lo que estaba ocurriendo en aquellos momentos, incluido el hecho de que Gracie podria estar embarazada, deberia haber salido huyendo. Resultaba extrano que ni siquiera deseara hacerlo. Deseaba quedarse justamente donde estaba. Alli con ella.
Sin dejar de acariciarle la espalda, se enredo los dedos en las puntas de su cabello. ?Habia pasado antes la noche con una mujer? ?Habia permitido que alguna de ellas se quedara en su casa? Decidio que no habia ocurrido desde el breve matrimonio con Pam.
?Por que en aquellos momentos? ?Por que con Gracie? No tenia ninguna respuesta. Tal vez ni siquiera deseaba encontrarlas.
Gracie se desperto como siempre, lenta y con la gran apreciacion de haber dormido bien. Se estiro y se encontro en una cama poco familiar. Se sento en el colchon y, tras apartarse el cabello del rostro, vio una nota sobre la almohada.
Toco suavemente el papel, como si haciendolo pudiera tocar al hombre que lo habia escrito. En realidad, no era asi y encontro que la nota era un sustituto muy pobre de la realidad. Se tumbo de costado y miro el lado de la cama en el que el habia estado durmiendo
– ?Y ahora que? -susurro, acariciando suavemente las sabanas.
?Que iba a ocurrir en lo sucesivo? ?Quien era aquel hombre que tan diestramente sabia acariciarle el corazon y el alma? Se le tenso el estomago. Por una vez, la tension no tenia nada que ver con el acido ni con el pensamiento de que podria estar embarazada. Se trataba mas bien de los sentimientos que estaba empezando a tener por Riley
– No puedo… No puedo enamorarme de el. Riley era su pasado. La razon de las humillaciones que habia sufrido a lo largo de los anos. Empezar una relacion con el seria…
Cerro los ojos y escucho la voz de su madre diciendole que todo el mundo se reia de ella. No estaba dispuesta a pasar de nuevo por tanto sufrimiento. Ni siquiera cuando…
– Un momento -dijo en voz alta: Se volvio a sentar en la cama y miro hacia la pared opuesta-. Esta es mi vida, no la de mi madre. Ni la de nadie. Es mia. Decido yo.
Y la decision era seguir adelante. No tenia ni idea de lo que Riley sentia por ella, pero la decision era firme. Si habia alguna posibilidad, queria aprovecharla y si no, debia saber a que atenerse. Si al final terminaba con el corazon roto, seria mucho mejor que pasarse el resto de su vida preguntandose o lamentandose.
Cuarenta y cinco minutos despues, tras darse una ducha y vestirse, Gracie se marcho -con la intencion de pasarse por el despacho de Jill. Habia recibido ocho mensajes de su amiga y queria asegurarle que estaba bien y tal vez incluso contarle lo que estaba ocurriendo. Dado que el alcalde habia contado detalles de su vida privada a todo el mundo, le parecia una tonteria ocultarle cosas a su mejor amiga.
De repente, se dio cuenta de que estaba muy cerca de la casa de su madre. Tal vez deberia pasarse a verla para recibir su dosis diaria de duras palabras. Despues de eso, le diria que, a pesar de que la amaba y agradecia sus consejos, tenia que tomar sus propias decisiones y que, en aquellos momentos, dicha decision tenia que ver con la relacion con Riley. Tal vez era un error, pero seria su error. Si su familia no podia apoyarla, haria todo lo posible por comprender.
Cuando aparco el coche delante de la casa familiar, vio que el coche de Vivian estaba delante del garaje. “Genial”, penso Gracie. Dos por el precio de una.
Levanto la mano para llamar a la puerta y, entonces, se dio cuenta de que esta estaba abierta. La empujo suavemente y dijo:
– Hola, soy yo-. Nada.
– ?Mama? ?Vivian?
Oyo un ruido procedente de la parte posterior de la casa y se dirigio en aquella direccion. Entonces, oyo voces.
