– Si -replico ella-. Tu obligacion moral con una chica que se habia enamorado de ti. Puede que aun fueras joven, Andreas, pero tenias experiencia, yo sin embargo no tenia modo de defenderme.

– Pero…

– Pero nada -lo interrumpio de inmediato-. Por inmoral que fuera lo que ocurrio hace anos, ya no tiene nada que ver conmigo. Dame un papel y firmare una declaracion en la que te redimo de cualquier obligacion. Quiero irme a casa cuanto antes.

– ?A un triste apartamento en el que das clase a ninos que estan a cientos de kilometros?

– Veo que has hecho averiguaciones.

– Si. No puedes irte a casa, Holly. Lo unico que podria salvarme… y salvar a mi familia, es una declaracion que afirmara que Adam no era mi hijo. Y eso es algo que no puedes darme.

– No -dijo tajantemente con la mirada clavada en el.

Habia madurado mucho en aquellos diez anos, penso Andreas. Aquellos ojos eran los de una mujer inteligente, reflexiva e incluso compasiva.

– Yo no te pediria…

– ?No me pedirias que firmara esa declaracion? -Holly solto una triste carcajada-. ?Lo dice la misma persona que organizo un secuestro internacional? Puede que no lo hicieras, pero tampoco es tan sencillo. Mi madre tiene copias de las pruebas de ADN de Adam.

– Tu madre…

– Ya ves -dijo, cerrando lo ojos como si le doliera-. Aun me queda algo de familia. Mi madre volvio cuando habia nacido el nino. Por supuesto, sabia quien era el padre asi que, mientras yo me recuperaba del pidio al medico que tomara muestras de e Adam para demostrar la paternidad. Pero yo imagine lo que iba a hacer y se lo impedi.

– ?Que le impediste?

– Que te chantajeara -respondio friamente-. Tu acababas de casarte; para mi madre era la oportunidad perfecta de conseguir dinero.

Dios. Seguramente habria pagado, penso Andreas acordandose de Christina. Su esposa habia estado celosa desde el principio, por lo que la noticia del bebe de Holly habria acabado con su matrimonio.

– No paso nada -dijo Holly-. Mi madre acababa de conocer a otro hombre que tenia mucho dinero y con el que estaba bien. Pero yo sabia que habia ciertas cosas de su pasado que… -meneo la cabeza -. No importa. El caso es que le dije que si ella revelaba algo sobre ti, yo revelaria algo sobre ella. Sabia que eso acabaria con su relacion, asi que no le quedo mas remedio que cerrar la boca y olvidarse del chantaje.

– Vaya

– Si vaya -respondio con tristeza-. Pero si tus reporteros empiezan a investigar, la situacion de mi madre ha cambiado y no tardara en acordarse de esas pruebas. ?Crees que la prensa pagaria por ellas?

Sin duda. O la prensa o el rey Zakari. Pagarian muchisimo.

– Ella no dudara en contarlo -aseguro Holly, apesadumbrada-. Lo siento, Andreas, pero no puedo ayudarte.

– Entonces no hay mas remedio -dijo el, volviendo al plan de Sebastian-. Damos la cara, decimos que si, que eramos unos crios. Le decimos a la opinion publica que yo no sabia lo del bebe, pero que ahora que lo se voy a actuar en consecuencia. Saldremos con la cabeza bien alta, Holly. Pero, como ya te he dicho en la playa, tendremos que hacerlo como marido y mujer.

Capitulo 5

Silencio. Silencio, silencio y mas silencio.

Quiza deberia haberse puesto de rodillas, penso Andreas mientras se prolongaba el silencio Quiza deberia haberle dado un anillo con un diamante tan grande como el Stefani.

O quiza no. Vio todas las emociones que pasaron por el rostro de Holly y se dio cuenta de que debia ser franco y directo. Y mejor no moverse de su lado de la mesa porque una de esas emociones era sin duda la ira, y no queria llevarse otra bofetada.

