Pero eso que le habia parecido tan logico antes, ahora le resultaba imposible.
Quiza habia sido un error ir a la isla. ?Como iba a proponerle un matrimonio de conveniencia sabiendo que se pondria como una fiera? Y sabiendo que lo que el deseaba realmente… Pero bueno, eso tambien era imposible. No podia llevarsela a la cama en contra de su voluntad; Sophia seria capaz de marcarlo con un hierro candente. Y conseguir que Holly accediese… Por el modo en que reaccionaba con el, era mas probable que los cerdos volaran.
La cena termino por fin. Sophia les lleno las copas de vino, aunque Holly apenas habia bebido. y los dejo solos.
Hacia una noche maravillosa. Las luciernagas sobrevolaban la piscina y se sentia la brisa del mar. El cielo estaba inundado de estrellas, cuya luz era como el brillo de las luciernagas. El ambiente resultaba increiblemente romantico, una noche perfecta para la seduccion.
– Bueno, ahora que ya me tienes aqui -dijo Holly, rompiendo el silencio-, ?que piensas hacer conmigo?
– ?Perdon?
– Querias informacion sobre Adam -le temblo la voz al pronunciar el nombre de su hijo, pero enseguida se repuso-. Podria habertelo contado todo por telefono, pero preferiste cometer un delito por el que podrias ir a la carcel…, cualquier tribunal internacional me daria la razon. Por muy principe que seas, no estamos en la Edad Media. Me has traido hasta aqui en contra de mi voluntad. O dejas que me marche inmediatamente, o ire directamente a la prensa.
– No haras nada de eso.
– ?Por que no habria de hacerlo?
– Por tu reputacion…
– ?Mi reputacion? -repitio enarcando una ceja incredulidad-. ?Que podria temer, que se sepa que fui madre soltera? ?Que escandalo, que horror! ?Acaso crees que he ocultado la existencia Adam? Todo el mundo sabe que tuve un bebe y jamas me he avergonzado de ello. Si tu, o alguno tus hombres, os hubierais puesto en contacto conmigo, os lo habria contado abiertamente. Era un nino absolutamente perfecto, un nino que creamos tu y yo…
Se quedo en silencio un segundo, pero enseguida volvio a levantar la vista hacia el y lo miro actitud desafiante.
– ?Me estas diciendo que la prensa podria crucificarme si se enteraran de la existencia de Adam?- No lo creo, Andreas, a mi no. Quiza a ti.
El asintio con preocupacion.
– Es cierto. Crucificarian a mi familia.
Holly volvio a enarcar la ceja.
– Debes estar de broma. Las familias reales del mundo entero llevan toda la vida teniendo hijos fuera del matrimonio; tengo entendido que hasta se enorgullecen de ello.
– Yo no me enorgullezco del nacimiento de Adam.
– Pues deberias -replico de inmediato-. No te pusiste en contacto conmigo, asi que te perdiste la oprtunidad de ver a tu hijo, y ni siquiera puedo explicarte cuanto te perdiste, Andreas.
No podia pensar en eso. Resultaba demasiado doloroso. Solo hacia un mes que sabia de la existencia de Adam, pero el mero hecho de saber que habia existido habia cambiado algo dentro de el. No sabia muy bien como afrontarlo, ni siquiera sabia si podria hacerlo. Tenia que concentrarse en lo que estaba viviendo en ese momento.
– Holly, tengo que ir al grano -dijo despues de tomar un buen trago de vino-. El caso es que Adam existio. Alguien vio la tumba. Deduzco que han ido a ver la propiedad compradores de fuera de Australia.
– Si -respondio ella con recelo.
– Tu agente inmobiliario sabia que yo habia estado alli hace anos -dijo el-. Lo esta utilizando como incentivo para los posibles compradores:«hagase con la finca donde se alojo un principe de carne y hueso».
– Yo nunca le dije… -comenzo a decir.
– Los vendedores aprovechan todo lo que les pueda servir para cobrar la comision -tenia que seguir adelante, olvidarse de lo personal-. Tengo entendido que el mes pasado visito la finca un grupo de empresarios arabes. Uno de ellos vio la lapida, leyo el nombre y, al ver las fechas, se pregunto que relacion tendria conmigo, y se lo conte a su primo, que es un periodista de Calista. Asi empezaron las preguntas. Y ahora me dices que se puede comprobar que era hijo mio.