– No me puedo creer que vayas a hacer esto -decia su madre con voz mas que enojada-. ?Que es lo que te pasa?
– Nada. No se por que estas tan disgustada -replico Vivian.
– Estoy disgustada porque esta boda esta costando miles y miles de dolares.
– Yo me voy a pagar mi vestido.
– Un vestido que cuesta mas de tres mil dolares. Hasta ahora, tu contribucion es de doscientos. Cielo, quiero que seas feliz y que tengas la, boda de tus suenos, pero no puedes cancelarla constantemente,
– Lo se; pero es que Tom se porto muy mal anoche. Creo que no puedo estar con el.
– Muy bien. Si quieres cancelar la boda, hazlo, pero que esta vez sea para siempre. No pienso seguir asi. Tal y como estan las cosas me voy a quedar sin cinco mil dolares, y eso es solo en depositos. No tengo ese dinero. He tenido que pedir una hipoteca sobre la casa para poder pagarlo. Puedo devolver el resto, pero ?de donde voy a sacar esos cinco mil que he perdido? No me importaba cuando era para tu boda, pero no quiero desperdiciar el dinero solo porque tu no eres capaz de decidirte.
Gracie dio un paso atras. No queria seguir escuchando. ?Por que demonios habia tenido su madre que pedir una hipoteca para pagar una boda? Era la locura, especialmente cuando Vivian no parecia estar segura de lo que queria. Por lo que parecia, la boda iba a costar mas de veinticinco mil dolares. Practicamente se podia pagar la universidad una persona con ese dinero.
– ?Mama, no! -empezo a gritar Vivian-. Lo siento. Se que estoy poniendo las cosas muy dificiles. No quiero que tengas que perder el dinero y se que la boda es demasiado cara. Trabajare mas. Lo hare. Ire a hablar con Tom. Lo solucionaremos todo. No anules la boda, por favor.
– Esta bien, pero no quiero mas tonterias. Hay demasiado en juego.
Gracie se dio la vuelta y, sin hacer ruido, se marcho de la casa. No queria entrometerse en aquella conversacion privada entre madre e hija y demas, no estaba de acuerdo con lo que estaban haciendo.
Mientras iba de camino a ver a Jill, no hacia mas que recordar la conversacion que habia estado escuchando. Una vez mas se sintio muy triste por estar al margen de todo. La cercania que una vez habia sentido con su madre y sus hermanas habia desaparecido para siempre, lo que significaba que estaba completamente sola.
Riley se sorprendio disfrutando de su jornada en el banco. Despues de la noche que habia pasado con Gracie, le resultaba facil ignorar las miradas y los susurros de sus empleados. Que hablaran. El sabia que, al final, terminaria ganando la batalla.
Sin embargo, Zeke no estaba de acuerdo.
– Estamos metidos en un buen lio -dijo-. Tendre las nuevas cifras esta misma tarde, pero no van a ser tan buenas. Todo el mundo te adoraba por estar con Gracie, pero te odiaran con la misma insistencia por haberla tratado mal.
– Eso no es cierto.
– Pues eso parece.
– Mira, mi vida privada…
– Maldita sea, Riley. Si tenias.que desahogarte un poco, podrias haberlo hecho en otro condado.
Riley se levanto antes de que Zeke pudiera terminar la frase. Se inclino por encima del escritorio y agarro a Zeke por la pechera.
– No hables asi de ella -le espeto.
Zeke asintio y se aparto de el. Riley lo solto. El primero trago saliva y se arreglo la corbata.
Bien… De acuerdo. Necesitamos las cifras -susurro, mirando a Riley con expresion de cautela-. ?Vas a seguir viendola?
– Si.
– Gracie es fantastica. Mi cunada. Siempre me ha caido muy bien, pero ya sabes que la afirmacion de Yardley va a costarte muchos votos. No sabemos cuantos.
– Nos enfrentaremos a ello.