quedarme.
Lo que decia no tenia sentido.
– Entonces, quedate. ?Cual es el problema?
– Quiero estar contigo y me estoy volviendo loco -dijo atropelladamente.
– Ya estas conmigo.
– Quiero hacerte el amor.
Molly se quedo boquiabierta. Tambien sintio como sus pulmones se quedaban sin aire. ?Que la deseaba? Consiguio inspirar y cerrar la boca, pero nada mas. Queria creerlo, desesperadamente. Habia pensado en ellos dos juntos, era una de sus fantasias favoritas, pero la realidad era muy diferente. El era Dylan Black, y ella una mujer bajita y de tez palida. Tenia nueve kilos de mas y habia averiguado que no podia disfrutar del acto sexual mientras trataba de meter la tripa. ?Y que pasaba con su pecho? Tenia una incision con puntos. La forma del pecho era distinta en ese lado y tenia un cardenal de aspecto terrible. No podia desearla de verdad, solo podia sentir pena por ella…
– ?Maldita sea! -gruno, y la asio por los hombros-. Acepto la confusion. Puedes pestanear y decirme que es demasiado inesperado. Puedes abofetearme y recordarme que estoy quebrantando las reglas, que no estas interesada en un tipo como yo. Lo que quieras. Pero no dejare que dudes de ti o del hecho de que te deseo.
– ?Como sabias lo que estaba pensando?
– Te conozco, Molly, mejor de lo que tu crees -Dylan fruncio el ceno-. Y para que lo sepas, quiero hacer el amor contigo, no solo liberarme fisicamente. No te confundas en eso. Si no te interesa, dilo y te dejare en paz. Fingiremos que nunca ha tenido lugar esta conversacion.
Estaba bromeando, ?verdad? Pero Molly vio la incertidumbre en sus ojos, el miedo a que lo rechazara, y aun mas, llamas de deseo y necesidad.
Lo creyo. Tal vez porque queria creerlo, pero no importaba, se habia prometido no lamentarse de nada. Por razones que nunca comprenderia, Dylan habia cautivado su corazon como ningun otro hombre lo habia hecho, incluido Grant. No podia negarle nada, y mas importante, no podia negarse a si misma aquella oportunidad… aquel milagro.
Le toco el labio inferior con el dedo.
– Yo tambien te deseo -susurro.
Capitulo 11
Tuvo que apretar los dientes para no gritar. ?De verdad habia reconocido que lo deseaba? ?Y si Dylan habia estado bromeando y ella lo habia tomado en serio…? Dylan se puso en pie y tiro de ella para levantarla.
– Me vuelves loco -le dijo.
– ?Como? ?Que? ?Que he dicho?
Lo siguio, pero solo porque Dylan la arrastraba. Trato de no fijarse en que se dirigian a su habitacion, a la cama de matrimonio en la que habia estado durmiendo, hasta el dia anterior, sola. Tal vez si dejaba la mente en blanco, no tendria que pensar en que iban a hacerlo y que tendria que desnudarse delante de el y… Cielos, aquello no podia estar pasando de verdad.
– Deja de dudar de ti misma -dijo cuando llegaron junto a la cama-. Casi puedo oir lo que piensas. ?Por que no te entra en la cabeza que voy en serio?
– Porque dices cosas tan maravillosas y lo malo siempre parece tener mas sentido que lo bueno -Molly alzo la mano para detener sus comentarios-. Lo se, lo se, tengo que superarlo. No es como si no hubiera hecho esto antes. Quiero decir, que incluso tomo la pildora. Pero no tengo mucha experiencia. Creeme, Dylan. Muchas mujeres se sienten seguras de su atractivo, pero muchas otras estamos llenas de inseguridades.
– Tonterias.
Estaban a oscuras. Molly se dijo que debia relajarse, en la oscuridad solo podria sentirla, no mirarla. Si mantenia las manos de Dylan lejos de algunas partes… La lampara de la mesilla de noche se encendio. Molly parpadeo ante el subito resplandor.
– Has encendido la luz -le dijo.
– Si, quiero verte. ?Te importa?
«?Que si me importa?», penso Molly.
– No, claro que no -mintio alegremente-. Me gusta hacerlo con la luz encendida.
