nada a un medico.
Ella se quedo pensativa. Miro su chandal azul y sonrio. -Umm. ?No te parezco bien en mi version nocturna?
?Quieres pasar a mi consulta mientras me pongo una bata blanca?
El se rio.
– Eso es un poco retorcido, doctora Mainwaring. Creo que lo dejaremos como esta. De hecho, creo que me gusta mas tu aspecto de gnomo.
Ella volvio a sonreir y se hizo un silencio. Las cosas se habian tranquilizado entre ellos. O casi. Em todavia pensaba que estaba demasiado cerca de el. A solo tres pasos.
– Hablame de Anna -dijo y espero.
El la miro extranamente, como diciendo que no creia que estuviera interesada. No estaba acostumbrado a que un medico se interesara asi por sus pacientes, y menos aun a que lo hiciera tambien a nivel personal.
– Todo ha ido tan bien como cabia esperar -le dijo.
– ?Que quieres decir?
– Era un tumor pequeno como vimos en la radiografia. Menos de un centimetro. Estaba circunscrito en el tejido blando debajo del pecho y no parece que se haya extendido. Han extirpado tejidos alrededor, pero no parece que haya dispersion. No tuvieron que tocar el pezon, asi que quedara con un pecho ligeramente mas pequeno que el otro. Si el analisis muestra que los tejidos circundantes no tienen nada, Anna no necesitara una protesis.
– ?Eso es estupendo! ?Y los ganglios?
– Los han examinado todos y parece que estan bien -Jonas miro el fondo de su copa como para ver el futuro-. Uno de los ganglios estaba ligeramente hinchado, pero tenemos que esperar hasta manana para saber los resultados de patologia.
– Oh, Jonas…
– Es una espera interminable.
– Mas para Anna que para ti -pero aun asi iba a ser dura para el, y ella no pudo resistirlo mas. Se acerco a el y le paso las manos por detras del cuello. Lentamente, comenzo a darle un masaje que le alivio la tension.
El suspiro al sentir los dedos de ella, pero aun estaba pensando en Anna.
– Ya sabes… aunque se haya extendido a los ganglios, en la etapa dos, la prognosis es positiva.
– Si, ya lo se -movio la cabeza-. Habia alguien mas alli -dijo despacio, y Em penso que estaba muy cansado y que la conversacion le suponia un gran esfuerzo.
– ?Quieres decir que alguien mas esperaba para saber como estaba Anna?
– Si. Sentado alli como yo, esperando a que saliera del quirofano.
Em arqueo las cejas.
– ?Era Kevin? -Em creia que el companero de Anna habia desaparecido hacia tiempo.
– Ni por asomo. Si hubiera sido el, creo que lo habria estrangulado con mis propias manos. Se llama Jim Bainbridge. Un tipo muy grande, de unos treinta y pico anos.
– Conozco a Jim -Em seguia con el masaje y notaba como los musculos de Jonas se relajaban-. Jim es el jefe local de bomberos. Es un buen hombre, pero muy timido. Es el vecino mas cercano de Anna. Tienen la misma valla trasera.
– Mmm…
– ?Crees que la aprecia? -pregunto ella.
– Creo que parecia casi tan preocupado como yo. Desde luego que le importa.
– Bueno… No es ni un perdedor ni un alcoholico -dijo Em con dulzura, tratando de anticiparse a los temores de Jonas-. Es carinoso, tiene un trabajo estable y, que yo sepa, es de los que toman una sola cerveza despues de un incendio importante.
– Eso seria un gran cambio -Jonas volvio a suspirar-. Pero haria falta un gran hombre para aceptar a Anna, con tres ninos y cancer de mama.
Em dejo de masajear.
– ?Piensas que a Anna no le queda nada que ofrecer? ?Solo porque ha perdido un pedacito de su pecho?
– No queria decir eso. Claro que no -esbozo una sonrisa y agarro las manos de Em-. Solamente queria decir que tres ninos son muchos y que ella tiene mucho miedo.
– Igual que tu.
– Yo no tengo miedo.
– ?A las relaciones? -Em se solto y volvio a masajear-. ?De necesitar a la gente? No me tomes el pelo, Jonas Lunn.
Silencio.
– No lo tengo, ?sabes? -dijo Jonas como si se le acabara de ocurrir.
– ?Miedo a las relaciones?
– Eso es.
– Asi que estas deseando enamorarte, ahora mismo.
– Podria sentir la tentacion -su tono era calido y ella se contuvo-. Por ejemplo, si me dijeras ahora mismo que te acostarias conmigo.
– Sacarias tu caja de preservativos mas rapido de lo que yo tardara en decir «anillo de matrimonio» -dijo ella cortante y con un deje amargo en la voz-. Eso estaria bien, pero no va a ocurrir. Ninguno de los dos va a hablar de la cama, tu no vas a mencionar los preservativos, ni yo el anillo de matrimonio. Porque eso no es lo que queremos ninguno de los dos.
– No es necesario que tomes cama, preservativos y anillo de matrimonio como un lote completo -dijo el con cautela-. Pueden ir por separado.
– ?Como? ?Irme a la cama contigo sin un preservativo? -Em arqueo las cejas fingiendo indignacion. Continuo masajeando-. Muchas gracias. Ya tenemos cuatro ninos. ?Estas diciendo que hagamos el quinto?
– Me referia a lo del matrimonio -le dijo. Le quito las manos del cuello y se volvio cara a ella mirandola muy