– No, tu padre y yo no nos llevabamos muy bien ultimamente. Sin embargo, he hablado con ella varias veces e incluso hemos comido juntos y me parece una mujer inteligente y razonable. Tal vez, deberias hacer el esfuerzo de conocerla.

– Eso mismo dice Samantha.

David sonrio.

– ?Que?

– Por como dices su nombre, veo que las cosas progresan entre vosotros.

– De eso, nada. Simplemente, somos companeros de trabajo.

– Ya.

– Es verdad. Acaba de salir de un divorcio y no me interesa meterme en eso.

– Pero si ya te has metido.

«?Ah, si?», penso Jack.

A continuacion, recordo el fin de semana que habian pasado juntos, hablando del pasado y de si mismos, volviendose a conocer y a comprender.

?Pero eso no queria decir que estuviera interesado en ella! Bueno, lo estaba, pero solo a nivel sexual.

– No quiero nada serio con ella -se defendio.

– Tu dite eso todos los dias mil veces y, a lo mejor, al final, te lo crees y todo.

Capitulo 8

La fiesta que la empresa daba en honor de sus anunciantes estaba siendo realmente impresionante.

Como era la primera vez que Samantha acudia a aquella fiesta, no sabia si era normal tal dispendio y lujo o en aquella ocasion, dada la situacion, se habia hecho un esfuerzo extra para tranquilizar a los clientes.

Fuera como fuese, estaba encantada de estar alli y se sentia como la Cenicienta del baile.

Por una vez, habia decidido dejar la ropa suelta en el armario y se habia puesto un vestido sin tirantes en un precioso todo verde manzana. La maravillosa tela era casi del mismo tono de sus ojos. Solo llevaba unos pendientes antiguos que parecian de diamantes, aunque no lo eran, y que le favorecian un monton.

Para terminar, se habia pasado casi dos horas peinandose, pero habia merecido la pena porque habia conseguido que sus rizos, que normalmente no habia quien domara, cayeran en cascada sobre sus hombros de manera sensual.

Se sentia bien y sabia que estaba guapa, pero no sabia si lo suficiente como para impresionar a Jack.

– No es que me importe mucho -murmuro mientras se acercaba a la barra a pedir una copa de vino.

Lo cierto era que le apetecia dejar a Jack con la boca abierta.

Al ver a David, se acerco a el. Todavia era pronto y la mayoria de los invitados no habian llegado aun.

– Estas muy guapa -sonrio David.

– Gracias -contesto Samantha-. Este lugar es precioso. Desde aqui, hay una vista maravillosa -anadio sinceramente pues por un lado se veia un maravilloso lago y por el otro las luces la ciudad.

– Si, nos jugamos mucho -sonrio David-. Por cierto, la semana que viene me gustaria tener una reunion para hablar de la publicidad con la que vamos a lanzar la nueva pagina web que estais disenando. Hoy he reservado espacio en un par de revistas infantiles y tambien vamos a salir los sabados por la manana en television.

Samantha se quedo mirandolo con los ojos como platos.

– ?Nos vamos a anunciar en television? -exclamo sabiendo cuanto costaba aquello.

– Jack me ha dicho que ibas a salvar la empresa y que no reparara en gastos contigo.

Samantha dudaba mucho de que Jack hubiera dicho exactamente aquellas palabras, pero si era consciente de que su proyecto le iba a dar un buen empujon a la empresa ahora que tanto lo necesitaba y agradecia mucho su respaldo.

– Te llamare antes de la reunion porque tengo un monton de ideas para los anuncios.

– ?Tu ideas? ?Que raro! -bromeo David.

Samantha se rio.

– Si, la verdad es que tengo ideas para casi todo.

– Eso dice Jack.

Hubo algo en como lo habia dicho que hizo que Samantha se preguntara que le habria contado Jack a su tio David sobre ella, pero no se lo iba a preguntar, claro.

En aquel momento, comenzaron a llegar clientes y David le indico que debian ir a saludar. Asi comenzaron las presentaciones y las conversaciones de negocios en las que Samantha estaba tan versada.

Aproximadamente, una hora despues, Samantha sintio un escalofrio por la espalda y, al girarse disimuladamente, comprobo que habia sido porque Jack estaba detras de ella, hablando junto al ventanal con dos hombres mayores.

Intentando no perder el hilo de la conversacion que estaba manteniendo, sintio que la sangre le corria mas rapidamente por las venas de lo normal, que la piel le quemaba y que le costaba respirar.

Jack estaba realmente guapo ataviado con un esmoquin.

«Esta para comerselo», penso recordando como se habian besado la ultima vez.

A pesar del miedo que le habia quedado como regalo de su matrimonio y del temor que le inspiraban los hombres como Jack, Samantha se encontro deseando que se repitiera su ultimo encuentro, pero con el tiempo necesario como para llegar hasta el final.

Haciendo un gran esfuerzo, consiguio dejar de mirarlo y concentrarse de nuevo en la conversacion pero, transcurridos unos minutos, sintio de nuevo el escalofrio y comprobo que Jack se habia acercado y lo tenia a su lado.

– ?Os lo estais pasando bien? -pregunto Jack al llegar al grupo.

– Una fiesta maravillosa -contesto Melinda Myers, la presidenta de la empresa de concesionarios de coches mas importante del Midwest-. Tu padre se habria sentido muy orgulloso de ti, Jack.

– Gracias -contesto Jack tensandose levemente-. A pesar de lo que ha pasado, no queria romper la tradicion de esta fiesta.

– Una buena idea. Hanson Media Group siempre ha sabido hacer las cosas bien, siempre ha sido un gran socio para mi y no quiero que esto cambie.

– Yo, tampoco -sonrio Jack.

– Samantha me ha estado contando la cantidad de cosas que quiere hacer en Internet. Estoy sinceramente impresionada. Me ha ofrecido pasar a formar parte del proyecto de ampliacion y me lo estoy pensando seriamente.

– Fiate de ella, sabe lo que dice -sonrio Jack.

– Ya se nota.

Samantha hizo un gran esfuerzo para estar pendiente de lo que decia la mujer de negocios, pero le resultaba muy dificil porque Jack le habia colocado al llegar la mano en las lumbares y sentia el calor que emanaba de su piel.

Aquel calor, que se estaba apoderando de todo su cuerpo, se habia concentrado sobre todo en sus pechos.

En un momento dado, otro invitado se acerco a Melinda y la invito a bailar y en un abrir y cerrar de ojos el grupo se habia disuelto y Samantha y Jack se habian quedado a solas.

– ?Que te parece? -le pregunto Jack.

– Todo esta saliendo fenomenal -contesto Samantha-. Estaba preocupada por la reaccion de los anunciantes ante la actual crisis de la empresa, pero parece que todos se lo han tomado bastante bien. Mucho de ese merito es tuyo. Lo siento mucho, porque se que no te hace gracia, pero es la verdad. Te ven como al sustituto perfecto de tu padre.

– Lo que no es decir mucho teniendo en cuenta que mi padre los ha enganado.

– No lo decia en ese sentido.

– Ya lo se -dijo Jack dejando su copa en la bandeja de un camarero que pasaba-. ?Quieres bailar?

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