Betina se encogio de hombros.

– Le indique el camino y ella hizo el trabajo. Pero no es tan fuerte como crees. Lo que tenia planeado hacerte era una locura y se lo dije, pero no me escucho.

– Tipico.

– Lo se. A lo que voy es que no quiero que le ocurra nada malo. Si le haces dano, te hare pagar por ello.

– ?Vas a contratar a alguien para que me de una paliza? -dijo el esbozando una media sonrisa.

– No, Jack. Voy a decirte exactamente cuanto esta sufriendo. Voy a recordarte que eras el mejor amigo de su hermano y que tan solo te pidio una cosa que parece que no has podido cumplir. Ni antes ni ahora. Voy a ser la voz de tu conciencia y no voy a dejarte descansar.

Sus miradas se encontraron.

– Eres buena.

– Me preocupo por ella. Es parte de mi familia. Se merece a alguien que la quiera. ?Eres tu ese hombre?

No tenia por que pensar en eso.

– No.

Nunca habia amado a nadie. Se negaba a ello. El precio era demasiado alto.

– Entonces, dejala en paz. Deja que tenga una oportunidad con otro.

– ?Alguien como Andrew?

Jack tenia un mal presentimiento sobre el. Haria que le enviaran el informe sobre ese hombre cuanto antes y luego pensaria que hacer.

– Es curioso que lo menciones -dijo Betina, sorprendida-. Creo que no lo sabes.

– ?El que?

– Esta aqui.

Meri dio un paso atras, se quedo junto a la puerta y se pregunto si se le notaria la culpabilidad que sentia. A pesar de que Andrew y ella habian acordado darse un respiro en su relacion, el verlo alli apenas cuatro horas despues de hacer el amor con Jack por tercera vez era algo desconcertante.

– Has venido -dijo ella, sintiendose estupida y muy culpable.

– Te echaba de menos -respondio Andrew mostrando su encantadora sonrisa-. ?Me has echado tu de menos?

Habia pasado cinco meses ideando como seducir a Jack Howington III y una semana llevando a cabo el plan. En el tiempo que le habia quedado libre, habia preparado informes para dos empresas y habia estado trabajando en su proyecto del combustible solido para cohetes. ?Quien tenia tiempo de echar a nadie de menos?

– Claro -dijo, evitando cruzarse de brazos.

– Bien -dijo el rodeandola con su brazo y entrando en la casa-. Asi que es aqui donde has estado.

– He viajado mucho a Los Angeles. ?Recuerdas lo de la consultaria?

– Si, claro. ?Esta tu equipo aqui?

– Llegaran en una hora mas o menos.

– Que bien. Asi tendremos tiempo de ponernos al dia.

No podia ponerse al dia con Andrew despues de haber seducido a Jack. Estaba mal en muchos aspectos.

Se aparto y lo miro. Andrew era alto como Jack, pero no tan fuerte y musculoso. Llevaba su pelo moreno mas largo y sus ojos eran de un azul mas claro. Jack era una version atractiva del demonio en carne y hueso. Jugaba fuerte y no se encogia ante nada. Andrew era abierto y afable y daba por sentado que le gustaba a todo el mundo, lo que la mayoria de las veces era verdad.

Lo que no importaba, se dijo Meri. No tenia por que compararlos. Tenia una relacion con Andrew y nada con Jack. Hubo un tiempo en que habian sido amigos, pero ahora tenia que seguir con su vida. Deberia alegrarse de que Andrew estuviera alli. El era parte de su nueva vida, ?no?

– ?Que ocurre, Meredith? ?No te alegras de verme? Hace semanas desde que nos vimos en aquella conferencia en Chicago. Te he echado de menos. Dijiste que querias que nos dieramos un tiempo para asegurarnos de nuestros sentimientos. Yo estoy seguro de los mios, ?y tu?

La vida era una cuestion de tiempo, penso Meredith al ver a Colin entrando en la habitacion.

– Oh, estas aqui -dijo Colin al ver a Andrew.

No le caia bien. No era culpa de nadie, se dijo Meri. Andrew era atletico y Colin no. Ella tampoco, pero trataba de mantenerse en forma y siempre obligaba a su equipo a que probara un par de cosas nuevas en el deporte cada ano. Hacia caso omiso a sus quejas y les recordaba que era bueno para ellos.

– ?Colin! -exclamo Andrew con alegria, obviando la evidente molestia que su presencia le producia-. Hacia mucho tiempo que no te veia. ?Que tal va todo?

Colin miro a Andrew con el mismo entusiasmo que si estuviera viendo una cucaracha en su ensalada.

– Va bien.

Colin se sirvio un cafe y se fue.

– Creo que empiezo a caerle bien -dijo Andrew en tono burlon-. Empieza a haber comunicacion entre nosotros.

A pesar de todo. Meri se rio.

– Eres muy optimista.

– Mira, a ti te gusta Colin y a mi me gustas tu. Asi que me tiene que gustar Colin. ?No es una teoria matematica?

Le gustaba que Andrew nunca estuviera tenso o enfadado. Disfrutaba de su humor, de su espontaneidad y de como parecia disfrutar de una vida atractiva. Segun las revistas femeninas, Andrew era perfecto para ella.

Pero, ?como habia sido capaz de verlo apenas unos dias en los ultimos seis meses y no darle mayor importancia?

Antes de dar con la respuesta, oyo unos pasos en la escalera. Se dio la vuelta esperando ver a Betina, pero fue Jack el que aparecio en la cocina.

La estancia se quedo tan silenciosa que Meri pudo escuchar los latidos de su corazon. Sintio como se sonrojaba al tratar de pensar que decir.

Andrew se acerco, extendiendo la mano y sonriendo.

– Soy Andrew Layman, el novio de Meredith.

Jack lo miro.

– Jack Howington tercero, amigo de la familia.

Los dos hombres se estrecharon la mano.

– Asi que, ?conocio al padre de Meredith? -pregunto Andrew-. Ha dicho que es amigo de la familia, pero ella nunca me habia hablado de usted.

– Conocia a su hermano. Meri y yo eramos amigos en la universidad.

– Interesante. Nunca ha venido a vernos a Washington D.C. -dijo Andrew-. Conozco a todos los amigos que tiene Meredith alli.

– Parece que la vigila muy de cerca.

– Me preocupo por ella.

– Aparentemente no lo suficiente como para importarle una ausencia de seis meses -dijo Jack-. No conoce todavia a los amigos que estan aqui.

– Los conozco.

– A mi no.

– Usted es el pasado.

La mirada de Jack era firme.

– No tanto como piensa. Meri y yo tenemos una historia comun.

Meri puso los ojos en blanco. Era como si fueran dos perros y ella fuera el arbol al que querian arrimarse. A pesar de que estaba segura de que Jack ganaria el combate, estaba sorprendida de que se molestara en participar. ?Desde cuando era tan competitivo?

– Hay demasiada testosterona aqui para mi -dijo ella dando unos pasos atras-. Que lo paseis bien.

Meri se dirigio a la habitacion de Betina y se encontro a su amiga escribiendo en el ordenador.

– Tengo una emergencia femenina -dijo cerrando la puerta tras ella-. ?Como es que ha venido?

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