– ?Incluso usted, entrenador?
– Incluso yo.
Se estrecharon las manos. Hawk sabia que Nicole tenia razon. El se sentia muy agradecido de que fuera Raoul quien estuviera saliendo con Brittany. Sabia que la cuidaria. Lo cual significaba que habia reparado todas sus meteduras de pata, excepto una.
– Raoul, ?podrias vigilar por aqui durante un rato?
– Claro, entrenador.
– Volvere en cuanto pueda.
Al cabo de menos de veinte minutos, estaba llamando a la puerta de Nicole.
– Nicole, vamos. Soy yo. Abreme. Se que estas ahi.
Por fin, oyo unos pasos.
– Marchate -le grito ella a traves de la puerta.
– Nicole, se que no tienes ganas de verme, pero esto es importante.
Ella no dijo nada, y Hawk prosiguio:
– Me equivoque, he sido un idiota. Conozco a Raoul desde hace anos y el solo te conoce a ti desde hace un par de meses; sin embargo, se ha enfrentado a mi por ti. No me lo esperaba. No me habia dado cuenta de que se ha convertido en un hombre. Me desafio. No suponia que las cosas iban a ser asi.
La puerta se abrio y Nicole aparecio en el vano, con la cara surcada de lagrimas.
– Claro que si. El macho dominante de la manada tiene que luchar por su puesto. Es el ciclo de la vida.
Estaba muy guapa, pero tambien muy triste, y el lamento haberla hecho llorar.
– ?Te habria gustado que me hubiera pateado el trasero?
– Si -respondio ella con un pequeno sollozo-. A base de bien.
– Lo siento -repitio Hawk, y la abrazo-. Lo siento muchisimo. Soy muy malo en esto de las relaciones. La ultima vez que conoci a una chica fue a los quince anos. Era mas facil no estropearlo todo.
Siguio abrazandola, y la beso.
– Nicole, lo siento mucho.
Ella trago saliva y asintio.
– Se que solo ha sido una reaccion. Ademas, esto no es una relacion verdadera. Tenemos un trato, ?no te acuerdas?
El la miro a los ojos. ?Un trato? Claro, asi habia empezado todo, pero las cosas habian cambiado.
– Yo no estoy aqui por el trato -dijo-. Estoy aqui por ti.
– ?De veras?
– Si, y tengo a cincuenta chicos esperandome en la pizzeria.
– Oh, claro. Di algo de eso y sal corriendo. Tipico de los hombres -se quejo ella. Sin embargo, ya no parecia que estuviera enfadada.
– ?Vienes conmigo?
Nicole dio un paso atras.
– No puedo. Tengo un aspecto horrible.
– Estas bien. Se nota que has llorado, pero las mujeres sabeis arreglar eso con… no se, un poco de maquillaje.
Nicole sonrio.
– De acuerdo. Dame cinco minutos.
– Esperare.
Ella se dio la vuelta.
Entonces Hawk la tomo del brazo, la abrazo y volvio a besarla.
– Lo siento -murmuro.
– Ya lo he captado.
Lo miro a los ojos y sonrio.
Era una sonrisa de perdon que a Hawk le corto el aliento. Su mundo quedo en silencio. Porque, en aquel momento, no habia nada que deseara mas.
Nicole se inclino sobre el libro de texto.
– No me gustan los problemas de matematicas que empiezan con dos coches viajando el uno hacia el otro. ?Por que tienen que ser coches?
– Algunas veces son trenes -dijo Raoul.
Nicole puso los ojos en blanco.
– Eso no mejora la cuestion. Esta bien, «dos coches van el uno hacia el otro. El coche A rueda a cincuenta kilometros por hora y el coche B lo hace a sesenta y cinco kilometros por hora. Comienzan con dos kilometros de separacion. ?En que punto y a que hora se encontraran, suponiendo que son las dos de la tarde?» -Nicole lo miro-. ?Es una broma?
– No.
– Me lo temia.
Tomo el libro y miro un par de capitulos, con la esperanza de encontrar alguna pista de como resolver el problema. Siguio pasando las paginas hasta que llego a la tapa.
– ?Quieres el libro del ano pasado? -le pregunto Raoul con una sonrisa-. ?O mis libros de la escuela?
– ?Quieres que te ayude?
– A lo mejor no.
Ella le devolvio el libro de texto.
– Esto no es lo mio. Lo siento, pero en la universidad solo tuve una asignatura de calculo y, segun el profesor, era calculo para bobos. Los estudiantes de calculo verdadero se reian de nosotros, pero aprendi a vivir con ello - explico, y siguio mirando el problema-. Creo que vas a tener que pasar los kilometros a metros, y despues, pasar los kilometros por hora a metros por minuto. Despues, escribe una ecuacion con la distancia como funcion de tiempo para cada uno de los coches. Eso te dara el tiempo en comun. Puedes resolverlo con el tiempo. ?Te parece coherente?
El tomo su lapicero.
– Ya te lo dire.
– Si no lo es, he agotado mis conocimientos matematicos de maximo nivel. En serio, despues de esto, tendremos que hablar de la guerra revolucionaria.
Raoul suspiro.
– Prefiero las matematicas a la historia.
– Tipico de los hombres. ?Que quieres estudiar en la universidad?
– Me gustaria estudiar Publicidad.
– ?Excusas para celebrar comidas en restaurantes caros con los clientes?
El sonrio.
– Eso se me daria bien.
– Sobre todo, si esos clientes son mujeres.
El se echo a reir, pero de repente, su semblante se volvio serio.
– Primero tengo que entrar en la universidad.
– ?Es que hay alguna duda? -pregunto Nicole, senalando el libro de matematicas que habia sobre la mesa de la cocina-. Esto no son matematicas basicas, Raoul. Son asignaturas dificiles, y tu estas sacando muy buenas notas.
– Me referia a que tengo que conseguir la beca.
– Ah, la beca de futbol.
– Es el unico modo que tengo de entrar en una buena universidad.
Porque no tenia dinero. Por supuesto, habia prestamos y subvenciones, pero era logico que Raoul quisiera tener una beca si podia conseguirla.
Nicole queria decirle que su forma de jugar al futbol era brillante, y que por supuesto iban a darle una beca, pero ?que sabia ella?
– ?Y que dice el entrenador?