– ?Me lo prometes?
Nicole sonrio.
– Te lo prometo.
A Claire le costo encontrar sitio donde aparcar en la escuela aquella tarde, lo cual era un poco raro. Por la manana habia muchas plazas libres. Finalmente, dejo el coche junto a la valla y entro en el edificio, con la sensacion de que iba a ocurrir un desastre de manera inminente.
Se dirigio hacia la recepcion con las partituras de la pieza que habia elegido en la mano, y sonrio.
– Hola. Soy Claire Keyes. ?Podria acompanarme a la sala de musica?
La recepcionista se puso en pie.
– Oh, aqui esta. La gente se va a poner muy contenta. La senora Freeman me pidio que la acompanara al auditorio.
Claire trago saliva.
– Disculpeme. Voy a tocar en la sala de musica.
La otra mujer se echo a reir.
– Ya no. Se corrio la voz, y estamos desbordados. Han venido muchos padres a escucharla tocar. Es usted muy famosa.
La mujer seguia hablando, pero Claire no oia las palabras. No oia nada salvo un zumbido.
– ?Cuanta… cuanta gente? -susurro.
– Unas cuatrocientas personas.
Dios santo. La habitacion comenzo a dar vueltas a su alrededor y el zumbido se intensifico, como la presion que sentia en el pecho. Iba a morir, alli mismo, en el colegio de Amy.
– Se que son muchos mas de lo que esperaba usted, pero ?como ibamos a decirle que no a la gente? Oir a alguien de su calibre tocando en vivo…
Si el panico no mejoraba, la oirian tocar muerta. Aquello no era posible. No podia hacerlo. No tenia por que, no les debia nada. ?Que pensaban, que podian oirla tocar gratis? Ella ganaba miles de dolares en cada concierto…
Suspiro. No tenia nada que ver con el dinero, eran excusas. O hacia lo que habia prometido que iba a hacer, o se escabullia.
Claire agarro las partituras contra su pecho.
– Por favor, ?podria decirme donde voy a tocar?
– Claro. Me llamo Molly, a proposito.
– Encantada de conocerla, Molly.
Recorrieron un largo pasillo y se detuvieron ante varios pares de puertas dobles. Claire ya oia a la gente que habia dentro.
– Tengo que entrar por la puerta del escenario -dijo. Quiza el hecho de no ver al publico la ayudara.
– Muy bien.
Molly la acompano a una puerta lateral. Quiza aquel auditorio fuera mas pequeno que los lugares donde ella solia tocar, pero el enredo de cables y de utileria era el mismo. El contraste entre lo que veia el publico y el caos que habia detras del escenario no era muy reconfortante.
– ?Algo mas? -pregunto Molly.
Claire asintio.
– Por favor, ?le importaria comprobar que las cortinas estan cerradas, y avisar a Amy Knight para que venga conmigo al escenario?
– Ahora mismo.
Cuando se quedo sola, Claire practico las respiraciones que le habian ensenado. Se paseo, hizo estiramientos, repaso la musica. Al cabo de unos minutos, oyo unos pasos.
Amy corrio hacia ella.
– Aqui estas -le dijo por signos.
– Lo se. Voy a tocar el piano ante mucha gente. ?Te importaria estar conmigo, como hiciste la otra vez?
Amy asintio, y despues le pregunto:
– ?Por que?
– Estoy asustada -admitio Claire-. Tenerte cerca hace que no me sienta tan asustada.
– Yo te protegere -dijo Amy.
Era facil decir eso. Sin embargo, por muy extrano que fuera, Claire la creyo.
– ?La habias oido tocar alguna vez en directo? -pregunto Wyatt a Nicole, mientras los dos recorrian el vestibulo de la escuela de Amy.
– No. He escuchado un par de discos suyos, pero eso es todo. Es raro, tratandose de mi hermana. ?No deberia haber ido a alguno de sus conciertos?
– No tenias contacto con ella -dijo el-. ?Por que ibas a ir?
– No te las ingenies para hacerme un reproche con esa logica. No puedo creer que hayamos estado separadas tanto tiempo -dijo Nicole, mientras esperaba a que el abriera una de las puertas del auditorio-. Yo no habria ido a Nueva York a cuidar de ella. Habria dejado que se las arreglara sola.
Wyatt le tiro de un mechon de pelo.
– ?Y quieres que te juzgue por eso?
– Quiza. Yo me estoy juzgando a mi misma. He sido mala con ella y, a pesar de todo, ha venido. Se guia por el corazon.
– Lo se.
Entraron al auditorio. La profesora de Amy, la senora Olive, les habia prometido que les reservaria un sitio; de lo contrario, no habrian encontrado un lugar donde sentarse. Wyatt habia oido decir que iban a asistir algunos padres, pero no se esperaba encontrar el auditorio abarrotado.
– Nunca lo habia visto asi -dijo Nicole.
La gente se movia a su alrededor y hablaba con excitacion. Habian dejado lo que estuvieran haciendo para ir a escuchar a Claire. Wyatt sintio orgullo por ella, y por lo que era capaz de hacer.
– Espero que pueda hacerlo -murmuro Nicole-. Antes estaba bastante asustada.
– ?Te lo ha contado? -pregunto el-. Lo de…
– ?Lo de los ataques de panico? Me lo ha contado esta manana, cuando estaba rebuscando entre sus partituras, a punto de perder los nervios. Hablamos, y creo que se calmo un poco, pero no se si va a conseguirlo. Estaba muy alterada.
– Lo que hace no puede ser facil.
Nicole sonrio.
– Asi que ahora te cae bien.
– Si.
– Entiendo que la cita salio muy bien.
– ?No te dio los detalles Claire?
– Unos cuantos. Pero ahora quiero conocer la perspectiva masculina.
– Creo que no.
La profesora de Amy les hizo un gesto.
– Es asombroso -les dijo-. Estoy euforica. ?Escuchar a Claire Keyes en persona! Debe de estar usted tan orgullosa…
– Si, lo estoy -murmuro Nicole.
Se acomodaron en sus asientos. El escenario estaba oculto tras unas gruesas cortinas negras.
– ?Estas orgullosa? -le pregunto Wyatt en voz baja-. ?De Claire?
– Si, y a mi tambien me sorprende. Supongo que ya no le guardo resentimiento, ahora se que esto tampoco ha sido facil para ella. Se ha dejado la piel trabajando para llegar al lugar en el que esta. Solo espero que lo consiga.
– Lo conseguira -dijo el.
– ?Lo crees de verdad?