– Es una proposicion en toda regla -dijo cuando la tension empezaba a ser ya insoportable-. Me casaria contigo con todas las de la ley.

– Gracias -dijo ella con la intencion de sonar sarcastica, pero volvio a temblarle la voz.

– Es la unica solucion.

– ?Para quien? Creo que se te olvida que hay dos personas implicadas en esta ecuacion.

– Yo podria saldar las deudas de tu padre. Se que te sientes obligada a pagarlas. Podria quitarte esa presion de encima y muchas mas.

Holly se echo hacia atras en la silla y lo miro como si hubiera sacado una pistola.

– ?Como lo sabes?

– Lo se todo sobre ti -dijo, tratando de hablar con suavidad para aplacar el terror que veia en su mirada-. Desde el momento en que nos llego el rumor sobre el bebe, mi hermano encargo a unos investigadores que averiguaran todo lo que pudieran.

– Tu hermano.

– Sebastian, el heredero al trono de Aristo. Si esto sale a la luz, perdera el trono.

– Todos vosotros lo perdereis -murmuro ella.

– Pero los demas solo somos principes y princesas.

– Solo -repitio ella, burlona, y se puso en pie-. No puedes comprarme, Andreas.

– Eso lo supe hace diez anos -recordo con tristeza-. ?Te acuerdas de cuando te pedi que fueras mi amante?

– ?Y tu recuerdas cual fue mi respuesta? Pense que aun podrias sentirlo.

– Asi es -respondio al tiempo que se llevaba la mano a la mejilla en la que habia recibido un buen bofeton-. Pero ahora es diferente, Holly, no te estoy pidiendo una aventura. Te estoy ofreciendo que te cases conmigo.

– Y se supone que debo sentirme halagada. Me traes hasta aqui a la fuerza…

– ?Por que no nos olvidamos ya del secuestro?

Claro -espeto con sarcasmo-. Cuatro matones me sacan de mi casa, me dejan en una isla perdida y luego tu me pides matrimonio tranquilate… Si, claro, deberia olvidarme de lo del secuestro. El principe Andreas de Karedes me ha pedido que me case con el, que honor, Alteza, ?como podria rechazar semejante oferta?

– ?No crees que estas exagerando? -pregunto el secamente-. No seria tan horrible.

– Christina no debia de pensar lo mismo. ?Cuantas mujeres tenias de repuesto mientras estabas casado con ella?

– Esas cosas se entienden…

– En los matrimonios de la realeza -termino ella-. Pero no en los matrimonios que yo conozco.

– ?Que matrimonios? ?El de tus padres? ?Y tu…, que experiencia tienes tu? No creo que vayas a casarte por amor.

Vaya.

Holly estaba ahora detras de la silla y tenia las manos apoyadas en el respaldo como si necesitara un punto de apoyo. Apretaba con tal fuerza que tenia blancos los nudillos. Quiza el habia ido demasiado lejos…

– Asi que ahora ademas soy una vieja solterona -dijo con evidente rabia-. Una mujer caida en desgracia a la que se le ha pasado la fecha de caducidad, una mujer que deberia sentirse agradecida de recibir una oferta tan generosa.

– Escucha -Andreas no sabia como calmarla. Respiraba muy rapido. Sus pechos se movian con fuerza y tenia el rostro sonrojado de rabia. Habia metido la pata…, tenia que arreglarlo-. Holly, de verdad lo necesitamos.

– La verdad es que ni siquiera lo comprendo -dijo ella-. Te acostaste conmigo cuando tenia diecisiete anos y no hay nada que podamos hacer ahora para cambiar eso.

– No, pero puedo hacer que me vean como una persona honrada -adujo Andreas-. Es cuestion de tiempo que la prensa hable con tu madre, y entonces sera un hecho consumado. Cuando lleguen las primeras acusaciones tengo que poder decir que si, que fue todo un duro golpe descubrir que habias tenido un hijo mio, que no

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