– Lo tenias preparado.

– Tenia los dedos cruzados -dijo el-. No es lo mismo.

Se acerco a ella y le puso las manos sobre los hombros, le aparto el pelo y la beso en el cuello. Al instante, Billie sintio el calor en la sangre y el deseo en todas las celulas del cuerpo.

– ?Traes mujeres muy a menudo aqui? -pregunto.

El se echo a reir y continuo acariciandole la espalda.

– Tu eres mi primera, pero no la primera. La mansion pertenece al rey de El Bahar y fue construida hace quinientos anos para la amante del rey -le susurro en el lobulo de la oreja, que mordisqueo suavemente.

– Asi que hoy lo has llamado y le has dicho «hola, rey, tengo una chica que quiero impresionar. ?Me dejas la llave de tu nidito de amor?». Mas o menos.

Jefri la volvio en sus brazos y la miro a la cara.

– ?Por que te burlas de mi?

– Porque estoy nerviosa. ?Acaso esta prohibido?

– En absoluto-respondio el, sonriendo-, pero puede que tenga que castigarte por tu impertinencia.

– ?En que consiste el castigo?

– Ahora veras.

Se inclino y la beso. Y ella no pudo evitar pegar su cuerpo a el y rendirse a sus caricias.

Billie entreabrio los labios y le rodeo el cuello con los brazos, saboreando el deseo masculino firme y pleno contra su vientre.

– ?Estas bien? -pregunto el, interrumpiendo el beso-. ?Esto te pone nerviosa?

Billie enmarco la cara con las manos. El se incorporo y la miro.

– No tengo miedo-le aseguro ella, con la misma pasion reflejada en los ojos masculinos-. Jefri, no soy virgen.

Que casualidad. Era la segunda vez que repetia lo mismo en dos dias.

– Despues del ataque, me olvide de los hombres durante un tiempo -continuo-. Hasta que me di cuenta de que no podia seguir asi, de modo que me dije que necesitaba salir con alguien. Estuvimos unos meses en Australia y alli conoci a alguien. Era un hombre muy atento y encantador. El caso es que salimos juntos.

Y se acosto con el varias veces antes de abandonar el pais, con la sensacion de que Andrew tenia tan poca experiencia como ella.

– Lo que quiero decir es que no es la primera vez.

La mirada masculina no dejaba entrever nada.

– ?Y desde tu primer amante? ?Ha habido otros?

– Bueno, no exactamente. Pero no por miedo, desde luego.

– ?Falta de oportunidad o falta de interes? – pregunto el.

– Un poco de las dos cosas.

– Bien -dijo el-. Gracias por hacerme saber que no debo preocuparme por tu pasado -dijo el. La tomo de la mano y la llevo por un corto pasillo-. Pero me gusta hacer las cosas despacio al principio. Espero que no te importe.

– Por supuesto que no.

Despues de todo, ?que sabia ella? Lo basico, si, pero tenia la sensacion de que hacer el amor con Jefri no tendria nada que ver con las relaciones mantenidas con Andrew.

Entraron en un dormitorio inmenso con el suelo de marmol cubierto de petalos de rosa. En una esquina habia una inmensa banera de agua caliente, y en el centro una cama con dosel que daba ilusion de intimidad.

– Para tu pelo -dijo Jefri, dandole unos pasadores que habia sacado de una comoda junto a la puerta.

Billie se recogio los largos rizos en una coleta que sujeto sobre la cabeza. Cuando termino, Jefri se quito la chaqueta y la dejo en una silla.

– Vamos a meternos ahi, ?verdad? -pregunto ella, senalando la banera.

– Si no te importa.

– ?Antes o despues? Ya sabes.

– Antes – Jefri sonrio-. Puedes desvestirte detras de ese biombo.

Billie siguio su mirada hasta un biombo de madera exquisitamente decorado en una esquina. Habia pensado que el se ocuparia de quitarle la ropa, y ahora no sabia si sentirse aliviada o defraudada, pero de todos modos siguio sus indicaciones. Detras del biombo encontro una silla y una bata de seda rosa. Despues de desnudarse por completo, se puso la bata y salio.