Holly abrio la boca.
– No -se apresuro a decir Andreas al ver el gesto de indignacion de su rostro-. No estoy poniendo en duda lo que tu me has dicho, Holly acepto que Adam era mi hijo -que doloroso era decirlo en voz alta. «Mi hijo». Era dificil decir de un eso de un nino al que no habia conocido… Pero tenia que continuar, aunque para ello tuviera que ser muy brusco-. Me refiero a otra gente. Si se puede demostrar ante el mundo que Adam era mio, es posible que la noticia haga que mi familia pierda el trono de Aristo.
Algo cambio en el gesto de Holly. La indignacion y la rabia dejaron paso a la confusion. -?Como…?
– Tu tenias diecisiete anos cuando te deje embarazada -explico Andreas-. Eso lo cambia todo.
– ?Por que?
– Eras menor de edad. El rey… mi padre… era un libertino y todo el mundo lo sabia. Hubo mucha corrupcion y muchos escandalos en los ultimos dias de su reinado, lo que nos esta causando muchos problemas.
– ?Que tiene eso que ver conmigo?
– Los enemigos de mi padre estan dispuestos a cualquier cosa con tal de derrocarnos.
– ?Los enemigos de tu padre?
– Te lo explicare -dijo e hizo una pausa para pensar como hacerlo.
La unica luz que habia era la de las estrellas, la de las velas y las de las luciernagas. Se oia el sonido de las olas al romper en la playa. Era el escenario perfecto para el romance, la seduccion y la pasion y, sin embargo, tenia que hablar sobre cosas tan duras y frias como la conspiracion.
– Ya sabes que el reino de Adamas esta dividido en dos islas, Calista y Aristo -comenzo a decir por fin-. El diamante Stefani, una piedra de valor incalculable, es fundamental para conservar el trono. Las reglas de la coronacion establecen que nadie gobernara Adamas sin la bendicion de la joya Stefani. Cuando se separo el reino en dos islas, se dividio tambien el diamante -continuo. empenado en no desviarse de una explicacion que debia conseguir que Holly comprendiera-. Hay dos familias reales: la de Aristo, que formamos mis hermanos, mis hermanas y yo, y la de Calista. Cada familia tiene una mitad del diamante Stefani.
– ?Entonces?
– Resulta que poco antes de que muriera mi padre, descubrimos que nuestra mitad del diamante no es mas que una copia. El matrimonio de mis padres no funcionaba… por decirlo con suavidad. Habia otras mujeres y todo tipo de intrigas y tejemanejes financieros. En algun momento alguien se deshizo del diamante, lo cual significa la ruina para nosotros.
– Comprendo -pero luego meneo la cabeza-. No, la verdad es que no lo comprendo.
Estamos a merced del pueblo -dijo el-. O algo peor. El que tenga ambas mitades gobernara las dos islas, eso quiere decir que si el rey Zakari Al'Farisi de Calista encontrara el diamante, podria hacerse con todo el poder. Pero, si como parece ser que ocurrio, mi padre se aposto el diamante en el juego o se lo regalo a una de sus amantes, el pueblo recuperaria el poder y la opinion publica tendria todo el dominio de Aristo. Los rumores sobre las conquistas extramatrimoes de mi padre eran incesantes. Puede que mis hermanos y yo… en el pasado… no hayamos sido perfectos. Mi hermano Alex se ha casado hace poco, pero eso no es suficiente para aplacar la indignacion del pueblo. La noticia de que tuve un hijo con una muchacha de diecisiete anos…, mi hermano cree que podria hacernos perder el trono. Zakari podria acabar gobernandonos a todos.
– Es un grave problema -Holly levanto la copa vino y perdio la mirada en su interior-. Pero no es mi problema, Andreas -anadio susurrando-. Tu te alejaste de mi sin mirar atras.
– Nunca quise hacerte dano.
– Lo supongo -reconocio ella-. Mis padres nos juntaron con la esperanza de que nos vieramos obligados a casarnos, o al menos sirviera para conseguir una fortuna. Tu… tu nunca me mentiste. Yo sabia desde el principio que estabas prometido con Christina… y tambien lo sabian mis padres; lo que ocurre es que nunca pensaron que tu sentido de la obligacion seria mas fuerte que tu decencia.
– Mi decencia…