visto sus cicatrices. Como siempre, llevaba un impecable vestido gris y un delantal blanco. Muchas veces le habia dicho que no tenia por que llevar uniforme, pero ella se limitaba a darle las gracias y a seguir vistiendose del mismo modo. Despues de diez anos, la conocia lo bastante como para no intentar hacerla cambiar de opinion.
Volvio a mirar a traves de la ventana. Cathy estaba sentada en el banco y levantaba la pierna manteniendo los muslos inmoviles.
– Si, ha mejorado mucho. En un par de meses, estara totalmente recuperada.
Y entonces querria marcharse, pero eso no era algo en lo que quisiera pensar en aquel momento.
Ula se acerco a su mesa y dejo sobre ella varios sobres.
– El correo.
– Gracias.
Normalmente le entregaba el correo y se marchaba, pero aquella manana se quedo. Stone se acerco a la mesa.
– ?Ocurre algo?
– No -sus ojos eran ilegibles, como su expresion-. Me preguntaba si querrias que hablasemos del menu del mes que viene.
Stone hizo una mueca.
– Solo si la alternativa es abrirme en canal. Ya sabes que no me preocupa. Haz lo que quieras.
Y se preparo para la batalla acostumbrada. Ula pensaba que no comia lo suficiente, y a veces estaba en lo cierto. Ultimamente habia perdido peso, y es que no tenia apetito. La comida no tenia ningun interes para el. Su mundo habia quedado reducido al trabajo y a Cathy.
Pero Ula no se marcho, asi que Stone se acomodo en su sillon y la miro con atencion.
– ?Que te ronda por la cabeza? -pregunto, e hizo un gesto para invitarla a sentarse. Ella lo rechazo.
– Tu invitada -dijo. Era una mujer pequena, apenas metro cincuenta de estatura, pero nunca habia parecido intimidada por el. Quizas fuese esa la razon de que estuviera todavia a su lado-. Cathy lleva dos semanas aqui. Va a recuperarse pronto, y he pensado que quizas empiece a aburrirse de estar encerrada en la casa constantemente. Puede que le gustase salir e ir de tiendas, o echar un vistazo a su casa.
Stone habia abierto una de las cartas, pero volvio a dejarla sobre la mesa.
– Tienes razon. Deberia haberlo pensado. Debe sentirse prisionera.
– Tu tampoco sales mucho -dijo, y se sento en el borde de una de las sillas que habia frente a la mesa-. ?Por que crees que los demas tienen que ser diferentes?
– No has sido ni siquiera sutil, Ula.
– No lo pretendia.
Y sonrio.
– De acuerdo: hablare con Cathy esta noche cuando vaya a verla. Puede llevarse el coche e ir a donde le plazca.
– Yo sospecho que lo que le gustaria es tener compania.
– ?Amigos quieres decir? -tenia la impresion de que carecia de ellos. A juzgar por los detalles, su vida era bastante solitaria-. Puede invitar a quien quiera con toda libertad.
Algo ardio en su vientre al pensar en una visita masculina, pero intento no pensar en ello.
– Eso tambien -contesto Ula-, pero yo estaba pensando en otra cosa. Siempre come sola. No estaria mal que cenases con ella alguna noche.
Sin querer, Stone se rozo la mejilla izquierda. Las arrugas eran viejas ya, y el ya se habia acostumbrado a ellas, pero eso no queria decir que Cathy se sintiera comoda en su presencia.
Cenar. Con otra persona. No habia experimentado semejante placer desde hacia tres anos y el deseo de hacerlo resulto de pronto tan intenso como inesperado, pero consiguio apaciguarlo utilizando la mano de hierro que todavia no le habia fallado.
Tomo otro sobre y lo abrio.
– No creo que sea buena idea.
Ula hizo un gesto con la mano.
– Le das mas importancia a esas cicatrices de la que debieras. A ella no le importarian.
– Pero a mi si -replico con frialdad, haciendole saber que habia traspasado la linea.
Ella suspiro y se levanto.
– Muy bien, senor.
Stone sabia que la intencion de Ula era buena. De hecho, habia sido muy buena con el durante todos aquellos anos.
– Es que no creo que saliera bien -dijo, como oferta de paz.
– ?Por que no? Estas haciendo de todo esto -hizo un gesto hacia su cara-, una tragedia desmedida.
Eso espoleo a Stone, que se levanto inmediatamente. Solto los papeles sobre la mesa y no se dio cuenta de que uno de ellos cayo en silencio al suelo.
– Es que es tragico -espeto-. ?Acaso has olvidado que Evelyn murio aquella noche? ?Ya no te acuerdas de que fue culpa mia?
– No he olvidado que usted quiere que lo sea. Esa es la diferencia. Han pasado ya tres anos, senor Ward, y es hora de seguir adelante.
– Te agradeceria que recordases que aqui eres solo una empleada, y como tal te agradeceria que te guardases tus opiniones para ti.
Ula no contesto, sino que se limito a erguirse, dio media vuelta y se marcho. Stone se quedo de pie durante unos minutos escuchando en el silencio el latido de su propio corazon. Sintio la amenaza de los recuerdos, como si la explosion de ira hubiese abierto la tapa de la caja donde los mantenia a buen recaudo.
Y cuando empezaron a cobrar vida en su cabeza, persiguiendole, cegandole a cualquier cosa que no fuera el pasado y su culpabilidad en lo ocurrido, se sento en el sillon y se preparo para el ataque.
– Estas muy callada hoy -dijo Stone.
Como siempre, el sonido de su voz la hizo desear bailar de alegria, pero se limito a cambiar de postura en el sofa y a mirarlo.
– Lo siento. Estaba pensando.
– ?En que?
Estaba de verdad alli. A veces le resultaba dificil creerlo, a pesar del hecho de que llevaba dos semanas acudiendo cada noche a su habitacion. Temia despertarse y que todo hubiera sido un sueno. Pero alli estaba, sentado, apenas a medio metro de ella.
Desde que habia conseguido deshacerse de las muletas y moverse con mas facilidad, ocupaba el sofa cada vez que el venia a verla. Aunque no podia verlo mejor porque la oscuridad seguia siendo la misma, le gustaba pensar que eran una pareja normal en una cita.
Le gustaba su presencia. Estaban lo bastante cerca para percibir el olor de su colonia, o para que apoyase la mano de vez en cuando en su hombro cuando queria explicar algo. Le gustaba que, cuando hablaban de libros o de politica, el se inclinase hacia delante, como si pretendiese convencerla de que viera las cosas como el. A veces le llevaba la contraria solo para tomarle el pelo. Le gustaba todo de el. Era como volver a estar enamorada como cuando lo estaba en el instituto.
– ?Cathy?
– Ah… lo siento. Estaba distraida -enrojecio. Menos mal que no podia verla-. ?Cual era la pregunta?
– ?En que estabas pensando?
?Que pensamiento elegir?
– En… el instituto.
– ?Que tal fue el instituto para ti?
– Pues no demasiado divertido -admitio, a pesar de las mentiras que le habia contado en otras ocasiones. ?Importaba que supiera la verdad?-. No tenia muchos amigos, sobre todo porque no podia hacer nada despues de las clases. No me importaba ir a su casa, pero no podia invitarlos a venir a la mia, y siempre tenia que estar en casa pronto.
Hizo una pausa, esperando la pregunta inevitable, pero Stone guardo silencio.