Asad solto una carcajada.

– No, pero tendras otros poderes. Bueno, tenemos que marcharnos. Que durmais bien, pequenas…

– Gracias -dijo Nadine.

Kayleen ya conocia todo el palacio a fondo, pero nunca habia visto la sala de baile llena de gente y se llevo una enorme sorpresa cuando vio las lamparas de arana encendidas, las mesas abarrotadas de comida y a la multitud.

Era como si estuviera en una pelicula. No habia visto a tanta gente atractiva y elegante en toda su vida Se estremecio y penso que la inseguridad la dominaria y que volveria a pensar que ella no pertenecia a ese mundo; pero en lugar de eso, se alegro de tener tanta suerte.

Asad la saco a bailar y pregunto:

– ?En que estas pensando?

– En que soy como la Cenicienta…

– ?Y tambien te marcharas a medianoche?

– No, yo nunca te abandonaria.

– Me alegro, porque no quiero que te vayas. Te necesito. Siempre te he necesitado.

Estaba tan contenta que casi podia volar. La musica era tan perfecta como la noche, y bailaron hasta que el rey aparecio. Solo entonces, Asad comenzo a presentarle a los invitados.

Al cabo de un rato, Kayleen oyo una risa. Era Darlene. Estaba con un hombre mucho mayor que ella.

– ?Es el embajador espanol?

– Si. ?Quieres que te lo presente?

– No lo he dicho por eso.

– Ah, ya lo comprendo… es que Darlene le ha echado el ojo.

– Eso parece.

– Pues me temo que esta casado. Aunque su esposa no suele acompanarlo en los viajes.

– Oh, vaya, tal vez deberia advertirselo a mi madre.

– ?Por que?

– Porque busca seguridad y no la encontrara con el.

– ?Tanto te preocupa su suerte?

– Es mi madre. ?Como no me va a importar?

En ese momento aparecio Qadir, uno de los hermanos de Asad y dijo:

– Creo que ya es hora de que baile con mi futura cunada. Siempre que no te importe, por supuesto…

– Pero solo un baile. Y nada de coqueteos -dijo Asad.

– Tu sabes que yo siempre coqueteo. ?Te preocupa que se enamore de mi?

– No. Es que un hombre siempre protege lo que mas valora.

– Nada de coqueteos -intervino Kayleen-. Mi corazon pertenece a tu hermano.

– Entonces, es un hombre con suerte… esta noche estas preciosa.

– ?Solo esta noche? ?Insinuas que el resto del tiempo soy un monstruo?

Qadir rio.

– Vaya, asi que eso es lo que ha hechizado a mi hermano… tienes cerebro.

– Oh, si, tengo todo tipo de organos. Es raro, pero los tengo.

Qadir volvio a reirse.

Charlaron durante un rato. Qadir le conto historias extravagantes, como la de una duquesa britanica que habia protestado porque no la dejaban entrar a la fiesta con su perrito.

Cuando terminaron de bailar, dejo a Qadir. Se alejo del centro de la sala y vio que Asad estaba hablando con su madre. Eso no podia ser bueno.

– Te marcharas -le estaba diciendo Asad.

– Yo no estaria tan segura -espeto Darlene-. Kayleen es mi hija. ?Quien eres tu para interponerte entre nosotras?

– Un hombre capaz de pagarte para que te vayas.

Kayleen intento abrirse paso entre la gente para detenerlos, pero no resultaba tan facil.

– No volveras a verla. Si ella se pone en contacto contigo, por mi no habra problema. Pero tu no podras llamarla.

– Cuantas normas -se burlo Darlene-. Eso te costara caro.

– Supongo que un millon de dolares sera suficiente.

– Oh, vamos. Quiero cinco.

– Tres.

– Cuatro y acepto el trato.

La gente que estaba a su alrededor los miro con perplejidad. La musica estaba sonando y habia mucho ruido, pero no tanto como para que la conversacion pasara desapercibida.

– Te hare la transferencia en cuanto tenga tu numero de cuenta.

– Te lo dare esta noche -dijo, dandole un golpecito en el brazo-. Pero me alegra saber que te preocupas sinceramente por mi hija. Todo un detalle.

– Va a ser mi esposa.

– Eso me han dicho. Ya sabes que esta enamorada de ti, ?verdad?

– Si, lo se.

– Claro, eso te facilita las cosas.

– Por supuesto.

Darlene inclino la cabeza.

– ?Y crees que es tan tonta como para pensar que tu tambien la amas?

– Tu no le diras lo contrario.

– No le dire nada si tambien me regalas el vestido y las joyas que llevo. Como regalo de buena voluntad, ya me entiendes.

– Como desees.

– En tal caso, nunca sabra la verdad por mi.

Capitulo 14

Kayleen no recordaba haber dejado la fiesta, pero lo habia hecho. Cuando miro a su alrededor, estaba en los jardines. Le dolia todo el cuerpo y tenia los ojos enrojecidos por las lagrimas, pero eso era poca cosa en comparacion con la angustia de su corazon.

Asad no la amaba. La estaba utilizando. No significaba nada para el.

Avanzo por el sendero, apenas iluminado por unos cuantos focos, y miro su anillo de compromiso. Su madre estaba en lo cierto; solo era una tonta ingenua e inocente que se habia enganado hasta el punto de creer que podia conquistar a un principe.

En ese momento oyo un ruido y alzo la mirada. Eran las palomas de la jaula, los pajaros que no huian porque no sabian lo que significaba ser libres o porque no estaban interesadas en la libertad. Ellas tambien habian elegido el camino mas facil.

Cansada y profundamente amargada, entro en el palacio y se dirigio a sus habitaciones. La puerta de la suite de su madre estaba abierta, asi que entro.

Darlene estaba haciendo el equipaje con ayuda de dos criadas.

– Oh, vaya, has venido… asi no tendre que dejarte una nota. Me marcho, como me pediste. Siento que no hayamos tenido ocasion de conocernos mejor, pero buscame la proxima vez que viajes a Estados Unidos

– Te marchas porque Asad te ha pagado cuatro millones de dolares. He oido la conversacion.

– Bueno, no es una gran fortuna; pero se como invertir el dinero. Podre vivir bien y hasta es posible que encuentre a alguien que me ayude a equilibrar el presupuesto.

– ?Y cuando te vas?

– El avion me esta esperando en el aeropuerto. Lo de ser rica tiene sus ventajas -respondio, frunciendo el

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