inicio y se preparo para sufrir.

A su lado, Jackson se quito los cascos.

– Buenos dias -dijo con una sonrisa.

El tampoco se duchaba antes de entrenar. No se habia peinado, ni se habia molestado en afeitarse. Asi que ?por que parecia un modelo anunciando sexo apasionado a primera hora de la manana?

– Hola.

– Has madrugado mucho.

– Lo necesito para mantener mi indice de masa corporal por debajo de las dos cifras.

Jackson la miro de arriba abajo y luego sacudio la cabeza.

– Que va. Estas estupenda.

Ella se sonrojo de placer. Pero, como ya estaba colorada por el ejercicio, tuvo la tranquilidad de saber que el no lo notaria.

– Gracias, pero es la verdad. Tu me viste cuando era gorda. Siempre estoy en un tris de volver a serlo.

De lo que mas se acordaba Jackson era de lo guapa que era Katie de adolescente, aunque hubiera amenazado con darle una paliza. No tenia ganas de pasar la tarde con una cria, pero en cuanto la vio, se sintio… intrigado. Tan intrigado como podia estarlo un chico de dieciseis anos, reprimido y torpon.

Ya no era un reprimido, penso mientras procuraba no mirar sus pechos, que rebotaban al ritmo de sus movimientos. Y no solo porque no quisiera que lo pillara mirando: sus pantalones cortos no ocultarian su inevitable reaccion fisica, y menudo corte.

– Te preocupas demasiado -le dijo.

– Tu nunca estuviste gordo -contesto ella con un brillo divertido en los ojos azules-. Pero no pasa nada. Llevo casi doce anos entrenando todos los dias y ya casi me gusta.

El se rio.

– ?Esa es la meta? ?Disfrutarlo?

– Todo el mundo ha de tener sus fantasias.

– ?Fue asi como empezaste a interesarte por los deportes? ?Haciendo ejercicio?

Ella tomo su botella de agua y bebio un largo trago.

– No. Siempre me ha encantado el deporte. Creo que es por influencia de mi padre. Mi madre dice que, en vez de leerme cuentos de hadas por las noches, me leia el suplemento deportivo. Ya de pequena me interesaban el futbol y el beisbol.

– ?Juegas a algo?

Ella sacudio la cabeza.

– Ojala. Lo he probado todo. Y lo mejor que puedo decir de mi misma es que no jugaba del todo mal al futbol. Claro que tampoco era buena. Pero no importa. Es simplemente que no tengo coordinacion. Ni soy rapida. Ni atletica. Ya has visto a la tia Tully. Fisicamente, salgo a ella. Asi que ya sabes: los que pueden, lo hacen, y los que no, se dedican a escribir. Yo fui a Ashland College a aprender a escribir.

– Fue alli donde estudiaste periodismo deportivo.

Algo brillo en sus ojos azules.

– Te has acordado.

Se acordaba de casi todo lo que habia dicho, penso Jackson. Era una de esas mujeres que costaba olvidar.

– Eres la primera periodista deportiva que conozco -dijo con ligereza-. Y uno nunca olvida su primera vez.

Katie se rio.

– Eres un encanto. En serio. ?Alguna vez has ido a la reunion de antiguos alumnos de tu instituto?

Jackson se estremecio.

– No, gracias. Prefiero enfrentarme a las llamas del infierno.

– Pues deberias pensartelo. Causarias una autentica conmocion. Todas esas chicas que te despreciaron, se volverian locas por ti.

– Puede que no quiera que se vuelvan locas por mi.

– ?No te gusta la venganza?

– No. No necesito su aprobacion para disfrutar de la vida -se quedo mirandola-. ?A ti te gusta la venganza? Porque, si es asi, este es el fin de semana perfecto.

Katie se limpio la cara con una toalla. Hasta sudorosa y acalorada estaba guapa, penso Jackson. Tenia el pelo de punta y sus pechos seguian rebotando. Aquella era su idea de una manana estupenda.

