– La tendras en unas horas y tienes que comer.

– Por los bebes -dijo ella con la mano sobre el vientre-. ?Crees que deberia cantarles algo?

El se rio.

– ?Quieres hacerlo?

– No se me da muy bien.

– Podrias animarlos. ?Te acuerdas de alguna del instituto?

Ella se rio.

– Te lo agradezco, pero es demasiado extrano para mi.

El le acaricio la mejilla.

– Mirate. ?Que van a decir tus amigas?

– Mis amigas me apoyaran por completo. Las que lo saben ni siquiera se han sorprendido, pero mis amigas de antes… -suspiro-. Como te he dicho, en el instituto no fui muy simpatica. Demasiado dinero y genio y nada de compasion.

– ?Cuando cambio eso?

– En mi ultimo ano.

La puerta se abrio y una enfermera se asomo.

– Puedes irte, Pia. Cuando estes vestida, pasate por recepcion. Volveremos a verte dentro de dos semanas.

– Gracias.

Se incorporo y Raul la beso.

– Esperare fuera.

– De acuerdo.

Lo vio marcharse y con cuidado se puso de pie y comenzo a vestirse. Mientras se ponia los vaqueros, se dio cuenta de que confiaba en Raul. Al menos por el momento. Despues de tanto tiempo, era agradable tener a alguien en quien poder confiar.

Capitulo 9

Pia estaba sentada en una mesa frente al escenario del instituto.

– ?Estas de broma, verdad? -le pregunto a la alcaldesa.

Marsha apoyo los codos sobre la mesa y bajo la cabeza hasta sus manos.

– Ojala. Fui al bano y cuando volvi habian votado para tener un concurso de talentos de las mujeres solteras del pueblo. Supongo que quieren autobuses llenos de hombres que puedan echarle un buen vistazo a la mercancia disponible.

Cuando se le habia pedido a Pia que acudiera a una audicion, no habia tenido ni idea de donde se metia.

Alli habia por lo menos cincuenta mujeres, lo cual le parecio increible, y no de un modo positivo. Llevaban desde tutus hasta disfraces de pastoras. Algunas querian empezar diciendo todo lo que sabian cocinar e incluso una mujer sonrio ampliamente para demostrar que tenia todos los dientes.

– ?Como si eso la convirtiera en buen material de cria! Dime que esto no esta pasando.

– Ojala pudiera.

– ?Cuando nos hemos vuelto tan desesperadas? Siempre he sabido que habia escasez de hombres, pero ?tanto? Somos felices como estamos. Hay mas mujeres desempenando los trabajos tradicionalmente relacionados con los hombres. ?No es eso positivo?

Marsha alzo la cabeza y suspiro.

– Me han dicho que hay mujeres que quieren sentar cabeza, casarse y tener familia. Eso es mas dificil aqui. Tienen que elegir entre el surtido limitado que tenemos a mano o trasladarse.

– ?Surtido que tenemos a mano? -y luego las mujeres se quejaban de que los hombres las trataban como si fueran objetos-. No lo comprendo.

– Yo tampoco, pero es demasiado tarde para deshacerlo. Llegan hombres todos los dias.

Una joven veinteanera subio al escenario. Llevaba un leotardo rosa claro y una falda corta. Asintio y comenzo a sonar una musica. En cuestion de segundos la participante estaba cantando y haciendo la coreografia de un famoso musical de Broadway.

– Es buena -murmuro Pia-. ?Que tengo que hacer? ?Tomar notas sobre las que mas me gustan? ?De verdad vamos a tener un concurso de talentos?

– No veo el modo de evitarlo, pero me resulta humillante.

– Em, no. Ese honor se lo concederemos a la mujer que hacia malabares con las tartas que habia cocinado.

Pia siempre habia adorado Fool’s Gold. El pueblo tenia tradiciones y educados residentes. La gente se preocupaba la una de la otra. ?Y ahora, un capitulo de una tesis y un autobus cargado de hombres iban a cambiarlo todo?

Tal vez habia algo en el aire que avisaba de un cambio. No habia mas que verla a ella. Dos dias antes le habian implantado unos embriones. Despues, se habia pasado la tarde en el sofa y aun no habia podido dejar de pensar en ello. Estar embarazada era mas un concepto que una realidad. ?Como era posible que estuviera embarazada?

De cualquier modo, le habian implantado los embriones. ?Estarian aferrandose a ella como les habia pedido? ?Estaban creciendo y haciendose mas fuertes y grandes?

Se acaricio el vientre, como si pudiera sentirlos en su interior.

Unos aplausos la devolvieron a la realidad y aplaudio tambien antes de girarse y ver a Marsha mirandola.

– ?Donde estabas? -le pregunto la alcaldesa-. Era muy buena, asi que no ha podido ser por el baile.

– Lo siento. Prestare atencion -agarro su boli y se acerco la libreta-. ?Quien es la siguiente?

– ?Va todo bien?

– Estoy muy bien.

La alcaldesa no parecia muy convencida.

Pia respiro hondo.

– Crystal me ha dejado sus embriones.

El rostro de Marsha se relajo en una sonrisa.

– ?Si? Sabia que se los cederia a alguien. Debes de estar conmovida y aterrorizada a la vez. Es mucha responsabilidad.

– Y que lo digas. Crystal espera que tenga a sus bebes.

Marsha asintio.

– Es pedirle mucho a una amiga. ?Vas a hacerlo?

– Yo… Me los he implantado hace dos dias. Habia tres embriones. Todos han sobrevivido a la descongelacion, aunque supongo que no es lo que suele pasar. En dos semanas sabremos si se han implantado.

Marsha parecio quedarse impactada un momento y despues la abrazo.

– Bien por ti. Es algo increible. Estoy muy orgullosa.

Esas palabras hicieron que Pia se sintiera bien.

– Estoy impactada. Nada de esto me parece real.

– Te llevara tiempo.

– Tengo nueve meses. Supongo que incluso ahora mismo mi cuerpo podria estar cambiando, pero no me siento distinta.

– Te sentiras. Sobre todo si tienes trillizos.

– No me digas eso. No puedo asumir lo de un bebe, y mucho menos lo de tres. Voy a tener a estos ninos sola.

Marsha le apreto la mano.

– Todos estaremos a tu lado, Pia. Lo sabes, ?verdad?

Ella asintio.

– Todo es surrealista. No dejo de volver a hacerme la misma pregunta. ?Por que me eligio Crystal?

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