Lina rio.
– Eso no es verdad. Te lo estas inventando.
– Puede ser.
El sonrio y Lina sintio seca la boca. Hacia mucho tiempo que no se sentia tan afectada por un hombre, y le encanto.
Avanzaron por el corredor principal y se dirigieron al ascensor que los llevaria al piso de las habitaciones de invitados.
– ?Que tal va nuestro primer proyecto conjunto? -pregunto el rey-. ?Asad ya se ha fijado en la encantadora Kayleen?
– Por supuesto que si -contesto con una sonrisa-. Kayleen se perdio en el desierto y termino en un poblado. El fue a buscarla y la reclamo como suya… afirma que solo lo hizo por su seguridad, pero yo se que tenia otros motivos. Y cuando volvieron, Kayleen insistio en que no habia pasado nada aunque yo no le pregunte.
– Entonces has tenido exito…
– Aun no, pero lo tendre pronto.
Subieron al tercer piso y salieron del ascensor.
– Tu suite esta aqui al lado. Es la misma en la que te alojaste la ultima vez.
Se detuvieron ante una puerta doble y ella abrio. Las habitaciones de la suite eran grandes, de muebles elegantes y jarrones llenos de flores. Solo las utilizaban jefes de Estado y monarcas.
– He pensado que podriamos salir a cenar esta noche -continuo ella-. En la ciudad hay un par de restaurantes que tienen salas privadas… puedo dar los nombres a tu servicio de seguridad para que los comprueben antes. Tambien hay un par de obras de teatro que tal vez te interesen e incluso un concierto de una orquesta europea, por no mencionar que mi hermano estara encantado si quieres montar alguno de sus caballos y…
Hassan se acerco a ella y le puso un dedo en la boca.
– Creo que ya puedes dejar de hablar.
– Esta bien…
– No he venido para ver obras de teatro ni para montar a caballo. He venido para estar contigo. Me has hechizado, Lina. Nunca pense que volveria a sentir algo parecido y estoy encantado de haberme equivocado. Sospecho que lo nuestro puede tener muchas posibilidades -afirmo.
Lina se quedo asombrada. Hassan habia ido directamente al grano, sin preambulos.
– Yo, bueno… -acerto a decir-. Opino lo mismo que tu.
– Pues veamos adonde nos lleva todo esto…
Despues, la beso.
Capitulo 7
Asad miro a los camareros mientras servian la cena. Habia pavo, varios pasteles y platos de verduras y patatas.
– Estoy hambrienta -murmuro Pepper a Dana-. ?Puedo empezar a comer?
– No -le dijo su hermana-. Estamos esperando a Kayleen. Solo tardara unos minutos.
Kayleen habia llamado por telefono para decir que se retrasaria un poco, asi que Asad intento concentrarse en las ninas.
El plan del principe habia salido bastante bien. La habitacion estaba decorada, la cena dispuesta y Kayleen podria celebrar la fiesta de su pais. Pero a pesar de su exito, se sentia traicionado.
Ahora sabia que ella tenia intencion de marcharse. Kayleen habia insistido en que adoptara a las tres ninas y sin embargo pensaba huir de Palacio. Y por si eso fuera poco, Dana le habia confesado que ellas tampoco sabian si se iban a quedar. La situacion no podia ser mas irritante. El era el principe Asad de El Deharia. El decidia quien se quedaba en Palacio y quien se marchaba.
Alcanzo la botella de vino que habia elegido para la cena y la descorcho con mas fuerza de la necesaria. Si Kayleen pensaba que se podia marchar asi como asi y dejarlo solo con las ninas, estaba muy equivocada. Pero sabia que le molestaba mas: si el hecho de que hiciera planes sin consultarlo con el o de que quisiera marcharse. Sin embargo, intento convencerse de que su marcha solo le importaba por las pequenas, porque ella era su ninera y habia adquirido una responsabilidad.
Al parecer, no estaba nada impresionada por su poder ni por su cargo. Tendria que demostrarle lo que significaba tratar con una persona de la Familia Real.
Se sirvio un vaso de vino y se lo tomo de un trago. No soportaba su actitud desde ningun punto de vista. Le parecia ridiculo que quisiera volver al convento y encerrarse alli de por vida; su alegria y su belleza se marchitarian poco a poco y envejeceria antes de tiempo. Pero estaba decidido a impedirlo. Encontraria la forma de protegerla, incluso contra ella misma.
Ahora solo necesitaba un argumento contundente, que no pudiera rechazar. Por ejemplo, una boda con un hombre que la mereciera. Pero no se le ocurria ningun candidato, y ademas le molestaba la idea de que se casara con otra persona.
Justo entonces, encontro la solucion. Tal vez fuera poco ortodoxa, pero era eficaz.
Considero las distintas posibilidades y supo que tendria exito.
Significaba un gran sacrificio. Pero con el tiempo, Kayleen se lo agradeceria.
Cuando Kayleen entro en las habitaciones de Asad, todavia estaba pensando en su trabajo. Habia avanzado mucho con el informe sobre la educacion de las jovenes en los pueblos de El Deharia y tenia intencion de discutirlo con el durante la cena. Solo entonces, noto todo estaba a oscuras y se pregunto si no se habria metido en una habitacion equivocada.
Extendio el brazo para pulsar el interruptor, pero no tuvo ocasion de hacerlo. Las luces se encendieron de repente y las tres ninas corrieron hacia ella.
– ?Sorpresa!
– ?Que ocurre? ?Cual es la sorpresa?
En ese momento vio la mesa decorada y llena de comida.
– Una cena de Accion de Gracias -respondio Pepper-. Una cena de verdad…
Asad se acerco.
– El cocinero ha hecho lo posible. Nunca habia preparado estos platos, asi que me ha pedido que me disculpe en su nombre si ha cometido algun error.
Kayleen estaba asombrada, Dana y Nadine se acercaron para abrazarla y ella miro a Asad.
– Muchas gracias. Es todo un detalle por tu parte…
– No me lo agradezcas solamente a mi. Lina me recordo lo de la fiesta y las chicas han ayudado con los preparativos. ?Te gusta?
– Oh, si, muchisimo…
Kayleen no lo esperaba en absoluto. Pero estaba todavia mas sorprendida por la sensibilidad y la amabilidad que el principe habia demostrado. Podia llevar una vida facil, de fiestas con actrices famosas y las modelos mas bellas del mundo; y sin embargo, se molestaba en trabajar y hasta en cuidar de tres ninas huerfanas.
Era un buen hombre. El tipo de hombre que ella admiraba, el que la madre superiora le habia recomendado cuando termino los estudios en la universidad. Y le parecia increible que lo hubiera encontrado alli, en pleno desierto.
Asad le sirvio una copa de vino y las chicas volvieron a la mesa.
– ?En que estas pensando? -pregunto el.
– En que no me lo esperaba…
– Yo podria decir lo mismo de ti.
Ella se estremecio.
Cuando ya estaban sentados y empezaron a cenar, Kayleen miro a Dana y le sorprendio ver que tenia