– Por citar lo que tu mismo acabas de decir, no, gracias. Alex no me interesa. Tuvo su oportunidad y la echo a perder.

– Ese tipo es idiota.

Katie sonrio.

Jackson sintio que el calor de su sonrisa le llegaba hasta la entrepierna.

– Dices unas cosas muy bonitas -le dijo ella-. Courtney puede ser un autentico incordio. Pero tienes que entender el contexto. Estuvo enferma de pequena. Tuvo cancer. Todo el mundo la mimaba y, cuando se curo, seguimos tratandola como si fuera a morirse en cualquier momento. Se acostumbro a los mimos, y ademas se volvio preciosa al hacerse mayor y los chicos empezaron a enamorarse de ella. Algun dia madurara y, cuando lo haga, sera una buena persona. Creo que Alex la quiere de verdad. Este es su fin de semana. Quiero que todo les vaya bien.

Aunque su entrenamiento ya habia acabado, Jackson siguio hasta que termino Katie. Salieron juntos del gimnasio y se dirigieron a las escaleras. En el piso principal, Jackson se disponia a preguntarle si queria desayunar cuando alguien le toco el brazo.

– ?Jackson? Hola.

Al volverse, vio a Ariel parada en el vestibulo. Seguia siendo alta y preciosa, con el pelo rubio rojizo y los ojos del color de la hierba en primavera. Era muy guapa, pero no la habia echado de menos despues de su marcha.

– Ariel -dijo, y miro a Katie-. Katie, esta es Ariel, una magnifica pastelera.

Katie los miro a los dos y esbozo una sonrisa que no parecia muy feliz.

– Que bien. Estamos encantados de tenerte aqui. ?Ya has visto la cocina? Hablamos con el personal y te han reservado una zona para que trabajes. El repostero jefe hizo los bizcochos anoche, para que estuvieran frios y listos para que montes la tarta. Te agradecemos muchisimo tu ayuda.

Ariel seguia mirando Jackson.

– No tiene importancia. Asi yo tambien podre ocuparme de un par de cosillas -lo miro a los ojos un momento mas, como si le diera a entender algo, y luego miro a Katie-. Aun no he visto la cocina.

– ?Por que no vais ahora mismo? -pregunto el, preguntandose por que Ariel se portaba de forma tan extrana. ?Estaba enfadada por que la hubiera llamado por trabajo? Pero, si no le hubiera interesado el trabajo, lo habria rechazado.

– Claro -dijo Katie-. La cocina esta por aqui.

Ariel era una de esas mujeres que fascinaban a los hombres e intimidaban a los hombres sin necesidad de derramar una sola gota de sudor. Katie, en cambio, llevaba sudando cuarenta minutos. No estaba en su mejor momento cuando mostro la cocina a aquella alta y despampanante pelirroja. Por suerte, Ariel no parecio fijarse en ella, asi que tampoco tuvo nada que objetarle.

Katie le enseno las capas de bizcocho recien horneadas y los adornos de la tarda y le presento a Andre, su «contacto en la cocina». Luego se dirigio a la maquina de cafe que habia en el vestibulo. Tras beber el primer sorbo, cerro los ojos e inhalo el aroma del cafe. Y no porque necesitara la cafeina para sentirse despierta, sino porque aquel ritual la mantenia anclada en un mundo en el que los antiguos patosos como Jackson no le aceleraban el corazon con un solo beso o una sonrisa, ni tenian ex novias semejantes a diosas. Justo cuando creia que tenia posibilidades, se dijo con amargura. Estaba tan segura de que entre ellos habia quimica, de que a Jackson le gustaba de verdad, de que estaba interesado en ella… Y tal vez no se equivocaba, pero era imposible que compitiera con alguien como Ariel. Aunque, de todos modos, no habia ninguna competicion, claro, pero aun asi. ?No podia haber salido Jackson con alguien un poco mas… normal?

Volvio a llenarse el vaso y se dirigio hacia los ascensores. Cuando se abrieron, salio su hermana Courtney.

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