Lo que no tenia logica para ninguno de los dos era querer a Robby. Pero si Em no lo hubiera querido tanto, ?le habria propuesto matrimonio?
Estaba hecho un lio.
Em…
Oyo ruido bajo la cama y estiro la mano. Era Bernard. ?Cuando habia abandonado la comodidad de la cama de Em?
– Eres tonto por venirte -le dijo al perro-. Con lo a gusto que yo estaria alli.
Reflexiono sobre lo que habia dicho. ? era cierto?
Si. ?Por que no? Em era la mujer mas preciosa que conocia. Tendria que estar loco para no querer acostarse con ella.
?0… casarse? Eso tambien. Pero no amarla.
– No puedo -le dijo a Bernard-. Ni siquiera sabria como empezar a amar a alguien. Ella dependeria de mi y eso me aterra. Soy independiente. Toda mi vida he luchado para ser independiente y asi pienso quedarme
Pero no era lo que ella deseaba. Estaba tumbada en la cama y se preguntaba si era idiota. Rechazar casarse con el, rechazar compartir la casa…
?Rechazar la oportunidad de quedarse junto a el para siempre!
– Quiza podria funcionar -susurro en la oscuridad, y estiro la mano para acariciar a Robby-. Quiza podria aprender a amarnos.
– Bernard le lamio la mano-. ?Me estas diciendo que no soy tan independiente? ?Que no puedo marcharme y dejarlos a todos? Y no es solo por Em. Tambien es por Anna y sus hijos. Y por Robby. Y hasta por ti, chucho malnacido -como si lo entendiera, Bernard le dio otro lametazo-. ?Diablos! -cada vez estaba mas metido en el lio-. La dama tiene razon. Tengo que salir de aqui. Necesito vivir solo.
Pero, ?por que le parecia una idea tan deprimente?
Faltaba un dia para la radioterapia de Anna.
– ?Quieres que vaya contigo el primer dia? -pregunto Jonas por enesima vez-. Anna, no es algo a lo que debas enfrentarte tu sola.
– ?Por que? ?Duele?
– No, no duele. Es como una radiografia. -Entonces…
– Habra gente que estara mas enferma que tu. Casos serios de cancer.
Anna sonrio, pero nego con la cabeza.
– Puedo arreglarmelas sola.
– Algunas personas lo encuentran muy amenazante.
– Y puede que yo tambien -reconocio ella-. Pero nunca he dependido de nadie y no pienso empezar ahora. Jim ya me ha pedido que lo deje acompanarme y le he dicho que no. Asi que dejame tranquila.
Jonas no tenia mas remedio que aceptar la decision de Anna. Al fin y al cabo era lo mismo que el habria hecho en su situacion.
Trabajo durante toda la tarde haciendo las visitas domiciliarias y, mientras se concentraba en la medicina, llego a la conclusion de que el nunca podria depender de nadie. Anna y el lo habian aprendido a base de golpes.
Pero Em y Robby lo necesitaban. Necesitaban que el se quedara en la ciudad. No. Era Em quien lo necesitaba. El no tenia que depender de nadie. Nunca.
Eran las dos de la tarde. Em estaba atendiendo a sus pacientes en la consulta y Jonas hacia las visitas. Asi lo habia organizado el para que ella no se agobiara. Cuando terminara la consulta a las seis, el se quedaria de guardia y ella podria volver a ser la madre de Robby.
Podria haber sido un arreglo estupendo si no fuera por el vacio que Jonas le habia creado.
Le habia pedido que se casara con el, pero no la amaba.
Em estaba examinando a la senora Harris, cuando sono el telefono. Debia de tratarse de una urgencia, porque Lou nunca la interrumpia durante la consulta a menos que fuera imprescindible.
– Em, se trata de Sam, el hijo de Anna -Em se sintio desfallecer al oir el tono de Lou.
– ?Que pasa?
– Anna acaba de llamar y esta histerica. Sam se ha metido en el terreno de detras de su casa, donde estaba la mina de oro. Al parecer, hay un viejo pozo que no rellenaron bien. Anna dice que se ha hundido y el nino se ha caido dentro. Dice que Matt y ella pueden oirlo como a varios metros de profundidad, pero no lo pueden sacar ni se pueden acercar. Voy a llamar a los servicios de emergencia, pero ?podrias ir tu tambien?
Era salio como una exhalacion, dejando a la senora Harris boquiabierta.
– Busca a Jonas -le pidio a Lou al pasar- y explicaselo a la senora Harris.
CAPITULO 10
EL POZO estaba a medio kilometro de la casa de Anna, entre las colinas del parque nacional. Cien anos atras habian encontrado oro y habian horadado varias galerias que, con el tiempo, se habian hundido. La mayoria estaban cegadas, pero esa…
La habian cegado con- maderos sin tratar que se habian cubierto de maleza. Los lenos se habian podrido y cuando Sam paso por encima, se hundieron.
– Nunca lo habria encontrado si Matt, que iba con el, no me hubiera venido a avisar -dijo Anna rompiendo a llorar sobre el hombro de Em.
Aparte del miedo, Anna estaba exhausta. Habia ido corriendo hasta el pozo y regresado a casa para telefonear a Em y a Jim. En ese momento estaba junto a Em en la cabina de la autobomba de Jim y este conducia el camion a toda prisa.
El rostro de Jim mostraba gran preocupacion. Como Em, habia acudido enseguida en auxilio de Anna.
– ?Estas segura de que esta alli abajo? -pregunto el.
– Claro que si, y esta consciente. Estuve hablando con el, pero suena muy hondo -aclaro reprimiendo un sollozo-. Y tuve que dejar a Matt alli. Ya se que es muy pequeno para quedarse solo, pero tardamos siglos en volver a encontrar el agujero y tenia miedo de que Sam dejara de llamar. Si no pudiera llamarnos, no habria manera de encontrar el pozo -dijo, y rompio a llorar.
Em le agarro la mano para darle animo.
– Hiciste lo que habia que hacer, Anna -le dijo con conviccion-. Ahora dejanos a nosotros hacer el resto.
No tenia eleccion. Habia dejado a Ruby con una vecina. Una vez mas habia tenido que pedir ayuda, pero esa vez no le importaba. Queria la ayuda de Em, de Jim y de cualquiera que pudiera ayudarla. Especialmente de…
– Jonas -susurro-. ?Donde esta Jonas? Lo necesito.
– Lou lo ha llamado -dijo Em-. Estaba haciendo una visita a un paciente, pero enseguida vendra.
– En cuanto encontremos el pozo enviare a un hombre para que lo guie hasta alli entre las colinas -dijo Jim, concentrandose en que no volcara el camion. Una vez en la parte mas agreste del terreno, tendrian que caminar despacio para no caer ellos tambien en ningun pozo.
– Los ninos saben que esta zona es peligrosa -dijo Jim-. Se lo he dicho miles de veces.
Em penso que hablaba igual que un padre y que estaba tan aterrado como la misma Anna. En realidad, los dos parecian una pareja, aunque Anna no lo viera asi.
– Yo tambien se lo habia dicho -dijo Anna-, pero estaban enfadados conmigo.
– ?Por que?
– Oyeron que Jim me preguntaba si podia llevarlos la semana proxima a la feria del motor en Blairglen -Anna tomo aliento-. Y me oyeron cuando le conteste que no.
– Asi que se lanzaron a las colinas.
– Sam tiene mucho genio.
– Y es terco como una mula -anadio Jim-. Igual que su madre -miro a Em y anadio-: Y su tio. No encontramos otra familia peor de quien enamorarnos Em y yo.