Gracie se pasaba la vida en la cocina y se vestia muy informalmente. Pam era cuatro anos mayor que ella, pero no lo parecia. Los elegantes pantalones que llevaba le sentaban como un guante El jersey se le cenia perfectamente a la cintura y destacaba unos pechos algo mas grandes de lo debido. Su cabello se le movia con la elegancia de una estrella de cine. No habia una arruga por ninguna parte, ni en el rostro ni en la ropa, y los zapatos que llevaba decian a gritos que eran de diseno.
– ?Has pasado por casualidad? -pregunto, tratando de no pensar que aun habia una pequena posibilidad de que aquella mujer estuviera teniendo una aventura con su cunado. A pesar de que ya no creia completamente a Alexis, aun quedaban por justificar las ausencias de Zeke.
– Tengo una proposicion para ti. Se que probablemente tienes docenas de pasteles que hacer. Se que solo vas a estar aqui un par de semanas y pense… Es una larga historia.
Aquello era una indicacion para que las dos mujeres se sentaran y para que Gracie sirviera algo de picar. Sin poder hacer nada al respecto, Gracie le indico el sofa y se marcho a la cocina para preparar unos trozos de pastel y unos refrescos.
– Dentro de unas pocas semanas voy a abrir un pequeno hotelito -dijo Pam-. Estoy a punto de terminar la renovacion del local que he elegido. Empece con la cocina y ahora ya esta terminada. Desgraciadamente, aun no puedo utilizarla, por lo que estaba pensando que seria genial si quisieras venir a echarle un vistazo.
– ?Por que iba a estar yo interesada en ir a ver tu cocina?
– ?Que tonta soy! -exclamo Pam, riendo-. Aun note he dicho lo que he venido a ofrecerte. Quiero que alquiles mi cocina. Tengo dos hornos industriales y una enorme superficie de trabajo. Con todos los pasteles que tienes que hacer, pense que podrias estar interesada. Yo no voy a abrir hasta despues de la boda de tu hermana, por lo que podrias tener la cocina toda para ti.
En lo primero que penso Gracie fue en lo mucho que le gustaria utilizar aquel horno, que facilitaria mucho su trabajo.
– ?Cuanto pides? -pregunto.
– ?Por que no vienes a echar un vistazo? Si te interesa, podemos negociar las condiciones.
Pam sonrio muy relajadamente, como si quisiera que Gracie confiara en ella..
– Si -decidio, tras pensarlo un poco-. Me gustaria ira echar un vistazo -anadio. Aparte de los hornos nuevos, aquella situacion le daria la oportunidad de vigilar mas de cerca a Pam-. ?Cuando te viene bien?
– Estoy segura de que hay una explicacion -dijo Jill, mientras se sentaba a la mesa del restaurante mexicano de Bill. Para aclarar su comentario, saco un ejemplar del periodico.
– Vaya. Me habia preguntado por que no me llamaste cuando lo publicaron -comento Gracie.
– Pense que ya tendrias demasiadas llamadas. Por favor dime que no estabas en un motel con Riley Whitefield.
– En realidad tan solo estabamos en el aparcamiento. Por la foto se ve claramente que estabamos en el exterior.
– Ya sabes a lo que me refiero.
– Es muy complicado…
– No tengo ninguna cita hasta las tres -afirmo Jill-. Hice que Tina me quitara todos los compromisos para hoy.
– ?Que suerte tengo!
Gracie le conto rapidamente a Jill el fallido intento por seguir a Pam.
– Es decir, que vosotros seguisteis a Pam y el de la camara os siguio a vosotros -comento Jill, despues de que hubieran realizado su pedido-. ?Quien lo envio?
– Ni idea. Me gustaria decir que Pam, porque jamas he sentido simpatia por ella, pero, ?a ella que le importa? El alcalde, por supuesto. Si esta tratando de desacreditar a Riley en las elecciones, el mejor modo de hacerlo es aireando el pasado. Sin embargo, ?como sabia el alcalde donde ibamos estar o que ibamos a hacer algo que mereciera la foto? Todo resulta tan confuso… Para complicar la situacion, Pam vino a verme.