Jefri tambien se habia desnudado, y llevaba una bata negra, tambien de seda. Le senalo la banera.

Billie se acerco, pero titubeo antes de desnudarse ante el. El se acerco por detras y le desabrocho la bata, sin darle mucha opcion. Apretando los dientes, Billie salio de la prenda que el sujetaba y entro en la banera.

– Eres increible -dijo el, con una voz pastosa cargada de deseo.

Billie alzo los ojos y vio su reflejo en el espejo que habia detras de la banera. Alli su mirada se encontro con la de el. Jefri dejo caer la prenda rosa al suelo.

– Debo acariciarte -jadeo el-. Un momento, por favor.

Billie no podia moverse, y apenas respirar. Jefri le puso las manos en la cintura, y despues deslizo una hacia arriba y otra hacia abajo. Los dedos de una mano alcanzaron el pecho, mientras los de la otra se deslizaban entre sus muslos. Ya estaba humeda, hinchada y preparada para el.

– Exquisita -murmuro el, antes de besarle el cuello-. Que suave eres -le acaricio el pezon totalmente erecto con el pulgar-. Tus secretos – deslizo los dedos hacia ella.

Un roce sobre el punto de placer y Billie dio un respingo. Jefri le mordio el hombro y sonrio.

– Quiero darte placer -le dijo, dando un paso atras.

Billie se hundio en el agua caliente y se sento. Estiro las piernas y al echar la cabeza hacia atras, se encontro apoyada contra el, que estaba de rodillas fuera de la banera. Junto a el habia una bandeja con varias botellas pequenas. Jefri tomo una y la abrio.

– ?Te gusta? -pregunto, haciendole aspirar la fragancia a naranja.

– No esta mal.

– Quiero que te guste de verdad -dijo el, y continuo abriendo botellas hasta que una mezcla de almizcle y floral le llamo la atencion.

– Esa -dijo Billie.

– Bien.

Jefri se echo un poco de aceite aromatico en las manos y se froto las palmas.

Billie no sabia que pensar. Aquella experiencia estaba totalmente fuera de su mundo, pero si esas eran las artes tipicas de seduccion de un principe, ella se apuntaba al menos a una sesion al mes.

Jefri deslizo las manos bajo el agua y le tomo los senos. El aceite en lugar de disolverse en el agua desperto la sensibilidad de las terminaciones nerviosas y la hizo estremecer.

Jefri hizo circulos alrededor de los pezones, sin tocarlos, y despues le beso el cuello, pero con tanta suavidad que ella sintio ganas de suplicarle mas. Que la acariciara mas, la mordiera mas, lo que fuera pero mas.

Por fin, el acaricio los pezones rosados y ella casi dejo escapar un grito de alivio. Los acaricio entre el pulgar y el indice, enviando llamaradas de pasion desde el pecho directamente al triangulo entre las piernas.

Una excitacion que no habia sentido nunca se apodero de ella y no pudo seguir en silencio.

– Mas -suplico.

– Si. Muevete hacia delante.

Billie sintio el vacio de las manos masculinas al apartarse de su cuerpo. Se sujeto a los bordes de la banera y se deslizo hacia delante a la vez que veia en el espejo el reflejo de Jefri quitandose la bata.

La ereccion masculina no la sorprendio, pero le hizo desear separar las piernas y decirle que la hiciera suya sin mas dilacion. En lugar de eso espero a que el se metiera en la banera detras de ella.

Los cuerpos desnudos encajaron el uno en el otro perfectamente. Jefri la atrajo hacia el, y su ereccion presiono contra la espalda femenina, que no era exactamente lo que ella queria, pero le importo menos cuando el deslizo una mano entre sus piernas.

Billie cerro los ojos y se quedo casi sin aire al sentir los dedos en su centro mas sensible, acariciandola y provocando en ella el placer mas intenso que habia sentido jamas. Se arqueo hacia los dedos masculinos y dejo que la presion fuera ascendiendo hacia…

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