– Y querras que te crea -le dijo Dylan-. Pero gracias por fingir. Ven aqui.
Dylan estaba sentado al borde de la cama y Molly se dejo caer a su lado. Entonces Dylan los movio a los dos de forma que quedaron tumbados sobre el colchon, mirandose. Solo estaban a centimetros de distancia.
Molly sabia que estaba temblando, y no era por la emocion. Ojala no tuvieran que estar desnudos para tener sexo, asi se sentiria mucho mas comoda.
– Eres preciosa -dijo Dylan, y le puso el dedo en la frente. Le acaricio las cejas y luego bajo la mano para acariciarle la mejilla. El contacto era leve y le hacia cosquillas. Al pasar el dedo una y otra vez por su labio inferior, Molly abrio la boca y lo atrapo. Dylan rio entre dientes-. De modo que quieres jugar, ?eh?
– En realidad, no. En alguna otra ocasion me gustaria reir y jugar en la cama, pero esta noche no. Tengo miedo. Quiero hacerlo, te deseo, pero si te rieras en seguida pensaria que te estas riendo de mi.
– Nunca haria eso. Nunca te haria dano.
– No lo harias a proposito -repuso Molly, que todavia no lo creia-. Pero esas cosas pasan.
El problema era que Dylan no comprendia cuanto poder tenia sobre ella. Pero seria mejor para los dos que siguiera sin saberlo. Dylan deslizo la mano debajo de su cabeza.
– El mundo no ha sido siempre bueno contigo, ?verdad? No -anadio antes de que ella pudiera decir nada-. No siento pena por ti. En todo caso, admiro tu fuerza y tu caracter. Y solo se te permite aceptar el cumplido educadamente.
– Cuantas reglas -dijo Molly-. Pensaba que era mas simple.
– Hacer el amor es maravilloso -repuso Dylan-. Pero casi nunca es simple.
Antes de que Molly pudiera preguntarle que queria decir, se inclino sobre ella y la beso. Ya se habian besado antes y le habia gustado mucho. Su boca hizo las mismas maravillas que recordaba, sus labios la acariciaron y su lengua la atormento. Le gustaba como sabia, su textura y aroma. Tambien la excitaba hasta limites insospechados. A pesar del miedo y los temblores, sintio los primeros sintomas de la excitacion como una leve presion en su bajo vientre. Se sorprendio deseando acercarse a el para poder besarlo mas profundamente. Adelanto una de sus piernas y Dylan la atrapo entre las suyas.
La mano que habia en su pelo empezo a moverse, tirando de la goma con la que se habia sujetado la trenza para luego pasarle los dedos por el pelo y soltarselo. Molly dejo que la necesidad la poseyera, y la pasion le dio valor. Le acaricio el rostro. Su piel suave daba paso a la barba incipiente. Le gustaba el contraste y el sonido aspero de sus dedos al deslizarlos por su menton. A Dylan debio de gustarle tambien, porque gimio y se adelanto hacia ella.
Molly le puso la mano en el hombro, fuerte y ancho. Podia sentir su calor, aun a traves de la camiseta. Sin pensarlo, deslizo los dedos por su pecho y exploro aquellos musculos. Noto el pezon tenso y la forma en que Dylan se estremecia. Se aparto de ella y se quito la camiseta. Luego volvio a tumbarse a su lado, desnudo de cintura para arriba.
Molly se quedo contemplando la amplitud de su pecho, su piel ligeramente bronceada y el vello rizado, que desde el pecho bajaba estrechandose cada vez mas hasta la cintura. De repente, se alegro de estar con la luz encendida. Contemplar su torax merecia la pena.
– Tocame -le dijo Dylan.
Al ver que vacilaba, Dylan le tomo la mano y se la llevo al pecho. En aquella ocasion, en lugar de la suave tela de algodon sintio el vello rizado y la piel suave. Movio la mano en circulos mientras lo palpaba, maravillandose de la tension que se apoderaba de sus musculos a medida que recorria su pecho.
– No tienes ni idea de lo que me haces – murmuro, y luego bajo la cabeza para besarla.
En aquella ocasion, no hubo preliminares. La beso con la boca abierta, explorandola nada mas entrar en contacto con ella. Enrollo la lengua con la suya y luego la movio adelante y atras. Comenzaron una danza sensual