me pidio que le hiciera un cheque porque este mes va a algo justo.
– Vaya, lo siento.
– Ocurrio. Lo eche del despacho, pero estoy seguro de que volvera. Diablos, probablemente termine dandole el dinero para que me deje en paz.
– Lo siento -repitio ella, abrazandolo-. No como mejorar esta situacion.
– No te corresponde a ti.
– Lo se, pero a pesar de todo me gustaria arreglarlo -susurro, acariciandole suavemente el rostro-. Vente a casa conmigo.
– Esa es una solucion a corto plazo -repuso Riley.
La expresion de su rostro no cambio en absoluto.
– Es la mejor que te puedo ofrecer ahora mismo.
– No me estoy quejando.
Capitulo 14
Gracie se pregunto si se arrepentiria de camino a casa. La noche era oscura y el coche estaba sumido en un absoluto silencio. La unica comunicacion que existia entre ellos era que Riley le habia dado la mano y le acariciaba el reverso muy suavemente con el pulgar.
Su cuerpo era una extrana combinacion de tension y relajacion. Mientras que el pensamiento de dos haciendo el amor la hacia temblar, se sentia a vez completamente tranquila. Era como si la decision se hubiera tomado hacia un millar de anos como si ella simplemente estuviera cumpliendo con su destino.
– ?Quieres quedarte en mi casa? -le pregunto Riley, a medida que se acercaban a la gran mansion-. Podrias dejar tu coche en el garaje.
– Me parece bien.
Riley condujo el vehiculo hasta las puertas del garaje y apreto el boton del control remoto. Mientras las puertas se abrian, Gracie se bajo del coche y se dirigio al lugar en el que estaba aparcado el suyo.
Cinco minutos mas tarde, los dos coches estaban aparcados juntos mientras Gracie lo seguia hasta la enorme cocina. Solo con ver aquel enorme espacio, Gracie sintio que el corazon empezaba a latirle con mas fuerza.
– ?Que envidia me da! -suspiro.
– ?Te apetece algo de comer? -pregunto el, mientras se dirigia al frigorifico.
Gracie lo siguio.
– ?Tienes comida?
– Tengo las sobras de una comida preparada respondio Riley, sacando una botella de champana-. ?Ves algo que te guste? -anadio al ver que ella trataba de mirar por encima de su hombro.
Sin embargo, Gracie no pudo apartarlos ojos del champan el tiempo suficiente como para hacer una seleccion de menus.
– ?Tenias esa botella refrescando para una de tus mujeres de usar y tirar o…?
Riley le enredo la mano que tenia libre en el cabello, tiro de ella y la beso. El gesto fue rapido, apasionado y lleno de promesas.
– La compre ayer.
– ?Quieres decir despues de que…?
– Si. Despues de que hicieramos el amor. Compre esta botella de champan especialmente para ti.
Gracie se sintio emocionada. Ningun hombre habia comprado jamas champan paca ella. Y mucho menos una botella de Dom Perignon.
Rapidamente, cerro la puerta del frigorifico con in movimiento de cadera.
– No tengo mucha hambre. De comida…
– Bien -replico el con una sonrisa.
Riley se acerco a un armario y saco dos copas. Entonces, le indico la puerta con un movimiento le cabeza.
– ?Vamos?
– Por supuesto.
Gracie lo siguio hasta la escalera. No habia visto nunca aquella parte de la casa. Al llegar al segundo piso, Riley la condujo hasta una puerta que habia al fondo del pasillo y la abrio.
Gracie no estaba segura de que esperar. No sabia si Riley habria elegido el dormitorio de su tio o habria escogido otro espacio. Al mirar a su alrededor, vio que el se habia decantado por un espacio neutral, lo que parecia una habitacion de invitados con una enorme cama, dos mesillas de noche y una comoda. La luz del pasillo iluminaba una alfombra que parecia ser de color crema.
Riley dejo la botella de champan en la comoda y se dispuso a abrirla. Segundos mas tarde, estaba sirviendo las dos copas.
– Jamas he tomado antes un champan tan bueno -dijo Gracie, tomando la copa que el le daba para darle un sorbo.
Las burbujas le rebotaban en la lengua, produciendole un agradable cosquilleo. El sabor era ligero delicioso, casi dulce y adictivo.
– ?Te gusta?
– Mucho. Desgraciadamente, no puedo incluirlo en mi presupuesto.
– Puedes reservarlo para ocasiones especiales -dijo Riley.
Entonces, dejo su copa encima del vestidor y se acerco a ella.
Al ver que el se acercaba, Gracie dejo su copa en la mesilla de noche justo antes de que el la tomara entre sus brazos.
La primera vez que habian hecho el amor, habia sido de un modo casi frenetico. Gracie lo habia deseado con una desesperacion que no le habia permitido hacer mucho mas que sentir. Aquella vez, tuvo tiempo de pensar y de experimentar a la vez. Trato de prestar atencion a cada detalle para poder revivirlo mas tarde.
Noto que incluso cuando el la besaba, lo hacia de un modo suave y seductor, que prometia mucho mas. Le coloco una mano en la cadera y la otra se la enredo en el cabello. Gracie noto que lo habia hecho antes. Parecia gustarle mucho tocarle el cabello.
Cuando Riley profundizo el beso, suave y delicadamente, Gracie sintio que los musculos del estomago se le contraian y que los pechos empezaban a tensarsele. Estaba gozando plenamente con la pasion y la fuerza de Riley.
El le exploro la boca, tocandosela, rodeandosela constantemente. Cuando Riley se aparto de ella, fue Gracie la que se lanzo. Queria conocer cada parte de el. Sabia a champan y olia a oceano, a noche y a deseo.
Cuando Riley movio la boca para poder besarle la mandibula, ella inclino la cabeza en la direccion opuesta para facilitarle el acceso. Fue bajando poco a poco por el cuello, mordisqueandoselo. La piel de Gracie se hizo increiblemente sensible y los senos se le hincharon aun mas, de modo que ella noto los pezones erguidos y dispuestos. Deseaba que Riley le arrancara la ropa y la poseyera alli mismo, aunque tambien queria que el avanzara lentamente para que el momento no terminara nunca.
La indecision se apodero de ella. Riley le estaba lamiendo el lobulo de la oreja, la piel del cuello y entonces se dirigio directamente hacia los senos.
Sin pensar, Gracie empezo a desabrocharse la camisa y se la quito. Entonces, Riley se inclino sobre ella mientras Gracie trataba desesperadamente de desabrocharse el broche del sujetador. Estuvo a punto de arrancarselo en su desesperacion por ofrecersele.
Por fin, el sujetador termino en el suelo, encima de la camisa. Sin embargo, en vez de seguir acariciandola, Riley se incorporo.
– Eres tan hermosa -le dijo, mirandola a los ojos-. Me haces desear cosas…
– Bien.
Gracie no estaba interesada en hablar en aquel momento. Preferia la accion antes que la conversacion. Desgraciadamente, Riley no parecio leerle el pensamiento. Tomo su copa y dio un largo trago. Entonces, volvio a dejarla, se inclino sobre ella y empezo a besarle un pezon.