– ?Como dices? -pregunto Jill muy asombrada
– Quiere alquilarme la cocina del hotel que se esta construyendo o acondicionando. No me acuerdo exactamente de lo que me dijo. He quedado con ella esta tarde. Dice que tiene hornos profesionales que yo puedo alquilarle mientras este aqui.
– ?Y quieres hacerlo?
– Si te refieres a lo de tener una relacion con ella, no. ?Utilizar su cocina? Claro que si. Apenas puedo meter el molde mas grande en el horno que tengo ahora. Ademas, el calor no es igual por todas artes. Claro que me gustaria, pero estamos hablando de Pam. Ni siento simpatia por ella ni me cae bien. Podria estar tendiendome una trampa y haber hecho lo mismo con Riley.
– Ya sabes lo que se suele decir: Manten cerca de tus amigos y aun mas a tus enemigos.
– Tienes razon. Estoy segura de que podre hacerlo. Sin embargo, me pone el vello de punta.
– Podrias darle mucho pastel y hacer que engordara. Eso seria muy divertido.
– Ja. Cuando estuvo en mi casa, le di un trozo e pastel y ni siquiera lo probo. Eso no es natural.
– En eso estamos de acuerdo. ?Que vas a hacer?
– Voy a ir a ver esa cocina para ver si merece la pena.
Jill la observo muy atentamente
– Se que hay algo mas, Gracie, ?Que es lo que no me estas contando?
– Nada, yo… Bueno, excepto por verte a ti, siento mucho haber regresado. Hay tantos asuntos familiares.
– ?Como cuales?
– Me siento extrana, como si no encajara, Se que no deberia extranarme. Despues de todo, he estado fuera mucho tiempo y Vivian y Alexis han crecido sin mi. Hemos tenido una experiencia vital completamente diferente y nuestros recuerdos son tambien distintos. Tecnicamente, sigo siendo su hermana pero, emocionalmente, ya no creo seguir siendo un miembro de la familia.
– Yo no creo que eso sea cierto -comento Jill, muy sorprendida-. Ellas te quieren mucho, igual que tu a ellas.
– Es cierto, aunque estoy perdiendo la paciencia muy rapidamente con las dos. Alexis se ha convertido en una exagerada y Vivian parece estar siguiendo sus mismos pasos. Vivian cancela la boda cada quince minutos y desde que se casaron, Alexis lleva obsesionada por el hecho de que Zeke pueda serle infiel. Mi madre parece ser la mas normal de los tres, pero no tardo en echarme la bronca cuando vio esa fotografia en el periodico -comento, sin entrar en detalles de lo que su madre le habia dicho-. Mi vida se ha hecho muy complicada.
– Eso parece. ?Que puedo hacer para ayudarte?
– Ya lo estas haciendo. Tenerte y poder hablar contigo es estupendo. Bueno, ahora estoy completamente aburrida de ser el centro de la conversacion. ?Como te van a ti las cosas?
– Emily esta contando los dias hasta que termine el colegio. Creo que, oficialmente, quedan treinta y cuatro. Hemos estado haciendo toda clase de planes para el verano, que incluyen un viaje a Florida para visitar a mi padre. Em y el se llevan estupendamente. No estoy segura de que resulta mas emocionante para ella, si la oportunidad de ver a su unico abuelo o la de visitar Disney World.
Jill tomo su te helado y dio un sorbo. A continuacion, empezo a trazar un dibujo en el posavasos
– ?Que te pasa? -quiso saber Gracie con una sonrisa-. Tienes un secreto que estas muriendote por contar. Venga, dimelo. Puedes confiaren mi.
– Ya lo se, pero… Bueno Mat y yo estamos pensando en ponernos a ver si tenemos un nino.
– ?De verdad? ?Es genial!
– Vamos a empezar este mes. Me siento muy emocionada, aunque tambien un poco nerviosa.
– Seras una mama genial. Eres maravillosa con Emily
– La adoro -admitio Jill-, pero, cuando yo la conoci, practicamente ya estalla criada. No estoy segura de saber como ocuparme de un hijo.
– Poco mas o menos como el resto de las mamas. Con mucho amor, paciencia y miedo.
– Tienes razon. Mac espera que sea un nino.
– Tipico.
– A mi me da igual. Me siento muy emocionada y asustada, lo que es una combinacion muy interesante.