En el interior del restaurante fueron conducidos a una mesa en un comedor privado. Jefri pidio una botella de vino y echaron un vistazo a la carta, pero Billie no podia dejar de pensar en lo increible de la situacion. Estaba cenando con un hombre que la habia llevado a otro pais a pasar la velada porque era un principe y la prensa no lo dejaba tranquilo. Y su padre era un rey, un rey con palacio y todo.

– ?Que te pasa? -pregunto el, cuando se alejo el camarero.

– Acabo de darme cuenta de quien eres en realidad.

– ?En que sentido?

– Empecemos con algo mas sencillo. Quien soy yo. Mi padre tiene una empresa que nos mantiene, pero no nadamos en millones. Me crie rodeada de aviones y mecanicos, y curse mis estudios por correspondencia. Se mas de volar a cuatro veces la velocidad del sonido que de bailes de graduacion, y en situaciones sociales estresantes suelo meter la pata hasta el cuello.

Jefri se inclino hacia delante y le tomo la mano.

– ?Adonde quieres ir a parar?

Billie se echo a reir.

– A que no entiendo que haces conmigo. He visto el tipo de mujeres con las que sueles salir en las revistas. Son hermosisimas. Estrellas de cine, divas e hijas de grandes fortunas.

– Entiendo. ?Y tu no te consideras como ellas?

– No me siento inferior -dijo ella. Bueno, quiza solo un poco-. Solo diferente.

Jefri le beso los labios.

– Pues haces muy bien. Estoy encantado contigo y me siento muy honrado con tu presencia.

– Vaya, tu si que sabes seducir a una chica.

– Dudas de mi sinceridad.

– En absoluto. Solo intento mantenerme a la altura de las circunstancias.

– Esto no es un concurso, y mi mundo no es como crees. A los nueve anos me mandaron a estudiar a un internado britanico. A los diecisiete, fui a la universidad en Estados Unidos. Mi hermano Reyhan cometio el error de decir quien era cuando entro en la universidad, y tuvo a la prensa detras durante los cuatro anos -volvio a besarle los dedos-. Yo aprendi de su error y decidi mantener en secreto mi identidad.

– ?Funciono?

Jefri asintio.

– Solo se enteraron unos pocos amigos intimos y conoci a mujeres que solo estaban interesadas en mi por mi mismo -dijo, y sonrio-. Fue toda una leccion de humildad.

– Lo dudo -dijo ella, segura del atractivo que tenia sobre las mujeres al margen del titulo principesco.

– Cuando cumpli los veintiun anos, vinieron muchas mujeres a Bahania -continuo el -, buscando la oportunidad de casarse con un principe. Yo no sabia lo que queria, pero desde luego ellas no lo eran. Sin embargo, algunas jugaron sus cartas muy bien y llegaron a enganarme.

– Es comprensible.

– Me case con una de ellas -dijo el.

La confesion resulto tan inesperada que si Billie hubiera tenido una copa en la mano se le habria caido al suelo.

– ?Que?

– En principio parecia perfecta -dijo el, acariciandole los dedos -. Guapa, educada, con antepasados de la realeza europea en su arbol genealogico, y un padre a la cabeza de bancos multinacionales. Todo el mundo estaba encantado con la eleccion.

?Casado? Con cuidado, Billie retiro la mano.

– Ahora no estas casado, ?verdad?

– No -sonrio el, tomandole la mano de nuevo-. La boda fue una ceremonia de estado pero a los seis meses me di cuenta de que mi esposa tenia el corazon de piedra.

Billie habia leido algunas cosas sobre Jefri, pero en ningun articulo se mencionaba su matrimonio.

– ?Estas divorciado?

Jefri asintio.

– No queria que fuera la madre de mis hijos.

Comprensible, penso Billie.

– ?Fue muy duro olvidarla? -pregunto mientras el continuaba acariciandole la palma de la mano con el pulgar-. ?Te rompio el corazon?

– En absoluto, no estaba enamorado de ella.

El camarero llego con la botella de vino tinto, lo que dio unos momentos a Billie para superar el efecto de sus palabras. ?Jefri no estaba enamorado de la mujer con quien se habia casado?

– ?Como es eso posible? -pregunto, cuando quedaron de nuevos solos-. Era tu esposa.

– Si, y habria podido ser la madre de mis hijos. En un matrimonio puede haber respeto y comprension mutua, pero el amor no es necesario.

– ?Que dices? He visto a tus hermanos. Estan enamoradisimos de sus mujeres.

– Entre ellos hay pasion -reconocio el-, ?pero amor? Lo dudo.

– Yo… tu… -Billie sujeto la copa de vino -. ?Como puedes casarte con alguien sin amarlo?

– Un matrimonio real implica ciertos requisitos para ambas partes.

– ?Y el amor? ?Y querer tanto a alguien que no puedes pensar en otra cosa?

Jefri asintio, entendiendola perfectamente.

– Estoy totalmente de acuerdo contigo. En el fondo, soy un hombre del desierto, de sangre caliente.

Esta vez a Billie si que casi se le cayo la copa. ?Como habian cambiado tan radicalmente de tema?

– Tu sabes lo que yo quiero -dijo el, bajando la voz-. Dime que es lo que quieres tu. Si es que te deje en paz, solo tienes que decirlo.

Pero Billie conocia la respuesta. Lo deseaba a el y la pasion que despertaba en el intensificaba aun mas sus sentimientos. Conocia perfectamente los deseos de su corazon, aunque la parte razonable de su cerebro le advertia que la situacion no podia terminar bien. Si continuaba adelante con aquella relacion, solo conseguiria que le destrozara el corazon. Sabia quien era el, y tambien que ella nunca podria entrar a formar parte de su mundo.

Peor aun, era un hombre que se habia casado por sentido del deber, no por amor. Pero ella queria un esposo completamente entregado a ella y a sus hijos.

Lo miro a los ojos.

– Nunca he sentido miedo de volar. No hay avion que me asuste, ni barrera que no pueda superar.

Pero su vida personal habia quedado a merced de sus hermanos y tambien incluso de sus propios miedos.

– No quiero que me dejes en paz -continuo, en un susurro.

– ?Estas segura? Podemos volver o pasar aqui la noche.

Billie miro a su alrededor extranada.

– ?Aqui?

– Tengo una casa junto al mar. Alli nadie nos molestara.

Billie sabia lo que queria. Una noche con el seria un recuerdo que siempre llevaria en el corazon.

– Una casa en la playa, ?eh? -repitio ella-. ?Quieres que vayamos ahora, o despues de cenar?

Jefri la miro durante unos segundos, y despues alzo la mano para llamar al camarero.

– La cuenta, por favor.

Capitulo 8

Si Billie hubiera tenido tiempo para imaginar una casa propiedad de un jeque, jamas habria pensado en un lugar tan hermoso como aquel. El coche los dejo en la puerta principal, y Jefri utilizo una llave para abrir.

En el interior del vestibulo desde el que habia una esplendida panoramica del oceano, habia petalos de rosa y velas aromaticas encendidas distribuidas por todos lados.

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