– Porque te queria y confiaba en ti.

– Supongo.

La alcaldesa sonrio.

– Tengo una peticion personal que hacerte.

– Claro.

– Por favor, ?puedes tener varones?

Pia se rio.

– Ya esta decidido todo. Lo siento. Deberias haberlo hablado con Crystal.

– Odio llegar siempre tarde para todo -se giro hacia el escenario donde un par de chicos estaban colocando unos arboles de carton-. Dios mio, ?que vendra ahora?

Raul atraveso el edificio principal del campamento. Un mes antes, los ultimos campistas del verano se habian marchado a casa y la cuadrilla de mantenimiento se habia puesto a preparar las instalaciones para el invierno. Ahora, varios cientos de ninos llenaban las distintas salas, pegaban carteles en las paredes y mataban el silencio con sus carcajadas.

El seguia pensando en un campamento que funcionara durante todo el ano, pero hasta que pudiera hacerlo realidad, utilizar las instalaciones para la escuela temporal era lo correcto.

Las reuniones preliminares para reparar y reconstruir la escuela incendiada no habian sido muy positivas. El dano era extenso y los fondos limitados. En terminos realistas, la nueva escuela elemental no estaria preparada hasta que pasaran dos anos, lo que hacia que sus planes tuvieran que esperar mas. Su mayor preocupacion era hacer que Dakota Hendrix siguiera trabajando para el. Era inteligente y estaba muy capacitada; estaba seguro de que estaba muy solicitada, asi que tendria que pagarle un buen sueldo y prometerle que ademas de dirigir el campamento de verano, estaria al mando del nuevo programa.

El colegio habia contratado sus servicios unas horas a la semana. Ella ofrecia asesoramiento y actuaba de mediadora entre el campamento y la escuela. Hasta el momento no habia habido ningun problema, y mientras que Raul no anticipaba ninguno, habia aprendido que lo mejor era estar siempre preparado.

Miro el gran reloj de la pared. Pasaban unos minutos del mediodia. Ahora el pasillo estaba relativamente tranquilo, pero en unos dos minutos sonaria la campana y los ninos saldrian de sus clases corriendo hacia la cafeteria.

Lo sabia porque estaba alli la mayoria de los dias. Por alguna razon, se habia acostumbrado a jugar al balon con un grupo de ninos durante la hora del almuerzo. No le importaba demasiado y tenia la precaucion de no pasar mas tiempo con un nino en con otro. Estaba bien relacionarse con ellos en grupo, pero no queria encarinarse con ninguno especificamente.

Lo mejor era mantener un poco las distancias, por mucho que quisiera implicarse.

Cuando la campana sono, las puertas se abrieron de golpe y unas agudas voces rompieron el silencio. En cuestion de segundos, se vio rodeado de una docena de ninos queriendo almorzar con el.

Estaba a punto de decirles a todos que no, con la promesa de que despues jugarian en el patio, cuando vio al chico pelirrojo. Peter, asi era como habia dicho Pia se llamaba.

– Conoces a mi amiga Pia -le dijo al chico.

Peter sonrio.

– Si. Nos conocimos en el parque. Es guay, para ser una chica.

– Le hare llegar tu cumplido.

– ?Vas a almorzar con nosotros? -le pregunto el amigo de Peter-. Te guardaremos un sitio y todo.

Raul vacilo y despues asintio.

– Claro -tal vez asi tendria oportunidad de hablar con Peter y descubrir si tenia algun problema en casa.

Fueron a la cafeteria y se pusieron a la cola. Raul agarro una bandeja y sonrio a la mujer que estaba sirviendo macarrones con queso.

– No tomare nada si no hay suficiente.

– Oh, siempre hacemos de mas. La mayoria de los profesores tambien comen aqui -dijo la mujer y echo una porcion de pasta en su plato.

Despues vinieron las judias verdes junto con fruta. El agarro dos cartones de leche en una mano y contuvo la sonrisa cuando los chicos que lo acompanaban intentaron hacer lo mismo.

Tenian las manos demasiado pequenas, asi que se conformaron con un carton y lo siguieron hasta una mesa junto a la ventana.

El se quedo mirando un segundo, no muy seguro de entrar en el banco.

Los chicos se sentaron a su alrededor mientras el abria el primer carton de leche y se lo bebia de tres tragos. Cuando lo solto, todos los ninos estaban mirandolo.

Se limpio la boca timidamente.

– Bueno… eh… ?os gusta la nueva escuela?

– Es genial -dijo un nino-. Cuando nieve, mi madre dice que tendremos problemas para subir la montana. Puede que no tengamos que venir al cole.

– ?Guai! -exclamo otro.

– Dinos como era todo cuando jugabas al futbol americano -le suplico un tercer nino-. Mi padre dice que eras el mejor.

– Dale las gracias a tu padre -dijo Raul con una sonrisa-. Era bueno, pero no estoy seguro de que fuera el mejor. Siempre intente hacerlo bien, eso es lo que define el exito.

– Me gustaria jugar al futbol americano -dijo Peter-. Pero soy pequeno.

– No eres bajo -le dijo su amigo-. Solo eres delgado.

– No te preocupes por eso -le dijo Raul-. Creceras. Ahora es el momento de trabajar en lo basico, en correr, en la coordinacion. Eso puedes encontrarlo en cualquier deporte. Tambien puedes empezar a aprender cosas sobre ese deporte.

– Yo tambien quiero jugar al futbol americano.

– ?Y yo!

Raul se hizo una nota para recordar que tenia que hablar con la alcaldesa sobre crear un programa de primavera de futbol americano. Nada que supusiera demasiado esfuerzo fisico, tan solo un juego en equipos.

– Mi hermana dice que quiere jugar al futbol americano -dijo el chico sentado al lado de Raul-. Yo no dejo de decirle que las ninas no juegan al futbol americano, pero es mayor que yo y cuando se enfada, me pega.

Un par de ninos se rieron.

– Entonces tal vez deberias dejar de decirselo -sugirio Raul.

– Supongo, pero tu podrias decirselo. A ti tendria que escucharte.

El alzo las manos.

– No, gracias. Tu hermana puede hacer lo que se proponga.

El chico suspiro.

– Eso es lo que dice mama y papa se queda callado.

«Un hombre inteligente», penso Raul.

– Mis padres estan divorciados -dijo el chico sentado a la derecha de Peter-. Vivo con ellos segun la semana. Tienen casas uno enfrente del otro.

– ?Y que tal lo llevas?

– No lo se. Es una estupidez. Si pueden vivir asi de cerca, ?por que no viven juntos?

– El matrimonio puede ser muy duro -le dijo Raul-. Lo importante es que tus padres te quieren. ?Tienes alguien con quien hablar, un hermano mayor, algun tio?

– Mi tio Carl es muy simpatico. El me escucha.

– Entonces no dejes de hablar con el. No dejes que tu malestar se acumule dentro. Eso nunca es bueno.

– Mis padres tambien estan divorciados -dijo otro chico.

– Yo tengo cinco hermanas -apunto otro nino y sus amigos gruneron.

– Que de ninas -le dijo Raul-. ?Eres el pequeno?

– No. Soy el del medio. Estan por todas partes. Mi padre me ha construido una casa en un arbol para poder tener mi propia cueva.

– Bien por ti.

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